El Dr en Geologia José Manuel Cantó desvela en este artículo quién y cómo le plagió su tesis doctoral.
Su nombre: Claudio Jesús Álvarez Rodríguez, de profesión Ingeniero de minas, jubilado como Director General de HUNOSA (Hulleras del Norte, S.A.) organización empresarial de titularidad pública del sector energético-minero con negocio en España y Latinoamérica, fundada en 1967 por el Instituto Nacional de Industria, mediante Decreto 486/1967, de 9 de marzo de 1967 y propiedad al 100% de la SEPI (Sociedad Estatal de Participaciones Industriales) y adjudicataria de ayudas multimillonarias del Estado para mantener artificialmente un sector deficitario y especialmente contaminante.
Ha sido Presidente y Consejero del Centro de Asesoramiento y Búsqueda de Empleo de Asturias. También ha ejercido como Director General de Carreteras en el Principado de Asturias.
La empresa minera ha llegado a sumar una plantilla de 20.017 trabajadores y una producción de 3.145.140 toneladas. A principios de 1970, tres años después de iniciarse, las pérdidas acumuladas de la empresa ya superaban su capital: 3.812 millones de pesetas.
El carbón nacional es un negocio ruinoso desde hace más de un siglo y, por ello, ha precisado de una continua inyección de dinero público y de un marco fuertemente proteccionista a nivel comercial durante décadas para evitar su cierre.
Y es que, hasta ahora, los mineros del carbón han gozado de una sustancial generosidad por parte de los distintos gobiernos a costa del bolsillo de los contribuyentes. La cuantía exacta de las ayudas concedidas al sector fue detallada por el entonces ministro de Industria, José Manuel Soria, durante una comparecencia en el Senado. Desde 1980, a través de cuatro planes sectoriales, dicha empresa ha percibido un total de 27.500 millones de euros de los contribuyentes, sin que tal inyección haya supuesto para las zonas beneficiarias el más mínimo desarrollo en términos económicos.
No resultan extraños estos resultados, esas cifras y estas consecuencias cuando alguno de los altos cargos de esta macroempresa tienen la capacidad y la desvergüenza de incurrir en actos de plagio académico para justificar su calidad profesional mediante títulos académicos obtenidos falsaria, desleal e ilegalmente.
Ésta fue la fórmula elegida por Claudio J. Álvarez Rodríguez, quien se inició profesionalmente en la mencionada HUNOSA recalando `posteriormente en la Faja Pirítica Ibérica en 1.984 de la mano del inicialmente Director General, y Presidente después, de Minas de Almagrera, S.A., otra empresa pública operando en Huelva, del antiguo INI después privatizada en 1997, Ramón García López Dóriga, también repescado desde HUNOSA, y que se trajo a sus personas “de confianza”, probablemente con la insana intención de extrapolar a Andalucía las pésimas costumbres financieras de la empresa carbonífera a las que ellos estaban bien acostumbrados.
Actualmente, nuestros sistemas de comunicación social, consiguen que realizar un truco malévolo de este tipo resulte bastante difícil, aunque ocurre, como estamos viendo gracias a las maquinaciones internas y al juego de intereses/poder de quienes representan a las diferentes entidades, ambas partes se intercambian favores en un toma y daca institucional que, como ahora con la Universidad Rey Juan Carlos y con Cristina Cifuentes, presidente de la Comunidad de Madrid, ha sido ostentosamente puesto en evidencia.
No es menos cierto que en instancias internacionales europeas, determinados políticos en ejercicio del poder se han visto obligados a dimitir de sus cargos institucionales, aunque parece que “Spain is different”.
Desgraciadamente, parece que algunas Universidades admiten juegos ilegales y, académicamente inadmisibles, a cambio de otro tipo de favores, sean institucionales o personales y, desgraciadamente, resulta que no suelen ser “rara avis”.
Nuestro personaje en este caso, asturiano y español, ha implicado a la Universidad de Oviedo (donde presenta su Tesis) en uno de estos casos.
Así empieza la historia
Un profesional de la Geología, que trabaja desde sus inicios en el proyecto minero de la llamada Mina Sotiel de Huelva (explotación subterránea de sulfuros polimetálicos de cobre, plomo, zinc y pirita), presenta su Tesis Doctoral ante la Universidad de Granada en septiembre de 1990, con el título “Factores Geológicos y Geotécnicos en el Diseño, Planificación y Explotación de una Mina Subterránea”, materialización de 14 años de de trabajo como responsable de la investigación geológica, la coordinación de la ingeniería de diseño, el control geotécnico y la planificación minera desde 1976 hasta 1990.
