El millonario dueño de PRIMOR, Juan Ricardo Hidalgo Hidalgo, y su red de empresas, amenaza y chantajea a EL OBSERVADOR mediante burofax para que deje de publicar noticias que no le gustan. «O dejan de publicar informaciones o tomaremos represalias», viene a decir.
Coacciones. Amenaza que él y su vasto conglomerado empresarial, denunciarán a la revista y a sus responsables ante la Inspección de Trabajo (varias veces), ante Hacienda (varias veces), ante la Junta de Andalucía (varias veces), ante la Agencia de Protección de Datos, etc., etc.…
Miércoles, 2 de marzo de 2021. La revista EL OBSERVADOR de Málaga ha denunciado ante la Fiscalía de Málaga a Juan Ricardo Hidalgo, el dueño de la malagueña empresa de perfumerías PRIMOR y su conglomerado de sociedades, por intentar coaccionar el contenido de las noticias de la veterana revista de culturas urbanas. “Se proceda a la incoación de Diligencias Informativas en averiguación de los hechos y determinación de las personas criminalmente responsables, en el curso de las cuales habrán de practicarse los actos de investigación que se consideren oportunos, especialmente la toma de declaración a don Juan Ricardo Hidalgo”, se dice en la denuncia.
El millonario dueño de PRIMOR, Juan Ricardo Hidalgo, y su red de empresas, amenaza y chantajea a EL OBSERVADOR mediante burofax para que deje de publicar noticias él que no le gustan. O dejan de publicar informaciones o tomaremos represalias, viene a decir. Así, coacciona, y amenaza que él y su vasto conglomerado empresarial, denunciarán a la revista y a sus responsables ante la Inspección de Trabajo (varias veces), ante Hacienda (varias veces), ante la Junta de Andalucía (varias veces), ante la Agencia de Protección de Datos, etc., etc.…
Juan Ricardo Hidalgo y PRIMOR contra EL OBSERVADOR
El millonario dueño de la empresa malagueña Perfumerías PRIMOR y su conglomerado de empresas, Juan Ricardo Hidalgo, amenaza y chantajea a EL OBSERVADOR por escrito mediante un burofax para que deje de publicar noticias sobre él que no le gustan. Un caso evidente de intento de coartar la libertad de información y de expresión.
Hidalgo acusa a la revista de publicar noticias que no le favorecen a él y cuya fuente principal son los sindicatos CGT y CCOO, sobre la situación laboral en sus empresas. Y chantajea amenazando con que si no se deja de publicar estas informaciones, lanzará todo el poder de sus millones contra EL OBSERVADOR. Esto quiere decir que volverá loca a la revista con multitud de demandas que irá perdiendo una a una como todas las demandas y querellas presentadas hasta ahora contra la publicación. Unas 16 en los últimos seis años más o menos. Se han ganado todas. El mérito, evidentemente, es del equipo de asesores legales que colaboran con la redacción. Pero también debe ser porque este soporte publica informaciones veraces.
Este millonario presenta contra EL OBSERVADOR el comportamiento de todos los neoseñoritos andaluces que han llegado al latifundio empresarial o político de aquella manera. Siempre doblándose delante del poderoso y agresivo contra los que piensan que son más débiles. Como es el caso de esta revista. Posiblemente, Hidalgo no se ha querellado contra ningún medio de los que califica como «grandes» elDiario,es, ElPlural.es, yahoofinanzas.es, LaUltimaHora, etc, que han publicado lo mismo que EL OBSERVADOR, y si ha escogido a la revista para hacerlo es porque así su orgullo de hombre rico podrá salir triunfador ante un hombre/medio pobre.
Hidalgo acusa a la revista de lo que la suelen acusar los neoseñoritos millonarios o políticos de esta tierra andaluza y de la otra: que es pobre. «Y es verdad», destaca la publicación malagueña. Y la denunciará porque, si es así, ¿cómo es que tiene “nada menos que 15 colaboradores de redacción”? (ha contado mal, hay más). «La respuesta es bien sencilla, no cobra nadie. Pero nada de nada. Algo inexplicable para él, señor capitalista, modalidad salvaje. A Hidalgo puede darle un infarto si tiene que hacer el esfuerzo de comprender que alguien trabaje para una publicación o una causa social de forma desinteresada. Así que para desmontar sus presiones y el chantaje de lo que va a dar a conocer sobre las finanzas de esta publicación si no le hacemos caso, ya damos las que él nos envía (AQUÍ)», añaden desde la redacción de El OBSERVADOR.
REITERACIÓN JUDICIAL DE HIDALGO
Hidalgo tiene interpuesta ya una demanda contra EL OBSERVADOR por publicar y hacerse eco de la campaña de CGT sobre las relaciones laborales de sus empresas (AQUÍ). El juez le recuerda en una sentencia en su contra que existe la libertad de expresión, aunque él no se lo crea. Ahora va contra la de información. No hace falta defenderla teóricamente como se hace siempre, porque es tan burda la maniobra de Hidalgo que no merece el esfuerzo. Se sabe que existe y que no hay que dejarse amedrantar por bravucones. Pero sí queremos defender a EL OBSERVADOR y a todas las revistas pobres como ella. Existen para que se puedan publicar informaciones como esta. Y necesitan el apoyo de todos. Incluido este soporte informativo que está leyendo ahora amenazado.
Juan Ricardo Hidalgo y su PRIMOR de empresa tienen un montón de reveses judiciales. Pierde el juicio contra el sindicato CGT que había interpuesto por ‘protección al derecho al honor” y es condenado a pagar las costas. El juez dictamina en su sentencia que es legal la campaña de la organización sindical en protesta por las condiciones laborales de sus empleados (AQUÍ). El mes pasado fue llamada a juicio por parte de la Consejería de Empleo tras la intervención de la Inspección de Trabajo ante las reiteradas denuncias por parte del sindicato CGT (AQUÍ). Fue noticia también por el despido de un delegado sindical (AQUÍ). Tiene un juicio pendiente en Melilla por excluir del ERTE a las trabajadoras más reivindicativas por haberse organizado sindicalmente (AQUÍ) y que ya fue sancionada por la Inspección de Trabajo por contratos temporales en fraude de Ley y jornadas irregulares (AQUÍ). Etc.
Pueden leerse AQUÍ más artículos relacionados con Primor y con Juan Ricardo Hidalgo.
Sea el primero en desahogarse, comentando