Martes, 25 de julio de 2023. Las previsiones sobre el sistema de corrientes del océano Atlántico son cada vez más negativas. Varios trabajos recientes hablaban de una ralentización sin precedentes y de signos de gran inestabilidad de la Circulación de Vuelco Meridional del Atlántico (AMOC, por sus siglas en inglés), pero el trabajo firmado este martes por Susanne y Peter Ditlevsen en la revista Nature Communications va más allá: sus modelos indican que la AMOC podría colapsar a mediados de siglo, o potencialmente en cualquier momento a partir de 2025, presumiblemente debido a las continuas emisiones de gases de efecto invernadero y el impacto de las actividades humanas en el sistema climático de la Tierra.
De improbable a inminente
Los dos investigadores de la Universidad de Copenhague (Dinamarca) han analizado las temperaturas de la superficie del mar entre 1870 y 2020 en el Atlántico Norte , el gran sistema de corrientes oceánicas que transportan agua cálida desde los trópicos hacia el norte hacia el Atlántico Norte, y que incluye la famosa corriente del Golfo. Las mediciones directas de AMOC se remontan a 2004, cuando se empezaron usar los cables submarinos de internet y los satélites para recoger datos, pero el registro se remonta mucho más atrás. Es en el reanálisis de estos datos donde los autores encontraron señales de advertencia tempranas de una transición crítica del sistema AMOC que les lleva a sugerir que podría cerrarse o colapsar entre 2025 y no más tarde de 2095.
Aunque en su artículo recuerdan que el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) indica que el colapso del sistema de corrientes durante el siglo XXI es “muy improbable”, los investigadores aseguran que hay “sesgos del modelo que sobrestiman la estabilidad de la AMOC”, debidos a los datos de mala calidad de las aguas en profundidad, la salinidad y el deshielo.
El AMOC es uno de los elementos de inflexión más importantes, un subsistema capaz de cambiar a un estado irreversible en el sistema climático de la Tierra. Su posible colapso es una gran preocupación y tendría graves impactos en el clima de la región del Atlántico Norte y en todo el mundo. La última vez que se experimentó este tipo de cambio climático abrupto fue durante los eventos de Dansgaard-Oeschger en el último período glacial causado por el colapso y la restauración del AMOC. Esto condujo a fluctuaciones medias de temperatura en el hemisferio norte de 10 a 15 grados centígrados en una década, mucho mayores que los cambios actuales de 1,5 grados en un siglo.
Aunque los autores reconocen algunas limitaciones de su estudio y no descartan que este colapso del sistema de corrientes pueda ser parcial, creen que es “un resultado preocupante, que debería exigir medidas rápidas y efectivas para reducir las emisiones globales de gases de efecto invernadero”. Y, dado que el colapso del AMOC tiene fuertes implicaciones sociales, subrayan, es importante monitorear el flujo y las señalas tempranas a partir de mediciones directas.
Más cerca de lo que pensábamos
“El trabajo de Ditlevsen y Ditlevsen se suma a otros estudios anteriores que, con métodos y conjuntos de datos algo diferentes, analizan la cuestión de las señales de alerta temprana”, indica Stefan Rahmstorf, profesor de Física de los Océanos en la Universidad de Potsdam (Alemania), en declaraciones al Science Media Center (SMC). “El nuevo trabajo llega a conclusiones similares: sigue habiendo una gran incertidumbre sobre dónde está el punto de inflexión de la AMOC, pero el nuevo estudio se suma a las pruebas de que está mucho más cerca de lo que pensábamos hace solo unos años”.
En 2021, un trabajo del grupo de Rahmstorf también alertó de que la AMOC se estaba debilitando y encontraron que, después de un periodo de estabilidad, había empezado a ralentizarse alrededor de 1850, coincidiendo con la Revolución Industrial, pero volvió a ralentizarse más a partir de mitad del siglo XX. Ahora, este único estudio aporta pruebas limitadas, recuerda Rahmstorf, pero cuando múltiples enfoques conducen a conclusiones similares “hay que tomárselo muy en serio”. “La evidencia científica actual es que ni siquiera podemos descartar que se cruce un punto de inflexión ya en la próxima década o dos”, señala.
Especulativo, pero preocupante
Niklas Boers, catedrático de Modelización del Sistema Terrestre en la Universidad Técnica de Múnich (Alemania), no está de acuerdo con los resultados del estudio. “Aunque la afirmación cualitativa de que la AMOC ha ido perdiendo estabilidad en el transcurso del último siglo es cierta y está respaldada por los datos, las incertidumbres son demasiado elevadas para estimar con fiabilidad el momento de la inflexión”, explica al SMC. “En particular, las incertidumbres en los supuestos del modelo —muy simplificados por los autores— son demasiado altas”. A su juicio, las incertidumbres en los conjuntos de datos subyacentes son enormes y harían que la extrapolación llevada a cabo por los autores fuera “demasiado incierta como para informar realmente de un año o incluso una década para la inflexión de la AMOC”.
El meteorólogo José Miguel Viñas también cree que hablar de que va a colapsar la AMOC es “algo especulativo, aunque haya indicadores que apunten en esa dirección”. Viñas recuerda la situación excepcional que está viviendo el Atlántico este año, con la temperatura en niveles de récord, el Niño comenzando a manifestarse y los acoplamientos atmosféricos que han producido temperaturas récord en general en el hemisferio norte. “El hecho de que esté disparada la temperatura del Atlántico no está necesariamente relacionado con esa alteración”, explica. “Las circunstancias hacen pensar que puede llegar algo extraordinario, pero no está claro de qué tipo. Puede ocurrir algo muy gordo, pero la ciencia no está en condiciones de poder decir con precisión qué va a pasar”.
“Creo que es un estudio muy interesante y hay que tenerlo muy en cuenta, pero no tomarlo al pie de la letra”, asegura Josep Lluis Pelegrí, investigador del ICM-CSIC. En su opinión, se trata de un modelo muy idealizado que trata conceptos muy sencillos, pero se está olvidando de muchas cosas porque el sistema es mucho más complejo. “La realidad es que los casi 20 años que tenemos de mediciones de la AMOC muestran que no se ha debilitado, se debilitó en 2004 y 2011, pero después se ha recuperado. Es verdad que los modelos del IPCC muestran que se va a debilitar, pero no en este siglo y estos autores van un poco a la contraria, pero realmente no lo sabemos”. En cualquier caso, reconoce, es “una advertencia de que vamos por el mal camino”.
“Este colapso de la AMOC traería cambios irreversibles y rápidos en el clima junto con la subida del nivel del mar en algunas zonas”, asegura Cristina Romera, oceanógrafa del del Institut de Ciències del Mar (ICM-CSIC). “Habríamos cruzado un ”tipping point“, un punto irreversible. Por tanto, es imprescindible la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero, y no podemos dejarlo para más tarde”, concluye.
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