por Helen Gómez Ruano.
Hay sentimientos que se fusionan con las seis emociones básicas y palpitantes que el científico del comportamiento, Paul Ekman, descubrió en sus estudios de trastornos mentales, y cómo éstos se manifestaban mediante nuestras expresiones faciales. Pues bien, amar (o no) a Huelva puede provocar cierto tipo de reacciones faciales asociadas a estas emociones, y empezaré, por ejemplo, por el Enfado, ese que se nos despierta cuando escuchamos frases que menosprecian a Huelva por su situación geográfica, por su conformismo ante temas relacionados con su tejido productivo, por su vaivén en dejarse llevar por la actitud de unos y otros sin tener voz propia, desatando cierto Asco (otra emoción) por este virus contagioso de apatía.
Sería un buen ejercicio amortiguar esas reacciones de enfado y asco con las de Felicidad, otra de las emociones básicas que nos ofrece esta gran tierra. Huelva es un lugar en el mundo, por lo que tan sólo por eso tiene un valor: ES y EXISTE. Situada estratégicamente para la llegada de cruceros actualmente, tal como llegaban antaño culturas distintas a nuestras orillas, impregnando al onubense de sus hábitos, conocimientos, ideologías… creando un mestizaje y maridaje único en nosotros, como en sus vinos y licores. ¿No es esto un valor en sí?
Para sorpresa de muchos, otra de las emociones primarias, hoy en día, como decía, contamos con la llegada de cruceros turísticos a nuestra ciudad, algo que parecía muy muy lejano. Pero, aún sigue la sorpresa cuando este avance no está siendo tratado como se debe en cuanto a planes reales de atractivas visitas y actividades de ocio bien diseñadas, guiadas y hasta guionizadas o dramatizadas, como propuestas de valor que realcen lo que es y existe en Huelva: desde recorridos religiosos, itinerarios comerciales, sabores guiados por nuestros excelentes locales gastronómicos, escenografías literarias, por la proliferación de poetas de nuestra tierra, como el Grupo Poetas por la Paz -entre las que podemos encontrar a Carmen Martagón Enrique y a Mª Luisa Domínguez Borrallo-, desplazamientos por los lugares colombinos, como la preciosidad del Muelle de las Carabelas, la ruta de Juan Ramón Jiménez, las riquezas medioambientales: como Marismas del Odiel, las Salinas, Doñana, los colores de la Huelva minera, donde Patricia Chapela, con su empresa A Cielo Abierto, fusiona un recorrido por la historia de Huelva desde sus esencias más puras, como escribió Juan Cobos Wilkins “Desde el Corazón de la Tierra”. Y si mostramos los valores musicales de Huelva con Rocío Márquez, Arcángel, Manuel Carrasco, Argentina, en cuanto a letras y voces, pero cuántos guitarristas como Miguel Ángel Cortés o Joaquin Brito, percusionistas como Nicolás Pérez, y tantos artistas plásticos que podemos encontrar en el Centro de Arte “Harina de otro Costal”. Y empresas de gestión cultural como Atrezzo Producciones, cuyo espectáculo “Mariposas Blancas” es una auténtica delicia que fusiona el flamenco más sensible en la voz tremenda de María Oliva, con una adaptación de “Platero y yo” y las sombras chinescas. Y si nos vamos al pop, uno de los grupos que partieron en los 80 su andadura y han permanecido con sello propio de letras y arreglos musicales, como es el caso de Avíate, cuyo lema “Para Siempre” les hace sentir su origen, Gibraleón, como punto de partida y también de final, miembros de la historia de la música por las letras de su creador y pintor panturrano, Pablo Sycet, quien escribió junto a Luz Casal temas inolvidables como “Piensa en mí”.
Llegados a este punto, puede que os embargue un cierto sentir triste, por tantas joyas que tenemos en Huelva y que no valoramos como merecen. He aquí la siguiente emoción que desata Huelva: la Tristeza, aquella que siente mi admirado creador pastelero Sergio Ortiz, de Lepe, cuando dice que “Huelva es un gigante dormido, que espero ver despertar”. Me encanta Sergio, por su excelencia en el trabajo que realiza con una pasión que provoca sorpresa y felicidad, es de esas personas que Huelva necesita para hacerla volar, como los ejemplos que he ido mencionando anteriormente.
Entonces, ¿qué necesitamos en Huelva? Tal vez, lo que necesitemos, realmente, sea perder el Miedo, la última de las emociones que os presento en este artículo. Temer a lo desconocido provoca parálisis, bloqueo, inseguridad, TIEMPO! Por ello, en abril se desarrolló en la Federación Onubense de Empresarios (FOE) el I Maratón de Empleo y Autoempleo de Huelva y su provincia, como una iniciativa valiente y atrevida que quería romper miedos, estimular a personas que inspiran en Huelva esos valores que tiene impregnados, dormidos o escondidos y que, necesitan respirar a la luz del día, mostrando huecos claros de empleo e ideas emprendedoras “reales”, “viables” y con un sentido de competencia positiva gracias a acuerdos entre empresas complementarias, a convenios entre organismos públicos y privados, haciendo posible un caminar acompasado y en paralelo siempre en el que todos los protagonistas del crecimiento de Huelva estén al mismo nivel: con voz propia, mostrando el HACER de Huelva con sus valores: como el gran salto que ofrece las investigaciones del Instituto Aeroespacial INTA “El Arenosillo” ante las oportunidades de desarrollo en el terreno de las aeronaves no tripuladas, precisamente, por encontrarse Huelva en esta esquina maravillosa y privilegiada del mapa.
Para Huelva, esa a la que amo, y siento, y me palpita con emociones encontradas muchas veces, pero siempre me hace vibrar expresando una sonrisa, además de tener una Ría con amaneceres y atardeceres espectaculares desde el Muelle del Tinto, además, TIENE VALORES: ES, EXISTE, HACE, tan sólo necesita mostrarse cuando sea capaz de quererse un poco más, y eso lo tiene que hacer su gente. Yo, tan sólo quiero verte despertar, como ese gigante dormido que eres, brillando con luz y voz propia.
Y tú, ¿qué quieres de esta Huelva?
Sea el primero en desahogarse, comentando