Fíjese si soy antiguo que cuando tuve responsabilidades de gestión no me corrompí ni en mi entorno gestor aconteció tal cosa, nombré a gente con responsabilidades por aquello que podían aportar y nunca miré su ideología ni su carnet político, por lo que tuve problemas, se lo aseguro.
Sra. IDA:
Le declaro que según vd soy antiguo, muy antiguo por ser de izquierdas. No obstante soy una persona que cedo el paso a las mujeres, les ayudo a poner la chaqueta o el abrigo, arrimo la silla a quien va a sentarse, pido las cosas por favor (incluso en familia), pido perdón si pienso que en algo hice mal o pude hacer daño, doy las gracias cuando me hacen un favor, no me gustan los halagos fáciles, pregunto cuando no sé alguna cosa, incluso soy disciplinado en relación a mis jefes aunque luego les debata cuando ha pasado la hora de trabajo.
Soy tan antiguo que me saqué cada curso de la licenciatura en años sucesivos, quizá porque también seré algo cortito en relación a vd, que la especialidad me la saqué a pulso con muy buen número para optar al MIR puesto que me permitía elegir cualquier especialidad en cualquier hospital del Estado, que soy tan torpe que mi doctorado me llevó varios años, en el Máster que hice en la URJC me exigió 80% presencial (con doble firma en cada sesión presencial) más la presentación y defensa pública del TFM y no se me ha perdido ningún documento ni justificante, a pesar de los cambios de domicilio y un divorcio.
Pero entre esas antiguallas, según vd, soy y me siento de izquierdas hasta los tuétanos, sí y lo considero un valor añadido de mi antigua y vieja vida, según vd.
Fíjese si soy antiguo que cuando tuve responsabilidades de gestión no me corrompí ni en mi entorno gestor aconteció tal cosa, nombré a gente con responsabilidades por aquello que podían aportar y nunca miré su ideología ni su carnet político, por lo que tuve problemas, se lo aseguro.
Mire si soy antiguo que gente de su partido y de su ideología, supuestamente liberal, me ha reprimido y me han puesto una “señal roja” y sin conocerme de nada han opinado y hasta juzgado.
Pues, aún así, soy tan antiguo, según vd, que sigo siendo de izquierdas.
Soy de izquierdas porque sigo luchando por la equidad, por la igualdad real de oportunidades, porque la pobreza me horroriza, no se puede tolerar el dolor que me produce y que no me permite dormir tranquilo, sabiendo que el 30% de la infancia de esta tierra madrileña se encuentra en el umbral de la pobreza (aunque alguno de sus consejeros no los vea por la calle, posiblemente porque en “su calle” no aparecen, en la mía sí los hay); porque me motiva la solidaridad; porque es insufrible tanta desigualdad e injusticia social; porque creo en las políticas del estado de bienestar como reguladoras de la desigualdad y como salario social para el conjunto de la población, que esos pilares son la sanidad pública, universal, gratuita y de calidad como factor de cohesión territorial y social; la educación láica y pública como “ascensor social” indispensable, forma de superación y libertad; la justicia justa como servicio y garante de la sociedad; los servicios sociales públicos para solventar problemas, integrando la ley de dependencia; la igualdad entre géneros, en el matrimonio igualitario y el reconocimiento de los DDHH del conjunto de la comunidad LGTBI, que la transexualidad no es ninguna enfermedad, que la violencia de género es una vergüenza, que la cultura patriarcal es una (de)formación ideológica, cultural y social, que el aborto y la eutanasia son derechos individuales que deben regularse con generosidad y amplitud, que el maltrato a la infancia y los abusos sexuales a la infancia son algo execrable, que se debe erradicar cualquier señalización a las personas por cuestiones de edad, género, creencias religiosas, orientación e identidad sexual, porque a la infancia hay que reconocerla sus derechos de ciudadanía y a la adolescencia de proyectos.
Verá, resulta que soy muy antiguo por tener inquietudes culturales, voy a conciertos de todo tipo incluyendo los de jazz, soul, pop y rock en igualdad con los denominados de “música clásica” y ópera, leo todo lo que puedo, escribo prosa en forma de ensayos y hago pinitos en poesía, me gusta viajar para aprender y contrastar, para facilitar hablar algunos idiomas y abrir la mente a nuevas culturas. Por todo ello me gusta que se acoja a emigrantes de países pobres y en conflicto.
Soy tan antiguo y de izquierdas que me molesta la política de histrionismo, gritos e insultos; no entra en mi forma de pensar y actuar que, en el debate político, exista la descalificación personal por el mero hecho de descalificar al otro, no concibo la política de actos y dichos a la galería del electoralismo corto de piernas y, más aún, de ideas. Tuve la suerte que el Prof. Chomsky me enseñara a realizar crítica por los contenidos del discurso (no del relato, he dicho del discurso) y, por ello, detecto con facilidad las ocho formas y modos de que algunos medios de comunicación (influidos por el poder de la derecha económica, mediática y social) actúan para realizar la “manipulación mediática” y los tres pasos de la privatización de los servicios públicos.
Verá, creo que la actividad política es útil cuando se habla para conseguir acuerdos en beneficio de la población y acercarse a la justicia social. Por lo tanto, es una actividad noble, que permite la contrastación y el debate de ideas y discursos (no relatos, he dicho discursos). Me parece escasamente elegante y tener muy poca clase utilizar contenidos dolorosos para la progresión personal, política o electoral, por ello me parece una gran indignidad la utilización del terrorismo en beneficio propio o, lo que es peor, para hacer electoralismo con eslóganes llenos de inmundicia y ofensa a las víctimas de ese terrorismo, sobre todo porque el terrorismo ya está superado desde hace lustros y costó mucho a esta sociedad que se superase.
Sí, decididamente soy de izquierdas y, por mucho que vd lo diga, descalifique, insulte y grite por doquier, no soy ni me siento antiguo, quizá mayor y veterano, pero nunca, nunca antiguo.
Simplemente me despido de vd, así sin más.
El Dr. José Luis Pedreira Massa, Don Galimatías en La Mar de Onuba, es Vocal del Consejo Asesor de Sanidad y Servicios Sociales del Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social. Psiquiatra y psicoterapeuta de infancia y adolescencia. Prof. de Psicopatología, Grado de Criminología (UNED).
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