‘¿Andalucía?, ¡manda huevos! (I)’, por J.J. Morón

por J. J. Morón

 

Miércoles, 29 de mayo de 2024. No pretendo más que presentaros, como si se tratara de un espejo, el reflejo cuantitativo de nuestra tierra. El libro “Andalucía, ¿a qué esperas?”, me cargó de razones cuantitativas reales para luchar por intentar abrir los ojos a todos los españoles sobre la situación y consecuencia que padece Andalucía. Analizo la situación de forma razonal y sin permitir perderme en tendencia política alguna, intereses partidistas o preferencias de ningún tipo de ideología o color.

Resulta que Andalucía, mercantilmente es un producto, total y absolutamente estrella, del que jamás se reparó en él desde su misma tierra por parte de sus votantes. Un producto o «circunstancia» al que todos los partidos políticos ordeñaron y ordeñan lo que pueden, de una vergüenza por estrategia nacional donde las haya, de algo que bien se puede estudiar, en cualquier máster, para examinar cómo todos los poderes no pueden con un producto cuando es perfecto, por más que no reciba apoyo ni cariño por parte de casi nadie: funciona solo, por la fuerza de sus votos para lucro ajeno, no protegido de enemigos, sin valorar o percatarse de que el mayor de todos son ellos mismos, los andaluces. Pueblo que deposita su confianza a gestores y responsables políticos, piratas en nuestra tierra, esos que desde Madrid lo coordinan y, en consecuencia, condicionan ruinosamente nuestro futuro. A las cifras y resultados me remito.

Denuncio a esta estrategia política por incompetentes, ya que hasta el día de la fecha solo demostraron el utilizar o confundir la transparencia de la gestión y el posicionamiento bajo la tutoría del Estado. Eso sí, con el respaldo del voto de todos los andaluces. Más que os pese, aun sigo escuchando aquello de… “Morón, no digo que tú lo seas, pero en Andalucía hay muchos catetos, fuleros, vagos y otros similares”. Os agradará más o menos el leer esto, pero es lo que hay. Y en mi caso, no existe semana que no me lo comenten más de una vez.

Motivo por el que siento políticamente la máxima vergüenza de mi tierra, la máxima vergüenza. No os imagináis cómo se ríen de nosotros, cómo manipulan y aprovechan nuestro silencio como reivindicadores de los derechos de nuestro pueblo en cada una de las elecciones, como ahora en las europeas. De los le regalamos el voto a quien luego se olvidan de todo y no lo queremos ver.

Veremos impresiones sobre nuestros dirigentes implicados directamente, así como de personas que por su cargo y experiencia tendrían mucho que decir, que me transmitieron como conclusión o respuesta a algunas de las dudas que, nunca habían sido aclaradas. Las conclusiones son vuestras. Espero que, ningún andaluz siga obrando con su voto, tal y como lo hizo Guzmán el Bueno con su puñal. Según dice la leyenda, aquel que entregó, pese a estar acorralado, para que sacrificaran a su propio hijo por no entregar sus posesiones.

En Andalucía necesitamos los votos de todos, de todos los colores e ideologías, algo completo para el pueblo andaluz, algo que sume la totalidad de escaños disponibles por los votos de los andaluces en el Parlamento Europeo, en el Congreso y el Senado.

La alta tasa de desempleo, índice de pobreza, la falta de recursos en la red primaria sanitaria, recursos para la formación…, así como el impulso de inversiones en I+D+I en todas las empresas, el déficit de infraestructuras o la falta de formación, entre otras tantas, son muchas de las deficiencias que siempre se reflejan en nuestros resultados económicos, siempre.

Una representación nacional ausente desde el principio de los tiempos. Y no me refiero a un partido político que se presente a elecciones autonómicas ni municipales, sencillamente un partido político o coalición que agrupe y recoja los votos de todos los andaluces para, con la fuerza de ellos, hacernos valer en todos los parlamentos fuera de nuestra tierra; hay que barrer para nuestra tierra, hay que barrer para nuestros mercantilistas, hay que barrer para todas los andaluces, y no tirar el puñal al enemigo económico, dejando la gestión del pueblo andaluz en Andalucía para el gobierno autonómico, ahí sí que se deben presentar todos los partidos políticos que quieran, pelear sus campañas y gobernar según indiquen las urnas andaluzas, eso es Andalucía en gestión para su tierra, pero aquello de entregar el puñal en Madrid…

Es evidente que los diputados andaluces de cualquier partido político en el Congreso lo tienen muy claro, siempre dirán que Andalucía tiene voz en Madrid. Es evidente que no pueden decir otra cosa, aunque para eso escribo aquí, para decirlo a boca llena: Los representantes políticos andaluces en el Congreso y el Senado, o no representan ni al pueblo andaluz ni a Andalucía, o son nefastos gestores de nuestra confianza, visto los resultados.

