Integrantes del equipo de Gobierno del PP participaron en un sahumerio para eliminar las «malas energías» de la casa consistorial de la capital onubense.
[ACTUALIZACIÓN 31 DE ENERO DE 2024. En el pleno Municipal celebrado hoy en el Ayuntamiento de Huelva, y en nombre de la Alcaldesa, Pilar Miranda (a la que iba dirigida la pregunta), el Primer Teniente de Alcalde, Felipe Arias, ha ofrecido la respuesta que puede verse en el vídeo. La Mar de Onuba mantiene y ratifica, sin cambiar una coma, la información publicada, en exclusiva primicia, por esta revista, y que devolvemos hoy a nuestra Portada]
Lamentamos defraudar las expectativas de nuestras lectoras y lectores, pero carecemos del talento y la imaginación necesaria para pergeñar semejante "inocentada". Como casi siempre, la realidad supera a la ficcíón, y la información con la que abrimos desde ayer nuestra revista no es, lamentablemente, una broma.
Jueves, 28 de diciembre de 2023. 15 de noviembre. Ayuntamiento de Huelva. Interior/ noche. Víspera de la tercera investidura de Pedro Sánchez como Presidente del Gobierno. Bien entrada la noche, en la sede del Consistorio capitalino onubense solo permanecen, según el relato coincidente de varias fuentes consultadas por La Mar de Onuba, la alcaldesa Pilar Miranda y otra integrante del equipo de gobierno del Partido Popular, ya que todo el personal municipal ha finalizado su jornada laboral. Según las mismas fuentes, coincidentes, desde la alcaldía se había solicitado esa misma tarde al equipo de limpieza que dejaran «a mano» una escoba y un recogedor antes de abandonar el edificio.
Misma fecha. Ayuntamiento de Huelva. Interior/ Noche. Dos mujeres sin identificar se personan en el edificio y acceden a la planta superior, donde se ubican el despacho de la alcadesa y las áreas de gobierno, así como el Salón de Plenos Municipal. Los agentes de la Policía Local que custodian el Ayuntamiento tienen orden de permitir la entrada a ambas mujeres, ya que estas «venían a ver a la alcadesa y una concejala», siempre según las fuentes, coincidentes, consultadas por esta revista.
Pasadas unas horas, las dos visitantes abandonan el Ayuntamiento.
Un escenario «insólito»
16 de noviembre. Ayuntamiento de Huelva. Interior / Día. A primera hora de la mañana, apenas amaneciendo, llegan a la casa consistorial onubense las primeras trabajadoras y trabajadores municipales, personal de los equipos de limpieza y mantenimiento del edificio que, al acceder a su «zona noble», encuentran un escenario insólito. El Salón de Plenos y varios despachos municipales, incluidos el de la propia alcaldesa Pilar Miranda, tienen el suelo cubierto de sal y de romero quemado, situación que las limpiadoras tienen que, de forma inesperada, resolver. La escoba y el recogedor solicitado por el equipo de Miranda no han sido utilizados.
Consultado este miércoles por la redacción de La Mar de Onuba, el equipo de gobierno del Ayuntamiento de Huelva -que no ha desmentido la información- ha declinado explicar quién autorizó la ejecución de un ritual de ese tipo o confirmar la presencia de la propia alcadesa Pilar Miranda durante el mismo. Tampoco si se tomaron las debidas medidas de supervisión y seguridad para un rito en el que el uso de fuego forma parte esencial
Según las mismas fuentes, todo indica que lo sucedido la noche anterior en el Consistorio fue un «ritual purificador», consistente en esparcir sal y quemar romero sobre esta, de forma que el humo resultante (sahumerio) absorbe, según creencias de carácter supersticioso, las «energías negativas» que afecten al lugar en el que se realiza el acto de «limpieza».
