Sin ser Maquiavelo el príncipe que en estos momentos necesitamos para el análisis, si decía algo de interés aplicado al abstencionista culpabilizado, o no: “Vale más votar y arrepentirse, que no votar y arrepentirse”. Porque es de riguroso dato, que los juicios no siempre vienen de la inteligencia, ya que el inmediatismo hace a parte de la ciudadanía más vulnerable.
Sin flagelaciones, porque no se pertenece a esa cultura…, y sin tener que recurrir al “mea culpa”, ni al “yo acuso”, no hay ningún comportamiento postelectoral más inevitable, sano y de servicio a la comunidad, que reconocer errores, identificarlos para corregirlos, revisar y tras una objetiva evaluación interna, porque la externa ya está hecha, abordar un potente “plan de mejora” para recuperar lo perdido, prestado o búsquese el epíteto más deseado. Y no olviden nunca que el modo letal de hacer balances, es el de la autocomplacencia, así como situar los parámetros de los números, en la viga del ojo ajeno.
Las urnas han marcado un tiempo distinto, que aún desconocemos si harán bueno a los que han sido reemplazados, sería más que urgente e importante que hasta el último militante, además todas de las direcciones, salieran de la zona de confort , que no significa ponerse las alpargatas (evitemos ridiculizar…) Y no simplifiquemos, no hablo de los macro chalets, o de los mega coches, o sueldos, que es lo que la gente suele ver, hablo de hacer política de la buena, con participación, con integración, con reparto equitativo de lo disponible, en los barrios con los tuyos, y con quien no lo son, con la gente en general.
Y además si se esconde la veracidad del análisis, bajo el epígrafe “que ha venido el lobo”, cuando el personaje ya estaba aquí, solo que se le ha engordado, y se ha quitado la piel de cordero. En tiempos de crisis del andamiaje, de cansancio, de desapego, son cultivos abonados para hacer política a lo grande con generosidad, diversidad, con ingredientes de la buena cosecha, por el contrario, si no se hace, y son solo epígrafes programáticos, llegan quienes dicen amplificadamete lo que el pueblo agotado quiere oír, y un sector de la sociedad entiende que representa mejor, sus intereses cortoplacistas.
Y dicho esto, recordar que esto no es Madrid, es Andalucía, esto no es el Centro, es el Sur, y que es bueno no desangrarse, absténganse de descabezar, que las sangrías aparte de producir sufrimiento inútil, y atrincheramiento, remueve las entrañas, que no son buenas consejeras, para hacer los deberes que son rectificar, rectificar, y más rectificar. Amén de salvaguardar los aciertos, como no podía ser de otra manera.
Decía el maestro Benedetti:
De vez en cuando hay que hacer una pausa
contemplarse a sí mismo
sin la prisa cotidiana
examinar el pasado y el presente
etapa por etapa
baldosa por baldosa
y no llorarse las mentiras
sino cantarse las verdades.
Kechu Aramburu es Profesora. Ex eurodiputada, ex diputada y ex parlamentaria andaluza con IU. Actualmente es independiente.
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