Un ejemplar original de esta Tesis fue entregada a la Dirección de Minas de Almagrera, empresa en la que habíamos trabajado conjuntamente Claudio J. Álvarez Rodríguez y yo mismo, por lo que evidentemente ha tenido acceso a la misma en su calidad de directivo de esa empresa, en la que ha llegado a ocupar el puesto de Director del Centro Minero.
En ese período de tiempo (1990), el autor de la Tesis, decidió terminar su relación profesional con la empresa después de participar directamente en el descubrimiento de un nuevo yacimiento (Migollas), alejándose del contexto empresarial de Minas de Almagrera e iniciando una nueva actividad profesional con la Unión Europea y con la Junta de Andalucía como Director Técnico de la Agencia de Medio Ambiente en Huelva.
Consiguientemente el Dr. Cantó no tuvo conocimiento de que Claudio Álvarez, con el que trabajó conjuntamente, presentó posteriormente su Tesis Doctoral en la Universidad de Oviedo en Junio de 1991 con el título “Sostenimiento con cables en minas subterráneas” .
Todos los trabajos que en esa materia se han realizado en la explotación minera subterránea de Sotiel lo fueron bajo mi directa responsabilidad y supervisión, así como de cualquier colaboración externa de servicios, participando personal y activamente en ellas. Este tema ha constituido un capítulo concreto de mi Tesis desde las páginas 255 a la 381 en el apartado denominado “Control Geotécnico de la Explotación”.
El hecho de haber trabajado juntos en esa explotación minera durante seis años con una relación personal y laboral más que directa del día a día, abunda en el inevitable conocimiento que el Sr. Claudio Álvarez tenía de mis trabajos, al ser él mi superior jerárquico, máxime cuando yo he tenido la cortesía académica de incluirle en alguna publicación mía relacionada con la Mina Sotiel, sin haber él participado en su elaboración, y que yo cito en la bibliografía de mi Tesis, donde aparece su nombre.
Mi desagradable sorpresa es cuando observo una situación de plagio descarado y evidente, máxime cuando la gran mayoría de los trabajos que presenta como propios han sido realizados por mí, directa y personalmente.
El hecho, real e innegable, es que han transcurrido muchos años, durante los que yo no he tenido conocimiento de que esta persona hubiera presentado una Tesis en la Universidad de Oviedo (algo extraño, pero intencionado –por lejano- y cuando su propio Director pertenece a la ETSIM de Madrid) hasta que alguien, muchos años después, me hizo llegar un ejemplar de la misma, cuya lectura me produjo una reacción personal de estupefacción e indignación.
Mi desagradable sorpresa es cuando observo una situación de plagio descarado y evidente, máxime cuando la gran mayoría de los trabajos que presenta como propios han sido realizados por mí, directa y personalmente, resultando obvio que han sido copiados literalmente del ejemplar de mi Tesis que yo puse a disposición de la Dirección de Minas de Almagrera S.A., de la que él formaba parte.
Independientemente de ello, resulta más que sorprendente (aunque esto abunda en la intencionalidad de ocultación) que mi nombre no aparece en ningún lugar de la Tesis de Claudio Alvarez (menos aún en los agradecimientos), pero tampoco en su bibliografía de referencia, donde llega incluso a omitir la única publicación relacionada con el tema objeto de su Tesis, simplemente porque nuestros nombres aparecen juntos. Eso evidencia claramente su intención expresa y premeditada de omitir mi nombre en cualquier página de su Tesis por razones obvias.
Wojkowiak, F.; Alvarez Rodriguez, C.J.; Cantó Romera, J.M.(1990) Comportement d´une couronne soutenue par des boulons cables d´un chantier d´explotattion de la Mine Sotiel en Espagne. Congres I.M. Strasbourg 1990
Siendo evidentemente demostrable, tanto el plagio mediante la simple observación página a página de ambas Tesis, como la intencionalidad concreta de ocultarlo no es menos preocupante, además de que alguien que llegue a obtener el grado académico de Doctor fraudulentamente, que exista una reactancia institucional tendente a la ocultación de este hecho cuando alguien lo denuncia, dándose el caso de que durante dos años y después de presentar la correspondiente denuncia escrita, y adecuadamente registrada, ante la máxima autoridad académica (encarnada en la figura del Rector de la Universidad de Oviedo), enviando copia de la misma a la Comisión de Doctorado y al Departamento de Explotación y Prospección de Minas bajo cuya tutela se ha efectuado la misma, nadie responde durante dos años, sin contestar a mi petición –reiterada nuevamente a los siete meses- solicitando un acuse de recibo y de que se abriera el expediente académico pertinente para dilucidar sobre la gravedad de mi denuncia en el contexto universitario.
