Miércoles, 20 de noviembre de 2024. Miles de móviles sonaron y vibraron a la vez con insistencia la noche del 29 de octubre en Valencia. Y lo mismo pasó al borde de la medianoche del 13 de noviembre en Málaga, en previsión de las lluvias que se avecinaban. El sonido no era el propio de un SMS, ni tampoco el de un mensaje de WhatsApp: correspondía a un mensaje de protección civil enviado mediante el sistema de alerta de emergencias ES-ALERT, que no necesita app ni se puede desactivar. Todos los teléfonos móviles 4G/5G lo recibieron. Porque se enviaba directamente desde las estaciones base (comúnmente conocidas como “antenas”) de telefonía a todos los terminales móviles activos en su entorno. Incluso en modo silencio o nocturno.
Se trata del mejor mecanismo que han encontrado las autoridades para asegurarse de alertar al unísono a la mayor parte de la población ante la posibilidad de que suceda algún tipo de desastre que ponga en riesgo su vida, su integridad física o sus bienes.
El sistema de alerta público europeo (EU-ALERT)
Todo esto viene regulado por el Código Europeo de las Comunicaciones Electrónicas, que se establece dentro la Directiva europea 2018/1972. En su artículo 110, define un sistema de alerta público mediante el cual los Estados miembros deben velar por que se transmitan alertas a los afectados en caso de grandes catástrofes o emergencias inminentes o en curso.
La Directiva también permite lanzar estas alertas usando servicios móviles de comunicaciones interpersonales, otros servicios de radiodifusión o una aplicación móvil basada en un servicio de acceso a través de internet (por ejemplo, una app de Android o iOS), siempre y cuando estos otros sistemas tengan una eficacia y cobertura equivalentes a la telefonía móvil. Es decir, debe estar garantizado que los usuarios puedan recibir las alertas fácilmente.
En principio, alertar mediante una aplicación ha sido probado en algunos países sin éxito: solo un porcentaje muy pequeño de la población (entre el 1 % y el 3 %) se instala la app y, en momentos de emergencia, la red se satura por el uso intensivo de las redes sociales, llamadas de voz o consultas de internet.
Alertas de Protección Civil en el móvil
La Directiva obligaba a que estos sistemas de alerta pública estuvieran operativos, a más tardar, el 21 de junio de 2022. Y en España apuramos hasta la fecha límite: el sistema de alerta público español, ES-ALERT, fue desplegado el 21 de junio de 2022, financiado con fondos de recuperación y resiliencia. Desde 2023, está a disposición de los centros de coordinación de emergencias de las comunidades autónomas en el marco del Sistema Nacional de Protección Civil. Estos centros, junto con el Centro Nacional de Seguimiento y Coordinación de Emergencias (CENEM) del Ministerio del Interior, son los responsables, dentro de su área de competencia, de definir y emitir las alertas cuando la situación lo requiera.
Niveles de alerta 1, 2 y 3
ES-ALERT define tres niveles de alertas de protección civil:
Nivel 1. Alertan de amenazas inminentes para la vida (terremotos, inundaciones, accidentes nucleares, ataques terroristas…), son automáticas y no requieren configuración alguna por parte del usuario. Se emiten únicamente en situaciones de amenaza inmediata y están activadas por defecto en todos los dispositivos compatibles. Estas alertas no pueden ser desactivadas por el usuario.
Nivel 2 y 3. Las alertas de nivel 2 y 3 requieren activación manual por parte del usuario en los ajustes del teléfono. Según el Ministerio del Interior, este nivel no se utiliza actualmente en España, pero es importante saber cómo configurarlo para posibles usos en el futuro. En la mayoría de teléfonos actuales se muestra la opción de activar/desactivar las “Pre-Alertas de Protección Civil”.
No necesita configuración, la alarma es fuerte y no cesa hasta que leemos el aviso
En resumen, ES-ALERT es un servicio de alerta oficial y gratuito que llega a los usuarios en cuestión de unos pocos segundos a través de las tecnologías de red 4G y 5G.
Para recibir este servicio no hace falta inscribirse ni realizar ninguna acción. Como las alertas se envían por medio de un sistema de difusión, no es necesario conocer el número de teléfono de los usuarios.
