De cuando la naturaleza se queja y arrasa sin piedad

por José Luis Pedreira Massa

 

Lunes, 4 de noviembre de 2024. Aclaremos el calendario. Día 23 de octubre, la AEMET realiza un preaviso de la llegada de una DANA que se asentará en la Península Ibérica y que es previsible que será muy importante, también avisaban los meteorólogos que tendrían que informar día a día, porque en las DANAS no se puede predecir con exactitud lo que va a pasar.

El 24 de octubre la AEMET avisa que la zona que más se afectará con la DANA será el levante de la Península Ibérica, con abundantes precipitaciones en Valencia, nivel de alerta amarillo.

Nadie de la Administración valenciana dice nada.

El día 25 de octubre a las 13:01 la AEMET emite una nota informativa en la que se incluye que “el día 29.10 se esperan chubascos y tormentas fuertes o muy fuertes localmente persistentes, sobre todo en la zona de Valencia.

El día 26 de octubre la AEMET señala que el día 29.10 será el día D de mayor peligro de lluvias más fuertes.

El día 27.10 la agencia española emite un aviso especial para señalar que el día 29.10 será el día álgido con lluvias superiores a 150 mm en 24h en Valencia y Murcia.

Nadie de la administración valenciana dice nada.

El día 28.10 a las 14:04 la AEMET lanza un segundo aviso y a las 14:30 un tercer aviso con señalamiento de la gravedad de las lluvias en la zona referida y eleva a aviso naranja la situación.

Nadie de la administración valenciana dice nada.

El día 29.10 era el día D. Muy importante rastrear qué pasó ese día:

06:42 la AEMET señala aviso naranja.

7:31 eleva a alerta al nivel rojo, recomendando que se tomen de forma urgente medidas preventivas especiales.

07:36 se amplía el nivel rojo al norte de Valencia.

08:04 la AEMET publica la predicción de peligro extremo para Valencia.

No hay noticia alguna de la Administración valenciana.

El mismo día 29.10, a las 09:06 la AEMET emite nuevos avisos rojos para Valencia.

09:41 incluye a toda la provincia de Valencia en el nivel rojo.

11:27 se notifica que Valencia y Málaga pasan a ser nivel rojo.

No hay noticia alguna de la Administración valenciana. El President de la Generalitat preside tres actos: Consell, Acto entrega de la estrategia turística y la estrategia de salut digital.

11:41 la Universitat suspende sus clases.

11:50 la Confederación Hidrográfica del Júcar señala el desbordamiento de los barrancos del río Magro.

12:20 Se emite un aviso espacia sobre el desbordamiento de barrancos del río Poyo.

13h el President de la Generalitat Valenciana, Carlos Mazón, hace una declaración institucional diciendo que la “Según previsión, el temporal se desplaza hacia la Serranía de Cuenca, por lo que a las 18 h disminuirá su intensidad en todo el resto de la comunidad Valenciana”. Unas horas después… este mensaje se borra.

13:45 Reunión de Carlos Mazón con UGT, CCOO y asociaciones empresariales para la elaboración de los presupuestos de 2025.

14h la Diputación de Valencia manda a casa a sus trabajadores.

15h la TV autonómica À Punt de clara el riesgo máximo hidrológico.

15:20 Utiel inundado.

16:30 se activa la UME para la zona de Utiel.

18:30 se inunda el barranco del río Poyo y en Picanya, Paiporta, Benetússer, Sedaví; Massanassa y Catarroja comunican personas desaparecidas y los primeros fallecidos.

20:12 llega la alerta automática, cuando ya había miles de personas atrapadas.

Desde entonces se inicia una tarde-noche llena de dramatismo, miedo, angustia y frío para miles de habitantes de la zona. Sus casas inundadas y los habitantes intentando refugiarse en las terrazas.

Muchas personas intentaban salvar sus automóviles de los aparcamientos y garajes, donde tuvieron una trampa mortal. Otros se protegían en sus lugares de trabajo o subiendo a los techos de los coches o de camiones que circulaban y habían tenido que parar, estaban mojados, tenían frío, pero, al fin y a la postre, estaban vivos.

