Lunes, 6 de octubre de 2025. Con la presente pieza nos encontramos con un nuevo ejemplo de los intentos de movilizar a los trabajadores por parte del movimiento obrero organizado de signo socialista para conseguir mejoras y luchar por sus derechos. La organización siempre fue un valor en sí para esta familia del movimiento obrero.
En este caso, viajamos a El Campillo en 1929. El Campillo pasó de ser una aldea pequeña dependiente de Zalamea la Real a una población de entidad al terminar el siglo XIX. Importante fue que tuviera estación de ferrocarril del ramal de Minas de Riotinto-Zalamea la Real, además de una segunda estación de la vía general del ferrocarril minero. La minería, por lo tanto, cambió todo porque se convirtió en la principal actividad de sus pobladores y atrajo mucha población foránea. En 1931 se consiguió la emancipación de Zalamea.
Pues bien, hemos encontrado un llamamiento desde las páginas de El Socialista (número del 26 de marzo de 1929) en el que se pedía que los trabajadores en El Campillo debían decidirse por ingresar en las sociedades obreras si querían que se respetasen sus derechos y pudieran alcanzar conquistas laborales.
Al no haber afiliación sindical, se recordaba, la patronal sometía a los trabajadores a largas jornadas a cambio de jornales reducidos que no permitían cubrir ni las más elementales necesidades de las familias.
Por consiguiente, a los obreros no les quedaba más alternativa que asociarse, como habían hecho los trabajadores de Riotinto, donde se había un Sindicato con millares de trabajadores.
Eduardo Montagut, colaborador de La Mar de Onuba, es Doctor en Historia. Autor de trabajos de investigación en Historia Moderna y Contemporánea, así como de Memoria Histórica. @montagut5
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