por Víctor Márquez Reviriego
Desde Huelva llama Perico Echevarría, anterior redactor jefe del Diario Progresista. Me cuenta que van a hacerse a la mar.
Ciertamente no es raro, en Huelva, eso de hacerse a la mar. En ella es cosa corriente desde hace siglos. Y es cosa de mucha gente… Sino que ahora se hacen a la mar en un barco de papel. Y para eso hace falta mucho arrojo, y hasta una como temeridad romántica y contracorriente, cuando tanto se ve y se habla de la muerte del papel.
Según me cuenta navegarán con él María Barrios, Eva Gómez, Lourdes Ruiz, Fernando Mateo…
Los cinco van a hacer un periódico. ¿Los cinco, nada más? No, lo harán miles. Un periódico, una revista, no lo hacen cinco, ni cincuenta, ni quinientos, sino miles y miles.
Porque un periódico también lo hacemos, y sobre todo lo mantienen, sus lectores. Y yo deseo –y espero- que así sea en este caso y ocasión. Este de ahora, en la Huelva de 2017, es La Mar de Onuba, que acaso algún día de algún mes de algún año sea ya La Mar de Huelva. (Es decir, que no sea solo de los huelvanos capitalinos, los onubenses, sino de los huelvanos de capital y de provincia… Ya sé que el diccionario académico habla de huelveños, pero allá la Academia con sus carencias).
He leído los propósitos fundacionales y me parecen muy racionales en su planteamiento y muy elogiables en su deseo.
Ojalá que, a partir de ahora, coincidan aquí la realidad con el deseo y la razón.
Sería una buena señal para Huelva, porque significaría que La Mar responde a una necesidad. Y, si es necesario, es la buena señal de que Huelva va adelante. Deseo que yo –como todos- tengo.
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