La riada era implacable arrastraba lo que encontraba a su paso y la violencia del agua arrastraba los coches y los amontonaba, a veces en varias alturas, este apilamiento ocluía calles, impedía la entrada o salida de las viviendas. Las personas mayores quedaban recluidas en sus casas presas del miedo, los bebés lloraban mientras se acababan los alimentos infantiles de sus domicilios familiares, mujeres pensando en sus parejas que habían acudido a trabajar a su lugar habitual, hombres que esperaban inútilmente a sus parejas que habían salido a trabajar o a realizar compras y no retornaban, jóvenes que no se comunicaban por sus móviles de forma increíble, negocios que veían arrastrados sus productos de venta.

La noche fue larga y muy dolorosa.

La imagen del día 30.10 al amanecer se descubrió con tintes dantescos: calles con agua a una altura de unos 2 metros, casas anegadas y mobiliario destruido, agua, barro y lodo por doquier, las calles llenas de materiales de desecho, amasijo de hierros, maderas y coches, los túneles ocluidos, el ferrocarril sin funcionar y las vías de alta velocidad destruidas, los aparcamientos transformados en ratoneras tramposas.

Primeras cifras de fallecidos y desaparecidos… la alarma crece entre la población, la incertidumbre acrecienta el miedo o el sentimiento pavoroso de la vida. El goteo que incrementa las cifras es un martilleo constante 12, 30, 40, 62, 130, 150, 162, 200, 204, 210, 214… Mi pareja puede estar entre el número impreciso de desaparecidos y emerge la esperanza de sobrevivir al desastre.

Se convocan las primeras reuniones, aparece una especie de fantasmón que se autoerige como casi presidente del gobierno y hace el ridículo, alguien que no parecía ser un líder cualificado de la oposición, sino un ser alarmista y que trasmite informaciones que, con posterioridad, son

Después la comparecencia del Presidente del Gobierno y del President de la Generalitat abre un esperanza de colaboración leal.

La población está angustiada y se moviliza, pero como pollo sin cabeza falta la coordinación de las acciones, se hacen cosas sin una visión clara y con escasa funcionalidad…

El President de la Generalitat clausuró, hace casi un año, la Oficina Valenciana de Coordinación de Emergencias, lo hacen con el rótulo de “cerrar un chiringuito”. La DANA evidencia, de forma dramática, que no era tal chiringuito, sino un servicio público necesario que hubiera centrado el liderazgo en una situación de emergencia como la actual.

Se difunden los primeros bulos, por ejemplo, que no funciona el rádar de la AEMET de Valencia, tiene que publicarse una nota oficial para desmentirlo; o la demolición de 200 presas en Valencia lo que hizo que no se contuviera el agua, 200 presas en Valencia es absurdo e imposible y no se ha demolido ninguna; que el teléfono 112 ya no es de emergencias y aportan otro nuevo… Como suele acontecer ante estas situaciones los buitres carroñeros, curiosamente con vínculos con la extrema derecha, extienden su manto para desprestigiar las instituciones democráticas y sociales, buscan dar la sensación de desgobierno, de no funcionamiento del estado, “estado fallido” dicen los de la extrema derecha, descalificando lo existente y creando bulos sin parar, utilizando las redes sociales como altavoz y medios de difusión, así como la aparición de pseudoperiodistas, algunos muy reputados, que organizan verdaderas algarabías informativas, plagadas de mentiras y sin ninguna base científica.

Un bulo extendido es que el Gobierno Central no quiere ayudar, no remite al ejército y deja solos a los valencianos. Lo adornan con comentarios xenófobos o de ataque a otras CCAA. Hasta el Rey tiene que decir de forma clara a la gente que “no se fíen de las informaciones no oficiales, mienten… las hacen grupos que quieren desprestigiar al estado y a la democracia y crear un caos”.

La reflexión de estos grupúsculos lleva a afirmar algo que se extiende: “solo el pueblo se preocupa y salva al pueblo”, un grito que es el núcleo para el populismo al generar una cultura inadecuada sobre el “estado fallido”, genera así una sensación creciente de desamparo, de ineficiencia y de falta de respuesta. A ello contribuye con la afirmación rotunda de “aquí no viene nadie”, quizá no llega todo lo que se esperaba o que llega lentamente. Ya está la desafección con las instituciones democráticas y, por lo tanto, el terreno propicio para que germinen las ideas y los relatos de la extrema derecha.