Otras fuentes aficionadas a la cosa esotérica explican que los restos de los materiales para la realización de sahumerios, en este caso sal y romero quemados, no pueden ser limpiados por las mismas personas que lo ejecutan, ya que podrían correr el peligro de llevarse con ellas el «mal fario» conjurado. Este aspecto de tales liturgias purificadoras explicaría (o no) por qué no se utilizaron ni la escoba ni el recogedor solicitado por la propia alcaldía horas antes de la realización del acto de «brujería».
Ayuntamiento de Huelva: «No hay nada que comentar»
Consultado este miércoles por la redacción de La Mar de Onuba, el equipo de gobierno del Ayuntamiento de Huelva -que no ha desmentido la información- ha declinado explicar quién autorizó la ejecución de un ritual de ese tipo o confirmar la presencia de la propia alcadesa Pilar Miranda durante el mismo. Tampoco si se tomaron las debidas medidas de supervisión y seguridad para un rito en el que el uso de fuego forma parte esencial. O si la acción ha tenido algún coste para las arcas municipales.
«No hay nada que comentar», ha sido la lacónica respuesta por escrito del equipo de Gobierno a esta revista una hora después de haberle trasladado las preguntas referentes al insólito episodio del 15 de noviembre, interior, noche, en el Ayuntamiento de la capital onubense.
Según revelan numerosos textos y la "tradicion oral", la brujería se extendió por toda Andalucía, sobre todo en los siglos XVII y XVIII, si bien a veces se señalaba como hechiceras a personas suyos conocimientos de plantas y remedios naturales cuestionaban los remedios de la medicina o o las enseñanzas de la iglesia. Pasar ese límite se pagaba, no en pocas ocasiones, con "fuego purificador". Las llamas de las hogueras de la Santa Inquisición.
Como recordaba el autor onubense Juan Manuel Bautista en un artículo publicado por Huelva Información el 13 de febrero de 2022, en Huelva son varias las brujas ajusticiadas por aquel tribunal de la iglesia católica. Por ejemplo, Francisca Romero (1804), quien tenía por ámbito de actuación Huelva capital, y estaba considerada como "sanadora" y "chupadora de sangre". Fue objeto de interrogatorio de la Inquisición por el uso de "magia y simbología" en sus rituales. Estuvo bajo la supervisión del tribunal de Sevilla en 1804 en un proceso que se alargó hasta 1807. Se la acusaba de ser sanadora pero, a su vez, supersticiosa, que era una pena elegida como tercer motivo de condena (la superstición).
En la provincia onubense también destacaron, entre otras, Isabel Domínguez, de Villarrasa, o María Ramírez “la Coja”, de Niebla. La primera de ellas fue acusada en 1739 de "embrujar a los hombres". Se decía que Isabel logró liberar a familiares de la cárcel gracias a sus invocaciones y oraciones. Como en el caso de Francisca fue el tribunal de Sevilla en 1769 el que tomó la causa.
Por su parte, María Ramírez fue acusada en 1750 de ser hechicera con poderes para "quitar los males de ojo" y "hacerse invisible". Según el auto de fe consultado por Bautista para su artículo, "la Coja" habría participado en el llamado “akelarre de Moguer” de 1740, donde participaron hasta cinco brujas. Allí estaban “la Coja” e Isabel Domínguez, erigida en líder. Según la declaración de un testigo presencial, "aquella noche habían de tomar un panderillo y sonajas y habían de ir a todos aquellos lugares, y que salieron de la casa no sabiendo a dónde”.
En España entre 1550 y 1700 fueron juzgadas por brujería en España más de 3.500 personas. No obstante, ya en 1526, el entonces inquisidor general Fernando de Valdés quiso saber si lo que narraban las brujas era real o todo eran imaginaciones. Entonces, un grupo de juristas se pronunció respecto de las brujas diciendo que “más que perseguirlas, había que conseguir educarlas”.
Me alegra saber que siguen con esos rituales, así no habrá fallos en la Matrix.