Estamos viendo estos días cómo en la Universidad Rey Juan Carlos se han producido incluso actos ilegales mediante falsedad en documento público, para intentar tapar y justificar situaciones inadmisibles que evidencian la irresponsabilidad en la que han incurrido diversos personajes de esa historia.
Lo que yo denuncio en este artículo es algo de lo que, por supuesto, me responsabilizo hasta sus últimas consecuencias, pero no es menos cierto que lo hago con la clara y ética intención de que se evidencie una más, de las que parecen muchas, irregularidades tapadas y ocultadas intencionadamente por algunas de nuestras Universidades y con cuyo prestigio académico se juega para acceder a altos cargos de carácter público.
Quien plagia, lo paga
El plagiador es el peor parásito de la Universidad. El plagio se castiga en Europa con el cese o la dimisión, pero España es diferente. El plagio supone un grave problema para el mundo académico y científico. El profesor de la Universidad de Trondheim, Carlos Bernuy lo describe como “una forma de corrupción”.
Theodor zu Guttenberg, delfín de Merkel fue fulminado como ministro de Defensa alemán a los 39 años. Iba encaminado hacia la Cancillería germana con Merkel. Un plagio académico le truncó la carrera. Le desposeyó del título de doctor en Derecho y acabó por obligarle a dimitir como ministro aquel mes de hace cinco años.
La canciller alemana Angela Merkel vio cómo otra de sus ministras, Annette Schavan, tuvo que renunciar a su doctorado y dimitir de la cartera de Educación. Una denuncia anónima bastó para que la Universidad de Dusseldorf abriera una investigación y concluyera que había plagio: le retiró el título.
Un trabajo académico fusilado fulminó la carrera de otro político. Pal Schmitt era presidente de Hungría. Una leyenda olímpica con dos oros en esgrima y cabeza del Comité Olímpico Húngaro. En 2012, dos décadas después de doctorarse, un medio de comunicación destapó que había plagiado una tesis francesa: 200 de las 215 páginas no eran suyas. La universidad abrió una investigación y demostró el plagio. El presidente acudió al Parlamento húngaro para renunciar a su cargo.
El ex primer ministro rumano, Victor Ponta, se revolvió cuando la revista Nature le acusó en 2012 de haber copiado párrafos enteros de su tesis doctoral de 2003. Ponta adujo que todo se debía a un “ataque político”. Una maniobra similar a la que recurrió el ex rector de la Rey Juan Carlos, Fernándo Suarez Bilbao: “Un nuevo caso de difamación y acoso”.
En agosto de 2016, el Consejo Nacional de Verificación de Títulos, Diplomas y Certificados rumano verificó el plagio por lo que la tesis desaparecerá.
El senador demócrata Joe Walsh de EEUU tuvo que abandonar la carrera electoral en agosto de 2014 después de que el periódico The New York Times publicara que había plagiado su trabajo para graduarse en la Escuela de Guerra del Ejército. Meses después, la institución informó de que, tras investigar el asunto, había retirado su título a Walsh.
Koch-Mehrin era vicepresidenta del Parlamento Europeo en 2011. La Universidad de Heidelberg confirmó el plagio que había destapado una plataforma online dedicada a revisar tesis y la política alemana dejó su puesto al frente de la Cámara cuando le desposeyeron de su título de doctora
El periódico muniqués Süddeutsche Zeitung le dedicó en agosto de 2012 un artículo al clientelismo en las universidades españolas. El primer caso descrito era el del actual presidente del Comité Olímpico Español, Alejandro Blanco. Meses antes, la acusación de plagio en su tesis doctoral (aún sin leer) había sido desvelada por eldiario.es.
A los modestos ciudadanos solo nos queda la capacidad de manifestar públicamente las realidades que podemos demostrar, y por las que retamos a los que incurren en estos hechos miserables.
La pregunta del millón es: ¿Qué clase de responsabilidades se asumen por estos asuntos en España?
¿Alguien se da por aludido o prefiere ocultarse tras el ominoso silencio de la ignominia?
Me encantaría, que el Sr. (para mí no es Doctor) Claudio Álvarez se atreviera a acusarme de difamación ante la gravedad de lo que expongo. La realidad es que va a preferir un vergonzoso silencio para evitar que este asunto se haga mucho más público y le salpique a él y a otros posibles implicados.
Desde esta plataforma pública, requiero –nuevamente- a los responsables de la Universidad de Oviedo para que comprueben fehacientemente cuanto he expuesto y, en consecuencia, procedan a retirar el título de Doctor a este plagiador, con las correspondientes sanciones que procedan.
El Dr. José M. Cantó Romera es geólogo profesional.
Anexos:
-Comisión de Doctorado de la Universidad de Oviedo
-Departamento de Explotación y Prospección de Minas
Adicionaré el escrito a plagios.info