Todos los derechos todos los días para todas las trabajadoras del hogar y los cuidados

Miércoles, 26 de marzo de 2025. En febrero del año 2024, entró en vigencia el CONVENIO 189 de la OIT, sobre Trabajo decente para las trabajadoras y los trabajadores domésticos, aunque hemos conseguido avances a través del RD 16-2022 Sobre Mejora de las condiciones de trabajo y de Seguridad Social de las personas trabajadoras al servicio del hogar: como el acceso a la prestación por desempleo, la inclusión en la Ley de Prevención de Riesgos Laborales, la eliminación de una forma de despido por desistimiento, el derecho a la prestación del fondo de garantía salarial – FOGASA, debemos seguir exigiendo las garantías para su aplicación y cumplimiento.

Muy a pesar de ello, seguimos cobrando por debajo del salario mínimo; nuestros horarios laborales no son respetados. El régimen de trabajo interno está expuesto a todo tipo de abusos frente a los que no hay protección por parte de las instituciones del Estado. No existe en la normativa el reconocimiento ni valoración económica por el trabajo nocturno que realizan las trabajadoras del hogar internas, trabajo que menoscaba su salud física y mental.

Esta debe ser una responsabilidad social, la respuesta debe ser colectiva, sin cuidados la vida es imposible. Poner la vida en el centro nos plantea una reorganización desde todos los ámbitos, desde lo social, lo político y lo económico. El sistema económico colapsaría sin el trabajo cotidiano de cuidados.

Este sector de trabajo es la oportunidad que tiene la población migrante especialmente mujeres de América latina para incorporarse al mercado laboral, teniendo en cuenta que la mayoría de ellas no tienen resuelta su situación administrativa. Muchas de estas mujeres cuentan con formación profesional en sus países de origen y tienen que desarrollar actividades que distan mucho de sus estudios y experiencias, lo que conlleva a una importante limitación de sus capacidades y crecimiento personal.

Las mujeres migrantes que trabajan como trabajadoras del hogar y los cuidados carecen de los derechos que contempla España en su Estatuto de los trabajadores, además de la precariedad, vulnerabilización y explotación laboral por su condición de mujer migrante irregular.

El envejecimiento de la población española es importante como también lo es su poco crecimiento poblacional. Gracias a la mujer migrante y más del continente americano, la natalidad aumenta, pero aun así no es suficiente para un relevo generacional.

Las mujeres migrantes trabajadoras del hogar y los cuidados son madres y en su mayoría enfrentan una triple carga:

La responsabilidad como madres a distancia.
La responsabilidad con su autocuidado y con sus hijos que la acompañan.
La doble obligación económica de sustentar a su familia tanto en sus países de origen como en los lugares de acogida.
A raíz de estas cargas, las mujeres migrantes descuidan distintos aspectos importantes de su vida como su SALUD MENTAL, EMOCIONAL, BIENESTAR PERSONAL Y SOCIAL e incluso su formación con la que cuentan, para dedicarse a ganar dinero. Esa es su prioridad y su razón de no poder participar en el activismo por la lucha de sus derechos.

Los migrantes irregulares, en general, se creen que por su condición no tienen derechos ni pueden exigir condiciones laborales dignas, es importante que desde las organizaciones de migrantes y promigrantes se les ofrezca toda la información para que sea un medio de lucha contra la precariedad.

Muchas mujeres en sus trabajos son víctimas de algún tipo de violencia, también en este aspecto es importante la información para que puedan detectar cuando estén frente a ellas.

Estas mujeres trabajadoras del hogar y madres migrantes manifiestan sentirse excluidas del contexto de las actividades locales, principalmente porque no les llega información oficial o no tienen acceso oportuno a la misma, para que puedan conocer sus derechos y beneficios aun cuando su documento sea un pasaporte.

En cuanto a la formación no existen programas diseñados para esta población irregular que también aporta y genera beneficios en la localidad en que vive.

Reiteramos que la clandestinidad invisibiliza y precariza aún más a las trabajadoras del hogar, que trabajan 24/7 cuidando de una familia que no es la suya, recibiendo poca atención y cuidados como tal, con un salario que no compensa sus horas de trabajo y las actividades que realizan.

Pisan territorio español como mujeres, pero de inmediato se les atribuyen estereotipos como MIGRANTES, LATINAS, IRREGULARES y otros, que conllevan a esa invisibilidad y exclusión social.

Las mujeres migrantes son resilientes y capaces de superar obstáculos cuando tienen sus metas y propósitos bien claros.

Cuando veas en tu parque, en tus calles una mujer latina tirando de una silla de ruedas, acompañando a una persona mayor, llevando niñas/os al colegio, siempre pregúntate ¿qué profesional será esa mujer? ¿por qué vino a España?, porque no solo son cuidadoras, también son personas con sueños y esperanzas atravesando un duelo migratorio por todo lo que dejaron atrás y soñando con ese día en que puedan demostrar todo lo que son y lo que valen.

Manifiesto leído por la Asociación Huelva para todos y todas,  durante el Circulo de silencio celebrado este miércoles, 26 de marzo, ante la proximidad del día internacional de las trabajadoras del hogar. Organizaciones convocantes: Secretariado de Migraciones de la diócesis de Huelva, Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC) de Huelva, Huelva Acoge, Asociación Latinoamericana Huelva para todos y todas, Cáritas Diocesana de Huelva, Fundación Don Bosco Huelva.

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