Pero los medios de comunicación responsables han conseguido que la población española sitúe en el mapa Letur en Castilla la Mancha; y de Valencia Carcaixent, Requena, Paiporta, Alfafar, Aldaia, Chiva, Utiel, Algemesí, Catarroja, l’Alcudia o Benatusser, o accidentes geográficos como el barranco del río Poyo o el río Magro. Esta acción pedagógica también tiene un efecto de reconocimiento, lo que favorece la empatía y la colaboración.

Se pide que se declare el estado de alarma por emergencia nacional, pero los que lo piden fueron los mismos que durante la pandemia denunciaron ante el Tribunal Constitucional los estados de alarma y que se declaró parcialmente inconstitucional. En esa declaración hubo un voto particular de un magistrado, en su formulación se argumentaba que no podía ser anticonstitucional la protección del conjunto de la población y que cabía el peligro que ante otra emergencia se retrajera la posibilidad de declarar el estado de emergencia. Aquí está el nudo gordiano de la situación, si se declara el estado de emergencia cabe la posibilidad de denuncia ante el Tribunal Constitucional, si no se declara se solicita la declaración por parte de los que denunciaron. Es decir, se plantea al Gobierno una resolución de una paradoja, lo que es muy difícil de solucionar, tal y como nos señalan Mara Selvini y Giuliana Prata en su texto “Paradoja y antiparadoja”.

Mientras tanto, en la población se va instalando una gran frustración, sentimientos de impotencia, percepciones de abandono y desesperación, todo ello produce una gran irritabilidad y respuestas de crispación. Todo ello se evidencia con la visita del Rey, del Presidente del Gobierno y del President de la Generalitat. Sobre ese terreno la extrema derecha, de forma organizada por grupos y en las redes sociales, tiene su mejor caldo de cultivo donde imponer la agresión, desarrollando las fake news, los bulos, con convocatorias para acudir a “recibir” a los representantes del Estado porque no funciona, hay que recordarles, lo hizo también el Rey en otra intervención, que el Estado funcionaba aunque fuera lentamente pero tenían las ayudas de las instituciones estatales. Hasta el General jefe de la UME tiene que puntualizar que tardaron “15 minutos” en estar en el terreno, en los momentos de mayor dificultad.

El President de la Generalitat convoca a siete Ministros del Gobierno de España para formar grupos de trabajo y coordinación con la Generalitat. El Gobierno de España acepta. El líder de la oposición parlamentaria sigue pidiendo que el Gobierno Central asuma la gestión de la crisis. No se dan cuenta, o quizá sí, que una y otra alternativa es la confirmación de la incapacidad e incompetencia de la Generalitat para coordinar esta emergencia.

Surge el voluntariado que acude sin coordinación ni tarea específica. Se desarrolla así el denominado “síndrome del buen samaritano”, llegan los voluntarios con una idealización de la tarea que va a desarrollar y que puede aportar, pero la realidad es tozuda y no es fácil integrarlo, en ocasiones se transforman en dificultadores de las tareas, a pesar de su buena intención, pero son ríos de gente con funciones inespecíficas que pueden dificultar el tránsito y distribución de tareas con los recursos institucionales. Es evidente que el voluntariado acude con muy buena intención y que han sido y son útiles, pero deben articularse con los recursos institucionales, recordar que existe un refrán castellano que dice “el camino al infierno está empedrado de buenas intenciones”.

Es evidente que queda mucho, muchísimo, por hacer y a muy largo plazo y eso debe ser integrado, aunque produzca cansancio y dolor, por toda la ciudadanía. No se puede crear falsas expectativas, en estas circunstancias serían una gran irresponsabilidad. Es hora de fomentar la colaboración y la complementariedad de las acciones a implementar.

Por cierto, ya se empieza a hablar, una vez más, de la salud mental… que no sea una moda.

Cuando la pandemia formulé una idea fundamental: en las épocas de crisis las personas inteligentes ayudan y colaboran, pero los mediocres e incompetentes solo crean problemas.

El Dr. José Luis Pedreira Massa, Don Galimatías en La Mar de Onuba, es Vocal del Consejo Asesor de Sanidad y Servicios Sociales del Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social. Psiquiatra y psicoterapeuta de infancia y adolescencia. Prof. de Psicopatología, Grado de Criminología (UNED).

 

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