Las distintas hemerotecas, incluidos los diarios de sesiones parlamentarias e informaciones oficiales, son la mejor base de datos para el análisis de nuestra evolución por resultados (siempre basados en datos oficiales). Veamos algunos ejemplos de apoderamiento del andalucismo. Sin acritud alguna y como meros ejemplos de los que podemos mirar miles y miles. Al final un simple cuadro nos reflejará el resultado:

Según declaraciones al diario Público el pasado diciembre de 2020, entre otras, Martina Velarde, miembro del grupo de Unidas Podemos en el Congreso, detalló que los políticos de las formaciones de ámbito estatal hacen «política pegada al territorio». «Traemos al Congreso las reivindicaciones de los ciudadanos para pelearlas y lucharlas dentro de las comisiones y del Gobierno». Asimismo, argumentó que hay partidos nacionalistas de derechas que «votan en contra de los derechos de los trabajadores». «En Andalucía nos pasa una cosa muy distinta: el andalucismo tiene que ser de izquierdas porque viene de los jornaleros y no de la burguesía», apuntó. A la que debo corregir y apuntarle que el andalucismo sencillamente es de los andaluces y que, andaluces, entre otros, son los nacidos en Andalucía, son todos, de todos los colores, ideologías y similares. Andaluces no solo son los jornaleros, que cuando un jornalero pone un negocio o empresa, no deja de ser andaluz, que faltan muchas empresas en Andalucía, que discriminar no es de buen andaluz, y repetirle que Andalucía son todos los andaluces.

Igualmente, y en la misma publicación, el diputado del PSOE por Jaén, Felipe Sicilia, ahondó en esta cuestión: «Fíjese hasta qué punto la voz de los diputados socialistas andaluces son tenidas en cuenta y tiene repercusión que estos presupuestos incluyen un plan especial de empleo para Andalucía que nos negó durante años los gobiernos del PP». «Nuestros ciudadanos, los habitantes de nuestras circunscripciones, se sienten representados». A este señor le recordaría aquello de los más de 822.000 parados en aquella fecha en Andalucía. Que les pregunten, entre otros, a estos señores, si se sienten o no se sienten representados.

En la misma publicación de Público, al respecto, dice Carlos Rojas, diputado del PP por Granada, asegurar que tener a un partido estatal fuerte conlleva a una mayor «defensa igualitaria de todos los territorios». «Como mejor se van a defender los intereses es con un partido nacional con una base sólida». Rojas insistió en que los diputados territoriales trabajan «muy pegados al terreno», por lo tanto, «sabemos los intereses de los ciudadanos de cada provincia y bajo esa premisa proponemos iniciativas». Asimismo, cargó contra la existencia de partidos nacionalistas e independentistas, ya que «van en contra de la Constitución y perjudican al territorio», además de tener «poca implementación». A este señor también le recordaría aquello de los más de 822.000 parados en Andalucía en aquella fecha. Le recordaría que en Andalucía existen familias que no pueden comer carne o pescado todas las semanas, que en Andalucía existen personas que llevan esperando más de un año para una intervención quirúrgica, que en Andalucía hay millones de familias que no llegan a final de mes, que en Andalucía hay paisanos que dejaron de votar hace años por hastío, que el índice de pobreza en Andalucía continúa creciendo. Que les pregunten, entre otros, a estos señores, si se sienten representados. Y referente a aquello de «Como mejor se van a defender los intereses es con un partido nacional con una base sólida». Veremos los cuadros en la Parte II y ya me diréis.

Por otra parte, en aquellas fechas, los 11 diputados expulsados del grupo Adelante Andalucía, en el Parlamento autonómico, tienen la intención de refundar este partido e incorporar a más actores políticos. «Es fundamental la configuración de un bloque de izquierdas que represente a los andaluces», explicó a Público Ángela Aguilera, diputada de Anticapitalistas, hoy exdiputada. Y de nuevo con la burra al trigo… A los andaluces nunca lo representarán más que todos los andaluces, sin colores. Todo lo que no sea así, representará solo a una parte de los andaluces y, Andalucía en la situación que se encuentra, no puede ir más que toda unida.

En este sentido, Aguilera reflexionó sobre la importancia de tener un grupo propio en la Cámara Baja: «No es necesario estar en un Gobierno para conseguir cosas para tu pueblo. Hay fuerzas en Euskadi que promocionan la energía eólica e impulsan el sector aeronáutico, y otras fuerzas valencianas que han movilizado inversiones de 400 millones de euros», señaló en referencia a los pactos del Gobierno alcanzados con los grupos nacionalistas, independentistas y autonómicos para sacar adelante los «Presupuestos Generales del Estado». aquí me acordé del señor Trillo.

Al mismo tiempo, la diputada criticó que Andalucía haya sido «sumisa para los intereses de Madrid y del partido». Y, en contra de lo que también «está haciendo» el Gobierno de la Junta, defendía que «ahora es más necesario que nunca no plegarse ante los intereses centralistas de Madrid», en alusión al PSOE, PP, Unidas Podemos y Ciudadanos. Evidentemente, todos menos al que ella atendía. Se ve que, a nivel político, siempre seguimos con lo mismo.

En cuanto al posible apoyo del pueblo andaluz a un grupo propio en el Congreso, Aguilera celebró que «estamos viviendo una tercera ola del andalucismo que genera una gran ilusión y es una nueva oportunidad desde la izquierda». Ella y sus compañeras aspiran a llegar algún día a la Cámara Baja para recuperar las «aspiraciones de un nacionalismo andaluz» cercano a Blas Infante, uno de sus mayores referentes. Y así terminó.

Todos se apuntan al carro, todos se apropian del andalucismo para sus colores y tendencias. Todos desean esos votos sin existir un partido andaluz por y para Andalucía, un partido de todos los colores e ideologías, un partido de todos los andaluces.

Referente a estos relatos, solo apuntarles que, en los 47 años que llevamos, gestionados con partidos nacionales y con base sólida, lo único que han conseguido es: A los andaluces distanciarlos año tras año en renta per cápita del resto de España. Sencillamente y con los datos en la mano… TODOS SUSPENDIDOS.

(En próxima publicación conoceremos algunos de los datos a destacar).

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