Más de 2.000 personas hacen cola en un centro deportivo de Ginebra para recoger los paquetes de comida que reparte la Caravana de la Solidaridad
Un 8% de la población de la ciudad vive en el umbral de la pobreza y más de 1 millón se encuentra en una situación de precariedad
Este reparto se repite por sexta vez en Ginebra desde que estallase la crisis sanitaria en Suiza
Debido a la vulnerabilidad de los usuarios, Médicos Sin Fronteras realizará pruebas de diagnóstico de forma gratuita
Cada vez que se nombra a Suiza, las palabras exclusividad, lujo y riqueza, son las primeras que le vienen a la mente a muchas personas.
Lo mismo ocurre con la ciudad de Ginebra, ubicado en el sur del país, en donde se concentran gran parte de las fortunas de los más ricos del mundo.
Ginebra cuenta con 200.000 ciudadanos que, hasta el momento, no habían sufrido ningún tipo de problema económico. O al menos, no había trascendido ningún contratiempo monetario social que pusiera de manifiesto una cara opuesta a la característica opulencia de la ciudad.
En Ginebra, los casos de Covid-19 ascienden a casi 5.000 contagios y se han registrado 259 fallecimientos.
Sin embargo, el coronavirus ha dejado al descubierto un hecho inaudito en la ciudad: la pobreza.
En una de los lugares más caros de todo el mundo, el escenario de bienestar tan común en esta ciudad ha mutado en un panorama bien distinto: largas colas de los ciudadanos para recoger comida, un aumento considerable de la vulnerabilidad social y la pérdida del empleo en cascada son algunas de las estampas que han embargado a Ginebra.
CARAVANA DE LA SOLIDARIDAD
Según la Oficina Federal Estadística de Suiza, un 8% de la población (alrededor de 600.000 personas) viven bajo el umbral de la pobreza. A esta desconocida cifra, hay que sumarle también otro dato publicado por la entidad estadística que comparte que cerca de un millón de personas se encuentran en una situación de precariedad.
En la última semana, la ciudad suiza se ha enfrentado a una situación tristemente novedosa de la cual se ha tenido que hacer cargo la ONG Médicos Sin Fronteras (MSF), a partir de la llamada Caravana de la Solidaridad.
Más de 2.000 personas se agolparon en Ginebra, desde la madrugada y durante horas, a las puertas del estadio Vernets en el que la organización había anunciado que realizaría un reparto de comidas y bienes de primera necesidad, para todas aquellas personas que han sido golpeadas por la crisis generada por el coronavirus.
Esta aglomeración de ciudadanos, que reunió a tanta gente que la cola de espera llegó alcanzar los dos kilómetros de longitud, es la sexta vez que se repite desde que estallase la crisis sanitaria en Suiza, y lo más sorprendente es que a cada convocatoria se une más gente.
En estos paquetes repartidos por la Caravane de la Solidarité, dirigida por Silvana Mastromatteo, y Médicos Sin Fronteras, a cargo de Patrick Wieland en el país, 1.500 bolsas llenas de arroz, pasta, cereales y café son algunos de los productos que componen estas bolsas alimentarias que reciben las personas que acuden a pedir al mencionado punto de reparto.
Sobre la situación que ha provocado el Covid-19 en Ginebra, Mastromatteo reconoce en una entrevista a la Agencia Francesa de Prensa (AFP) que «las comunidades de trabajadores invisibles en la economía doméstica o en la restauración, existen desde hace mucho tiempo. Esta crisis los ha sacado a la luz» y añade que «por sus condiciones de inmediatez laboral, es obvio que si hay un confinamiento, la gente no pude trabajar y, en consecuencia, no van recibir dinero».
Por su parte, la coordinadora de la crisis en el Ayuntamiento de Ginebra, Isabelle Widmer, resalta que «ha sido muy impactante ver cuánto ha debilitado la crisis a esta gente».
¿Y qué ocurre si, con la extensión de la crisis en el tiempo, continúa aumentando el número de personas que se apunta a esta caravana de la solidaridad? Ante esta cuestión, Mastromatteo apunta que «la asociación cuenta con más existencias si fuera necesario».
VULNERABILIDAD ANTE LA POBREZA Y EL COVID
Con la crisis del coronavirus, los niveles de fragilidad social de los más afectados aumentan no solo ante la pobreza, sino también ante la posibilidad de resultar contagiados por el Covid-19.
Pese a que en Suiza se han implantado fuertes medidas de seguridad frente al virus, estas personas no tienen la base alimenticia necesaria que podría ayudarles a estar protegidos frente al patógeno.
Por este motivo, Patrick Wieland, ha compartido que «además de los alimentos, también realizaremos pruebas gratuitas de COVID-19 a los que muestran síntomas».
Asimismo, Wieland ha asegurado que, en caso de que se acaben las provisiones de abastecimiento que tienen para cubrir las necesidades de los ciudadanos, han puesto en marcha un programa de entrega de vales de 20 francos suizos (18 euros al cambio en España) para que los afectados no vean aumentada su situación de precariedad.
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