Adiós y gracias, Don José Luis

por Perico Echevarría. Editor y director de La Mar de Onuba


Miércoles, 28 de noviembre de 2018. «Como del rayo» se nos ha muerto ayer Don José Luis García Palacios.

Presidente de la Fundación Caja Rural del Sur y, con toda probabilidad, uno de los onubenses más influyentes dentro y fuera de los límites de nuestra provincia. Su trayectoria vital ha sido apabullante. Hasta el último minuto, en el que la muerte vino a interrumpirle mientras hacía una de las cosas que mejor se le daba. Transmitir con absoluta convicción la experiencia y conocimiento de quien encarna como pocos hijos de Huelva una historia de éxito marcada por el entusiasmo y la constancia. Como solemos decir por aquí «abajo», tan dados que somos a lo que el dramaturgo Jacinto Benavente llamaba «requiebros profanos» de los andaluces, Don José Luis era «un tío de puta madre».

De su currículo vamos a leer, lo llevamos haciendo décadas, que nació en Huelva un 2 de marzo de 1936. Que deja mujer y cuatro hijos. Que era Ingeniero Agrícola de formación, y que a partir de la explotación agraria familiar, creó un conglomerado agropecuario altamente diversificado de cultivos de secano y regadío (su mayor orgullo, creo), ganado porcino, ovino y vacuno y una ganadería de reses bravas. O que fue pionero en la producción de bogavantes de agua dulce, o nuevos cultivos como arándanos y caquis.

Obsesionado desde muy joven por las potencialidades de su provincia, promovió el grupo Huelva Verde y concienció a los agricultores de la necesidad de aprovechar las excepcionales condiciones agrícolas de Huelva a través de numerosos cursos, conferencias y visitas a otras regiones. Fue presidente de la Caja Rural de Huelva, desde 1972, y llegó a situarla como una de las entidades bancarias más sólidas de este país (de las pocas que no se sumó alegremente a las estupideces que nos llevaron al crack mundial de 2008) tras fusionar con la Caja Rural de Sevilla, primero, y con el resto de cajas rurales después, siendo fundador y primer Presidente de la Federación de Cajas Rurales Andaluzas  y del Grupo Cooperativo Ibérico de Crédito, constituido en 2011 por Caja Rural del Sur con las de Extremadura y Córdoba. Hace poco cedió el testigo a su hijo José Luis, pero siguió al frente de la Fundación de la entidad.

También fundó la Federación Onubense de Empresarios (FOE) y Asaja, en Huelva, y a nivel nacional. Su destacado papel en la sociedad onubense le «obligó» también a dejar su huella en la política, y era poseedor de la Medalla al Mérito Constitucional tras haber sido Senador Constituyente y en la primera Legislatura por la Unión de Centro Democrático. En esos años llegó a presidir la Comisión de Agricultura del Senado, y tuvo un papel destacado en la primera redacción de la Ley de Doñana., de la que fue ponente. Después fue miembro del Patronato del parque durante 20 años. También presidió la Hermandad de Labradores y Ganaderos de Huelva capital,  y la Cámara Agraria Provincial desde 1969 a 2010. Y fue también un altruista destacado y comprometido, promotor de innumerables iniciativas, entre ellas diversos monumentos, o la creación en La Rábida del Parque Celestino Mutis, Y vertía especial empeño sobre la Asociación Española de Lucha contra el Cáncer en Huelva, una de las causas que más le motivaba.

Y fue, también, un gran mecenas. Quien esto firma lo sabe bien, porque sin su mecenazgo no existiría La Mar de Onuba. Cuando en 2016, a punto de cumplir los 50 años me quedé sin trabajo y me vi obligado a regresar de Madrid a Huelva tras gastar el «paro acumulado» en un proyecto empresarial fallido, pensé La Mar de Onuba, pero carecía de recursos. LLamé a todas las puertas, públicas y privadas, explicando que tenía esta idea. Un nuevo medio de comunicación para Hueva, dispuesto a hacer periodismo independiente y sin ataduras. Salí de mil reuniones cargado de felicitaciones por la idea, mensajes de ánimo y… promesas de apoyo. Sólo promesas.

Hasta que un día se me ocurrió pedir una cita a Don José Luis. Fue el único que dedicó dos horas largas (me había concedido media de reunión) para escuchar mi proyecto, que era, también, mi único patrimonio en ese momento. El único que repasó conmigo -y corrigió en algunos aspectos- cada una de las diapositivas del powerpoint en el que explicaba La Mar de Onuba, el calendario que había diseñado y mis necesidades para llevarlo a efecto. Don José Luis García Palacios, mecenas, estricto sensu, con una enorme y paternal sonrisa, me dijo «me encanta tu entusiasmo», y me hizo una promesa: «Te voy a ayudar». Y Don José Luis cumplió su promesa. Fue, de hecho, el único que entonces la cumplió. Sólo dos días después puso a mi disposición los tres mil euros que hicieron posible que hoy estén leyendo este obituario, y que La Mar de Onuba sea, dos años después, un medio de comunicación «de referencia» aliado a otras importantes cabeceras andaluzas y nacionales. Modesto aún, pero navegando con el viento de popa y cada vez mayor aceptación. Sin la promesa cumplida de Don José Luis, es muy posible que hoy no se publicaran estas líneas.

La noticia de ayer nos causa, como a todos, consternación y una inmensa pena. Nos deja, como a tantos, huérfanos por su pérdida. Así que, con permiso, nos unimos al dolor compartido de esa Huelva que hoy dice adiós a uno de sus personajes más destacados y queridos. Nuestro más sincero y sentido pésame a sus familiares y allegados.

Descanse en Paz, Don José Luis. Se lo ha ganado usted. Adiós y gracias.

 

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