Jueves, 26 de agosto de 2021. Lo que cuenta Fran Pérez en este reportaje del El Salto Diario sobre los abusos que se están dando en Surexport en Galicia, es lo mismo que llevamos denunciando desde nuestro colectivo en muchas empresas de Huelva desde 2018.
Abuso laboral, incumplimiento del Convenio, represión sindical, denunciantes amenazados y represaliados, abuso de poder, puertas giratorias de inspectores de trabajo con las multinacionales del fruto rojo, grandes sindicatos y partidos políticos vendidos a la patronal… El pan nuestro de cada día, fruto de un modelo de agricultura depredador, que se extiende a sus anchas a lo largo del territorio español y fuera de él.
El mal endémico de un sistema alimentario manejado por fondos de inversión y multinacionales, en el que se generan y se negocia con cantidades millonarias de dinero. Así funciona la agroindustria, que no solo arrasa con los derechos de los trabajadores, sino que también agota los recursos naturales y se aprovecha de las personas que vienen de otros países en situación de extrema necesidad, amparados por una ley de extranjería creada a la perfección para favorecer este tipo de situaciones. Así como también despoja a la gente del medio rural de su soberanía alimentaria, y empobrece y hace dependiente a las poblaciones que habitan las zonas que acaparan, en las que explotan a lxs trabajadorxs y campan a sus anchas. Como se puede leer en la segunda parte del reportaje aquí.
Poca diferencia existe entre lo que ocurre en los campos de frutas y verduras de Huelva, Galicia, Almería, Murcía, Lleída, el sur de Francia o de Italia, con lo que ocurre en América Latina, Asia y África con el aceite de palma, la caña de azúcar y la soja. Como nos cuentan Nazaret Castro , Aurora Moreno y Laura Villadiego, en el libro “Los monocultivos que conquistaron el mundo”, de imprescindible lectura para entender como funciona el agronegocio a escala mundial.
Es por ello que nos damos cuenta que no podemos denunciar lo que ocurre en nuestro territorio, sin mirar ni analizar lo que ocurre en otras zonas. Y como se torna fundamental la organización de redes de trabajo y de lucha, donde podamos compartir y tejer desde los diferentes lugares donde nos encontramos sometidxs en los tajos y despojadxs de la tierra y de nuestros recursos.
En el apoyo mutuo de las bases está la clave. Todo nuestro apoyo para lxs compañerxs de Galicia que han tenido la valentía de denunciar los abusos y la explotación.
Fuerza en la lucha por vuestros derechos, que también son los nuestros.
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