Viernes, 10 de febrero de 2023. La economía norteamericana superó todas las expectativas, y creció 2,9% anual en el cuarto trimestre de 2022, a pesar del aumento de las tasas de interés de los Fondos Federales de 0,75 puntos porcentuales realizados por tres veces consecutivas por la Reserva Federal para enfrentar a una inflación récord que trepó a 10,5% anual en octubre del año pasado.
A pesar de su alto nivel, las cifras del cuarto trimestre implicaron un retroceso respecto al alza de 3,2% experimentado en el trimestre anterior, con el agregado de que en ese periodo se produjo una creación récord de más de 400.000 puestos de trabajo ante todo en el sector servicios.
El dato estratégico central de la situación económica estadounidense es que la demanda doméstica subyacente revelada por las ventas finales a los consumidores domésticos (lo que excluye a los gastos estatales) aumentó sólo 0,2%, en tanto que se expandió 1,1% en el trimestre anterior.
Al mismo tiempo esto fue acompañado por un verdadero derrumbe de la tasa de inversión fija que cayó 6,7% anual, mientras que el gasto en la industria de la construcción se hundió 26,7% anual en esa etapa. Por eso el producto norteamericano, el primero del mundo (26,4 billones/25% del PIB global), se elevó sólo 1% en 2022, en contraposición al auge notable de 5,7% del año anterior; y ahora todo indica que se enfrenta a una situación recesiva en el segundo y tercer trimestre de este año.
Esto es lo que ha provocado un drástico recorte de costes en todas las empresas estadounidenses, tanto manufactureras como de los servicios, lo que ha adquirido características paroxísticas en el sector de punta de la primera economía del mundo, que son las compañías de alta tecnología encabezadas por las plataformas globales de Amazon, Microsoft, Google y Facebook.
Lo asombroso es que esto sucede cuando la tasa de desocupación es todavía de 3.5%, la más baja de los últimos 60 años, y la capacidad de creación de empleo está en el orden de un promedio de 400.000 puestos de trabajo trimestrales.
Meta, el nuevo nombre impuesto por Mark Zuckerberg a su holding sobre Facebook, Instagram, y WhatsApp, echó a 13.000 trabajadores altamente especializados en las últimas dos semanas, lo que representa 13% de su fuerza laboral en el mundo.
Elon Musk fue todavía más allá, y completó su dominio de Twitter al recortar la mitad de su fuerza laboral (3.100 trabajadores). Por último, Jeff Bezos, dueño de Amazon, despidió a 10.000 integrantes de su staff principal.
La Reserva Federal estima que la excepcional creación de empleo en EE.UU., especialmente en el sector servicios, es la causa fundamental de la elevada inflación, y es lo que obliga a aumentar los salarios por encima del aumento de los precios para enfrentar la carencia de trabajadores suficientemente calificados, lo que constituye un círculo vicioso que tiende notoriamente a realimentarse.
Esto está acompañado por una reducción significativa de carácter estructural de la fuerza de trabajo, que ha perdido unos 3 millones de trabajadores desde 2019, según el Deutsche Bank, con el agregado que más de 2/3 de esa disminución se debe a factores demográficos, ante todo el envejecimiento de la población.
Si se le suma la caída experimentada en la inmigración legal, que ha disminuido más de 30% desde los últimos 10 años, la reducción de la fuerza de trabajo asciende a más de 7 millones de trabajadores. Esto, obviamente, se contrapone con la oleada de inmigración ilegal que experimenta EE.UU. a través de su frontera Sur, virtualmente abierta durante el gobierno de Biden, y que sólo en 2022 superó los 2,5 millones de personas provenientes del mundo entero, y en especial de Centroamérica y el Caribe, ansiosos de compartir el “Sueño Americano” de una economía que tiene sólo 3,5% de desocupación, y que creció 5,7% en 2021.
Todo indica que el envejecimiento de la población, con el consiguiente retiro de la fuerza de trabajo, es el factor crucial de la elevada y persistente tasa de inflación en EE.UU. Hay que señalar en lo que caracteriza a la población que envejece es que por definición aumenta la demanda y reduce la oferta, a diferencia de los jóvenes de 18 a 29 años que hacen exactamente lo contrario, y son, por lo tanto, una fuerza des-inflacionaria, como ocurrió notablemente con los baby boomers de la primera posguerra, y que ahora claramente han agotado su relevancia por el peso inexorable de la biología, cuyas leyes son imposibles de evitar.
Este es el cuadro con el que EE.UU. enfrenta el proceso electoral de 2024, en que está en juego la jefatura de la Casa Blanca, que experimenta en este momento con la titularidad de Joe Biden una situación de debilidad, en la que los republicanos que controlan la Cámara de Representantes están en plena ofensiva contra el mandatario. Bien es cierto que los resultados de las elecciones de medio mandato han mostrado una extraordinaria fuerza del bloque progresista del partido demócrata.
El sistema de poder en EE.UU. es de poderes compartidos, y tanto el Ejecutivo como el Congreso, en especial la Cámara Baja, son integrantes constitutivos del sistema de gobierno. Así se gobierna la primera potencia del mundo en el siglo XX junto con China, en un país donde el consenso nacional prácticamente ha desaparecido.
Francisco Villanueva Navas, analista de La Mar de Onuba es economista y periodista financiero @FranciscoVill87
Sea el primero en desahogarse, comentando