De cuando los matices debieran hacer decidir (y II)

J.L. Pedreira Massa. Máster por la URJC.

Las cosas en torno al Máster/no máster de la actual Presidenta de la comunidad de Madrid  se han clarificado de forma contundente y consistente, hasta tal punto que el calificativo de “presunto” solamente lo mantenemos por cuestiones meramente formales, pero no por cuestiones de contenido.

La comisión de investigación en la Asamblea de Madrid no tiene sentido por dos grupos de razones: El primero es por un ataque de sentido de realidad, puesto que no va a tener lugar por los plazos y por los desarrollos posteriores, por lo que  es un “brindis al sol”, las cosas ineficaces e ineficientes no deben hacerse en política. Segundo por contenidos, las declaraciones de la propia Presidenta en sede Parlamentaria y las declaraciones del Sr. Rector de la URJC son de la suficiente consistencia como para ser tenidas en cuenta en su conjunto, evidentemente de forma “presunta”, incluso aunque la propia persona afecta lo hay aceptado.

Efectivamente existen los siguientes “presuntos” hechos aceptados: se matriculó de un máster tres meses de retraso con relación al inicio del curso, en ese tiempo existieron unas materias impartidas, esas materias no fueron cursadas por la persona señalada, sin embargo obtuvo una calificación escandalosamente elevada, no se ha detectado cómo lo hizo; el máster era presencial, exigiéndose un 80% de asistencia para poder presentarse a las evaluaciones docentes de las materias y se deben tener todas superadas para poder optar al TFM; no existen datos que avalen la presencia, de la dicha presunta transgresora, en las actividades del citado máster, ni aparecen reuniones señaladas con el tutor del TFM, ni existe la presentación del TFM, ni consta la fecha de la defensa pública de citado TFM y el Tribunal presuntamente nombrado señala que no estuvo en ese lugar y que han falsificado sus firmas. Esta presunta involucrada ha mostrado una papeleta re-editada por un profesor del citado Máster, pero las firmas estaban falseadas, por lo tanto la propia persona, presuntamente involucrada, lo retira de las pruebas tras haberlo mostrado previamente y hacer sucinta referencia a su existencia. Ahora se busca, por parte de la presunta involucrada, que la culpa sea de la Universidad, ahí es nada, y más recientemente hay que matar al mensajero, puesto que el culpable es un presunto delator que aporta informaciones de forma curiosamente obtenidas por alguien de dudosa trayectoria profesional.

La Universidad también ha tenido su trayecto que se ha confirmado por el anverso y el reverso. La precipitada comparecencia del Rector de la URJC donde aporta todo su apoyo a la “versión oficial” de la presunta implicada y con el aval del profesor/director del máster. La revisión de lo dicho hace constatar las contradicciones y falta de rigor en lo expresado con los datos existentes, en estas condiciones el Rector de la URJC rectifica sobre la marcha y constituye una comisión de investigación interna que, al poco tiempo, completa con la solicitud a la CRUE de una supervisión o auditoría externa, algo tan novedoso que no existían procedimientos formales protocolizados para llevarla a cabo. El rector busca “rehabilitarse” de lo hecho previamente. La comisión interna era claramente insuficiente para el Rector, necesitaba el aval externo, pirueta de gran calado. Esta presión sobre la comisión cumple su función y las profesoras del famoso Tribunal de TFM llamadas a declarar “cantan” y dicen que ni estuvieron allí ni se les esperaba y que sus firmas han sido falsificadas en dos de ellas. El profesor/director del máster, que llama “discípulas” a las profesoras, tiene que matizar y rectificar en dos declaraciones sucesivas a medios públicos. Por fin, el Rector, quizá sobrepasado por tanta desfeita, acude a la Fiscalía a presentar denuncia penal, por lo que pudiera acontecer tras detectarse tanta trapallada.