Además, las alertas de nivel 1 suenan aunque el terminal móvil esté en silencio o en modo “no molestar”. El sonido es fuerte, y va acompañado de vibraciones del teléfono. La alarma se muestra en la pantalla hasta que el usuario aprieta el botón de “Aceptar”.
En caso de recibir una de estas alertas se recomienda actuar con calma, leer el texto con atención y seguir las instrucciones del mismo.
Es un mensaje de alerta, no un SMS
Conviene aclarar que ES-ALERT se basa en el servicio de difusión de mensajes y, por tanto, no en el servicio de mensajería corto (conocido por su acrónimo en inglés, SMS). La desventaja de los SMS es que, para usarlos, el sistema debería mantener una base de datos con los números de teléfono de los usuarios a los que se envía la alerta, lo que puede causar conflictos de privacidad. Además, los SMS se deben mandar uno a uno a cada usuario, lo que puede provocar retrasos en la llegada de la alerta (en casos de emergencia, es poco probable que los SMS lleguen en menos de un minuto).
Por otro lado, el usuario no tiene manera de verificar que el SMS llega de una fuente autorizada, por lo que las alertas se podrían falsificar. Finalmente, el sonido de una alarma enviada por SMS no se podría distinguir del sonido en cualquier otro SMS, reduciendo su eficacia.
¿Quién decide enviar una alarma?
La Norma Básica de Protección Civil establece una jerarquía de emergencias dividida en cuatro niveles, del 0 al 3. El nivel 3 está reservado para emergencias de interés nacional y es gestionado exclusivamente por el Gobierno central, a través de los órganos de protección civil del Ministerio del Interior. En cambio, cuando una situación de riesgo afecta únicamente a una región, la norma indica que su gestión corresponde a la comunidad autónoma afectada. Si se ve desbordada, puede pedir apoyo a otras administraciones, incluido el Gobierno central.
En caso de que se requiera la declaración de los estados de alarma, excepción y sitio, o se exija la coordinación de varias comunidades autónomas porque la emergencia afecte a varias comunidades, o porque las dimensiones de la alarma requieran una dirección de carácter nacional, el titular del Ministerio del Interior puede declarar la alarma de interés nacional, bien por propia iniciativa o a instancia de las comunidades autónomas o de los delegados del Gobierno en las mismas. En tal caso, todos los recursos quedan bajo el control del Gobierno central, quien también puede movilizar equipos y personal de otras comunidades autónomas que no estén afectadas por la emergencia.
El pasado 3 de septiembre de 2023 se usó por primera vez el sistema público de alarmas ES-ALERT en la Comunidad de Madrid. Esto generó cierta polémica, porque en Madrid capital la lluvia no afectó de manera muy intensa, y hubo voces de representantes públicos relevantes que pedían tener en cuenta las consecuencias socioeconóminas de las alertas, antes de enviarlas. Otros pidieron a la Agencia Española de Meteorología (AEMET) que afinara más en sus pronósticos para evitar falsas alarmas.
En el reciente caso de las graves inundaciones que han afectado principalmente a la provincia de Valencia, la alerta de emergencia se mantuvo en todo momento en el nivel 2. En ese caso, según la ley valenciana de emergencias (Ley 13/2010, de 23 de noviembre, de Protección Civil y Gestión de Emergencias), corresponde a la consellera titular de la Conselleria competente en materia de protección civil y gestión de emergencias ejercer el Mando Único de la emergencia, lo cual incluye, entre otras funciones, enviar avisos a la población y coordinar la información a la población durante la situación de la emergencia.
Además de en estas ocasiones, el sistema ES-ALERT ha sido utilizado desde su inicio a principios de 2023, y hasta la fecha, en 77 ocasiones por 9 comunidades autónomas, según datos del Ministerio del Interior.
Héctor Esteban González es Director de la Escuela Técnica Superior de Ingeniería de Telecomunicación, Universitat Politècnica de València; y Vicent Pla Boscà, Catedrático de Universidad, Departamento de Comunicaciones, Universitat Politècnica de València
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