Escribir acerca de Javier es verter palabras encima de imágenes que hablan por sí solas; un encuentro íntimo entre el cielo y el infierno; ese que ha vivido a lo largo de varias décadas cuando el fotoperiodismo se convirtió en su forma de vida.
No le han sido indiferentes los disparos ni ver ratas en un vertedero. Tampoco ha titubeado a la hora de disparar a los refugiados abandonados a su suerte o los rostros de la sinrazón de esas mujeres sin rostro por el ácido.
Su fotografía documental ha hecho que todos podamos ver cómo se logra llegar ahí; cuál es su afán, y cómo, con un contenido duro y complejo, se puede elaborar el más bello de los retratos; el de las personas, esas que ya tiene olvidadas el periodismo de sofá.
Una vida imborrable porque en su impacto, que ha causado estragos en Javier; coexisten el dolor y las heridas de guerra; esas que no pasan inadvertidas porque son las que notas cuando hablas con él y te muestra con pasión, cuál es su vida.
Desde integrarse en un círculo cerrado, hasta meterse de lleno en un destacamento de soldados o comer ratas porque no hay nada a mano. Los guiños a la vida han sido los que le han hecho procurar el mejor de los anhelos; esos que se tienen cuando en un segundo congela en una historia algo que permanecerá para siempre en los recuerdos de los demás.
Desde padecer estrés postraumático que él mismo reconoce haber tenido, hasta involucrarse en la vida de las personas hasta llegar a hacer todo por ellas; eso es algo, que sin duda, supone una experiencia personal que se ve documentada en la magistral elección de las imágenes y en cuanto se cuenta en las páginas de este libro singular.
Camboya, Filipinas, China, y muchos otros países conforman el haber de Sánchez-Monge, un singular filósofo cuya vocación por el periodismo y por la imagen de relato, ha permitido que se conozcan las vidas de muchas personas abandonadas a su suerte.
Varios premios internacionales entre los que se encuentran dos de la IPA y otros dos del Prix De Paris de la Photographie, justifican una parte de su grandiosa obra; «Retratando a los niños del vertedero en los basureros del Sudeste asiático»; «En estado de trance» acerca de los rituales místicos de países asiáticos hasta «Océanos sobreexplotados, un camino hacia la destrucción», que narra los modelos sostenibles de pesca. Dos medallas de bronce en los Moscow International Photogrvphy Awards 2017; Medalla de bronce en los Neutral Density awards.; Medalla de bronce en la competición IPA (One Shot) sobre el Cambio climático; nominado finalista para la beca Photogrvphy Grant 2017 por el proyecto acerca del cambio climático; Finalista en los Siena Awards (SIPA) 2017; cuatro nominaciones en los Fine Art Photogrvphy Awards. Menciones de honor en los Monochrome Awards 2017 y en los Monovision Awards 2017. Nominado a los Premios Lucie 2017. Nominado fotógrafo con perspectiva más amplia del año en los premios IPA de edición española. Ganador absoluto de fotografía editorial en IPA de edición española. Ganador de siete medallas de oro, cinco de plata y dos de bronce en IPA de edición española.
Su libro, El arte de la fotografía documental: una odisea entre el cielo y el infierno, ha sido publicado por Anaya Multimedia.
En él encontramos todo, acaso la belleza del cielo y lo que podríamos imaginar que pudiera ser el infierno en este planeta que no nos es desde hoy indiferente; sin duda, una muestra valiente de un escenario, que aún, sucede; una odisea, que no puede ser otra, que la del mismísimo Javier.
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