Viernes, 26 de marzo de 2021. La principal plataforma estadounidense de negociación de criptomonedas, Coinbase, presentó ante la Comisión del Mercado de Valores de los Estados Unidos, la llamada SEC, una enmienda en su proyecto para salir a Bolsa en Nasdaq, en Wall Street. Pese a que intentan hacerlo desde diciembre del año pasado, todo indica que finalmente saldrá este año 2021, aunque no hay una fecha cerrada aún.
Los planes para la salida a Bolsa de la compañía con sede en San Francisco coinciden con un nuevo rally de la cotización del bitcoin que esta semana llegó, por primera vez, los 61.000 dólares, aunque luego retrocedió hasta los 55.000. En lo que va de año la criptomoneda se revalorizó un 90%.
Frente a la salida a Bolsa, lo primero que hay que tener en cuenta en ese sentido, es que el exchange de criptomonedas registró 114,85 acciones ordinarias de clase A para una cotización directa en la bolsa de valores Nasdaq y que cotizará con el símbolo «COIN».
La transacción se realizará mediante el mecanismo de cotización directa, menos costoso que las tradicionales OPV (Opción Pública de Venta), ya que se caracteriza por la venta de acciones existentes en poder de los accionistas en vez de la emisión de nuevos títulos, y por el que las empresas pueden cotizar sin ampliar capital y sin contar con los servicios de un banco que actúe como intermediario o suscriptor de la operación, eludiendo así el ‘roadshow’ y la fijación de un precio inicial. Los accionistas registrados pueden optar por vender sus acciones ordinarias de clase A cubiertas por este prospecto en la medida en que lo determinen, según señala la empresa Bitcoin.
Coinbase aclara en el folleto que cuenta con acciones ordinarias de clase A y de clase B, con idénticos derechos, excepto con respecto a los derechos de voto y conversión, puesto que cada acción de clase A tiene derecho a un voto, mientras que cada título de clase B tiene derecho a 20 votos y es convertible en cualquier momento en acciones ordinarias de clase A.
De este modo, los tenedores de acciones ordinarias clase B en circulación poseen aproximadamente el 99,2% del poder de voto del capital social de Coinbase en circulación. La compañía fundada en 2012 advierte que «actualmente no existe un mercado público para las acciones ordinarias de clase A», aunque subraya que ambas clases de títulos tienen un historial de negociación en transacciones privadas, que en el primer trimestre de 2021 registraron un precio más bajo de 200 dólares y más alto de 375 lo que supone un precio promedio ponderado de 343,58 dólares.
No obstante, la plataforma dice que los precios de negociación recientes de sus acciones de clase A y de clase B en transacciones privadas pueden tener poca o ninguna relación con el precio público de apertura o el precio de negociación posterior de las acciones ordinarias de clase A en el Nasdaq Global Select Market.
A esta empresa, y a las compañias de este tipo en general, les está yendo muy bien por el éxito que están teniendolas las criptomonedas, y sobre todo la subida que tuvo el Bitcoin este año, y que arrastra al resto de las cripto. En el mundo de las bolsas similares a nivel global, la más grande de todas es Charles Schwab Corporation, una grande del segmento desde hace tiempo. Coinbase entraría pisándole los talones a esa y a Goldman Sachs; valdría tres veces lo que vale Interactive Brokers, con fuerte trayectoria en el mercado; y sería cinco veces más grande que la brasileña XP y que el banco de inversión japonés Nomura.
Coinbase nació en 2012 y, a día de hoy, es el mayor exchange de Estados Unidos. Sin embargo, además de ofrecer a sus más de 43 millones de usuarios verificados la posibilidad de comprar criptomonedas y almacenarlas en sus carteras, ha conseguido generar algunas herramientas y servicios financieros que en cierto modo dejan de hacer que se le pueda considerar una simple aplicación o centro de intercambio.
A lo largo de sus casi nueve años de vida, la empresa fundada por Brain Armstrong y Fred Ehram recibió mediante rondas de inversión más de 500 millones, entre otros de inversores como Andreessen Horowitz, Initialized Capital, Tiger Global o el banco español BBVA.
Antes de iniciar Coinbase, Armstrong trabajaba como ingeniero de software en Airbnb. En ese momento, Bitcoin (y el concepto de blockchain) estaba empezando a ganar tracción y contaba con un pequeño nicho de entusiastas. Armstrong era uno de ellos cuando conoció a Ben Reeves, un desarrollador británico que gestionaba un sitio web de seguimiento de transacciones de bitcoin llamado Blockchain.info. Ambos intercambiaron múltiples ideas hasta llegar a una conclusión: hacía falta un PayPal para el bitcoin.
Francisco Villanueva Navas, analista de La Mar de Onuba, es economista y periodista financiero.
Sea el primero en desahogarse, comentando