Cerca de 40.000 refugiados siguen abandonados a su suerte como consecuencia del acuerdo UE-Turquía

Amnistía Internacional, CEAR, la Coordinadora de ONGD y Médicos sin Fronteras han trasladado, en una carta enviada a las autoridades españolas, su preocupación por la situación en la frontera turco-griega y le han preguntado sobre el papel que van a jugar los efectivos que supuestamente España enviará para apoyar al Gobierno griego.

En la carta, las organizaciones recuerdan que “la protección de las personas refugiadas no es algo que los países puedan eludir a su antojo. Grecia debe hacer valer el derecho de asilo, y la UE debe prestarle apoyo. El derecho de asilo es innegociable” (…). Lo que estamos presenciando en la frontera greco-turca es una crisis de humanidad creada por Europa”.

Denuncian que “las tensiones de estos días en la isla de Lesbos demuestran una vez más el fracaso de Europa en la protección de hombres, mujeres y niños que huyen de los conflictos”.

Cerca de 40.000 personas migrantes y refugiadas permanecen atrapadas en las islas griegas, abandonadas a su suerte como consecuencia del acuerdo entre la UE-Turquía, a lo que se suma los incidentes provocados por grupos extremistas que impiden la llegada de embarcaciones a la costa y atacan a activistas y a vehículos de periodistas, trabajadores de ONG y personal voluntario.

Amnistía Internacional, CEAR, la Coordinadora de ONGD y Médicos sin Fronteras denuncian la criminalización de las personas migrantes y refugiadas, así como de quienes intentan ayudar.

Tal criminalización “solo puede contribuir a que se incrementen los ataques racistas y xenófobos que ya se están produciendo, en lugar de combatirlos. Los Estados tienen derecho a controlar sus fronteras, pero no deben hacerlo a costa de erosionar los derechos humanos y el derecho internacional humanitario”.

Las formaciones denuncian que «las conclusiones del Consejo extraordinario de Ministros de Interior de la UE, que tuvo lugar el pasado miércoles 4 de marzo, apunten más hacia el refuerzo de las fronteras y la prohibición de movimientos tanto de las personas migrantes como refugiadas, que a la protección de las personas frente a la violencia sufrida estos días».

Es imprescindible tener en cuenta que esta medida se toma en un momento en que el conflicto en Siria se desata con la máxima violencia contra la población civil en el norte del país, con un brutal coste de vidas, heridos y familias buscando desesperadamente un lugar seguro donde sobrevivir.

“Nos horroriza la escenificación de las autoridades de la Comisión Europea y el Consejo europeo el pasado miércoles en la frontera, donde dieron su apoyo explícito a la respuesta inhumana del gobierno griego, y no condenaron en ningún momento la violencia ejercida contra población civil indefensa y las devoluciones automáticas en estas terribles circunstancias”, señalan las ONG.


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