Viernes, 1 de noviembre de 2024. Más de cincuenta vecinos del barrio de Isla Chica, constituidos en plataforma ciudadana, han dado un primer paso en la defensa del parque y los espacios públicos de los terrenos del antiguo Estadio Colombino, ante el proyecto del Ayuntamiento de Huelva de construir un centro comercial. En una asamblea realizada en el mismo parque, los asistentes manifestaron su preocupación por la falta de consulta y consenso en torno a este proyecto y anunciaron un programa de movilizaciones para proteger las zonas verdes y el tejido comunitario del barrio.
Según los vecinos, el proyecto cuenta con el apoyo de un grupo reducido de comerciantes, pero no ha sido presentado formalmente ni discutido con organizaciones vecinales, quienes perciben riesgos que van desde el aumento de los problemas de aparcamiento hasta la desaparición de áreas de recreo y de zonas verdes.
Para muchos, la experiencia de otros centros comerciales en la capital onubense, como Holea y Aqualon, sirve de advertencia. Desde su llegada, estos centros han transformado las dinámicas comerciales y de consumo en la ciudad, centralizando el ocio y creando polos de actividad en la periferia que han atraído a los consumidores fuera del centro urbano.
Si bien los centros comerciales trajeron en su momento la promesa de revitalización económica y creación de empleo, los resultados han sido mixtos. Aunque han generado empleo en sectores de comercio y servicios, la calidad y estabilidad de estos trabajos son frecuentemente objeto de críticas. La rotación elevada y la estacionalidad marcan las oportunidades laborales en estos espacios, lo que cuestiona si realmente han supuesto un avance en términos de empleo sostenible.
Impacto en el comercio y el tejido local
La llegada de grandes centros comerciales ha desplazado parte del consumo del centro de Huelva hacia la periferia, afectando el comercio local. Para algunos comerciantes, estos centros han sido una oportunidad para expandir sus negocios; sin embargo, otros negocios tradicionales han visto descender su afluencia de clientes y ventas.
Los vecinos de Isla Chica temen que su barrio sufra un impacto similar, y que el nuevo centro comercial atraiga a una mayor cantidad de personas pero no necesariamente beneficie al comercio de proximidad. La transformación de la zona podría hacer que Isla Chica deje de ser una comunidad centrada en sus vecinos para convertirse en un área de alto tránsito, con implicaciones en la vida diaria del barrio.
Los centros comerciales han instaurado un modelo de ocio centralizado, con un impacto especialmente notable entre la población joven. En Huelva, donde las opciones de ocio tradicionales han disminuido en las áreas comunitarias y el centro urbano, estos centros han monopolizado gran parte de la oferta de entretenimiento. Este cambio, que el Ayuntamiento de Huelva considera positivo, ha sido una fuente de críticas para quienes sostienen que los centros comerciales estandarizan el ocio y restan protagonismo a los espacios públicos y a los negocios locales.
La implantación de centros comerciales en Huelva no solo ha alterado el comercio y el ocio; también ha dejado una marca en el desarrollo urbano. Proyectos como Holea impulsaron la expansión de zonas residenciales y de infraestructuras en su entorno, pero esta concentración ha contribuido a un modelo urbano que privilegia el uso del vehículo y reduce la accesibilidad peatonal. Aunque el Ayuntamiento argumenta que este tipo de proyectos moderniza la ciudad y atrae inversiones, los vecinos de Isla Chica temen que esta modernización venga acompañada de la pérdida de sus espacios comunitarios.
Demanda vecinal de un modelo alternativo
Frente a esta perspectiva, los vecinos de Isla Chica abogan por un modelo que priorice el bienestar de la comunidad y la preservación de los espacios públicos. Las movilizaciones previstas, organizadas a través de la Plataforma Isla Chica, buscan dialogar con el Ayuntamiento y solicitar una revisión del proyecto que contemple la necesidad de zonas verdes y espacios de recreo para el vecindario.
En una ciudad donde el espacio verde es escaso y el comercio local enfrenta múltiples desafíos, el debate en Isla Chica plantea una reflexión sobre el tipo de desarrollo urbano que necesita Huelva. Los vecinos han mostrado su disposición a continuar con las movilizaciones y hacer oír su voz en defensa de un modelo de ciudad que respete la identidad del barrio y sus necesidades.
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