Los alumnos de esta Universidad nos hemos visto interpelados por toda esta situación. Los alumnos honrados que acudimos a las clases presenciales, que trabajamos los contenidos a nivel individual y grupal, que elaboramos los trabajos cotidianos y los TFM se desarrollaron con reuniones periódicas con el tutor o tutora y se defendieron en sesión pública (15 minutos de exposición más la lectura de las conclusiones y contestar todas las preguntas que realizaran los miembros de la Comisión Evaluadora del TFM nombrada a tal fin), estos alumnos hemos cumplido previamente el requisito formal de asistencia al 80% de las clases, la inasistencia debía ser justificada y si excedía al 80% además debía solicitarse expresamente cómo se iba a compensar la ausencia y no tenía valor si no era formalmente aceptada esa compensación tanto por el profesorado de ese módulo, como por la dirección del máster, lo que se realiza por escrito, en todas las circunstancias. La comunicación con el profesorado y las tutorías siempre dejan rastro y desde los primeros años del presente siglo, además, se tenía el soporte informático. Comunicarse por “un motorista” era del tiempo de la dictadura no representa una actividad académica.

Loa alumnos de la URJC y sus familias han realizado un esfuerzo tremendo, tanto económico como de organización de vida, para realizar un máster. Por ello merecen un respeto a esta opción académica y a sus desvelos para conseguirlo. Aunque existiera las “trampas” conocidas y las no conocidas para la asignación del profesorado, al menos formalmente las actividades académicas se han desarrollado con pulcritud firmal, al menso hasta el momento actual, y para el conjunto de los alumnos. De tal suerte que ha sido una sorpresa, para casi la totalidad del alumnado, las trapalladas contadas en este caso lo que origina indignación por lo que supone de indecencia e indignidad, datos totalmente inaceptables en una Universidad Pública.

Aquí situamos la desconsideración del Gobierno de la Comunidad de Madrid y del Partido que lo sustenta hacia las instituciones públicas. Confunden lo que hacen, con lo que se debe hacer con total ignominia hacia las instituciones que se ven salpicadas de indecencia e indignidad por esta ignominia trapalleira y malintencionada. No, el problema no está en la Universidad, sino en quienes utilizan de forma torticera e interesada a esa institución, con dolo, es decir haciendo daño en beneficio propio y a sabiendas que se está haciendo mal. No es el caso de la URJC, sino la utilización para un beneficio individual por parte de una persona con poder y que ese beneficio lo obtiene en base al ejercicio de ese poder.

Un último intento para emponzoñar la situación de forma maléfica, ha consistido en desviar la atención hacia un presunto informante con dos tipos de razones: la venganza personal y la conspiración de todo un partido. Para lo que se hace, al parecer, una grabación no autorizada por parte de un periodista de dudosa ética, según han señalado algunos medios de comunicación. En segundo lugar se hace maniobra de confusión, torticera e interesada, dando el mensaje por el que la opción de una persona es un acuerdo de un partido.

Diferenciemos las cosas: los únicos portavoces del PSOE y de la FSM son los que estatutariamente así han sido elegidos y para el Grupo Parlamentario Socialista en la Asamblea de Madrid lo es su portavoz. Nada más, no confundan. Desde el pp siempre han confundido personas con instituciones y creen que todos son iguales, pues no es así señores y señoras del pp. No deriven sus responsabilidades, los hechos punibles son los que se han narrado en los epígrafes de persona presuntamente implicada y de la Universidad; las respuestas directas son las de los estudiantes y la sociedad que sentimos indignación por la indecencia de su postura y de sus actos y por la indignidad que supone por el ataque y menosprecio hacia las instituciones que comporta.

No es de recibo la sustitución de uno por otro en el seno del pp, tampoco es una cuestión de asientos por parte del PSOE, la moción de censura y el cambio en la comunidad de Madrid supone un grito de decencia y de dignidad colectiva frente a la inacción y la impotencia. La moción de censura es un grito por el cambio, para que un año se reorientes las actuaciones de la comunidad de Madrid y se desarrollen muchos de los proyectos paralizados por el Gobierno corrupto del pp. No hay posibilidad de seguir esperando. Dentro de un año serán las elecciones autonómicas y allí ocurrirá lo que deba ocurrir, pero ahora es la hora de la responsabilidad de los diputados en la Asamblea.

No valen excusas, pedimos soluciones de regeneración democrática, de oportunidad política, de adecentamiento institucional y de dignificación social.

J.L. Pedreira Massa, colaborador habitual de La Mar de Onuba es psiquiatra y psicoterapeuta de infancia y adolescencia. Profesor de la UNED. Máster por la URJC.
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