La multinacional Nvidia se vuelca en apoyar al ya agónico Trump

por Francisco Villanueva

 

 

Viernes, 11 de abril de 2025. NVIDIA se vuelca en EE.UU. siguiendo a Donald Trump en su delicada situación tras el fracaso de sus aranceles.

NVIDIA, la mayor y más avanzada empresa de producción de semiconductores (“chips”) del mundo, vuelca su actividad manufacturera a EE.UU. con una inversión de 500.000 millones de dólares en lo próximos 4 años, y lo hace como respuesta a la política de tarifas sistemáticas impuestas por Donald Trump a todos los países del mundo sin excepción, lo que significa que la compañía de mayor valuación del sistema global (3 billones) traslada sus cadenas globales de oferta productiva del Asia al Hemisferio norteamericano.

Trump define su política en términos de defensa irrestricta del interés nacional (“América first”) en un mundo que considera definitiva e irreversiblemente multipolar; y lo hace con la prioridad absoluta otorgada a la Inteligencia artificial (IA), que es el núcleo de la revolución tecnológica de la época, y cabeza de la Revolución Industrial nueva.

Sucede que Trump no solamente reivindica su condición estrictamente nacionalista, sino que además aspira a una nueva hegemonía global fundada en el dominio profundo de la alta tecnología y de la conversión de EE.UU. en una superpotencia manufacturera, imposible con China.

El vuelco de NVIDIA a EE.UU. arrastra a sus principales proveedores, que son ante todo “Taiwán Semiconductor Manufacturing Company” (TSMC) y Foxconn, que es la mayor compañía manufacturera del mundo con 2 millones y medio de trabajadores.

Esto implica un auge fenomenal de la inversión china en EE.UU., resultado directo de la política de Donald Trump en su objetivo de convertirse en una superpotencia manufacturera, mediante un esfuerzo sistemático de re-industrialización que le permita competir efectivamente con la República Popular.

NVIDIA construirá una gigantesca red de “clústers” constituida por millones de “chips” interconectados, que funcionan alrededor de grandes centros de información procesada (“Big Data”), que se desplegarán en decenas de Estados de la Unión con epicentro en Texas y que atravesarán el Medio-Oeste industrial de Pensilvania, Ohio, Michigan y Wisconsin. Este extraordinario despliegue de la Inteligencia artificial (IA) exige un alza excepcional de la provisión de energía, de todas sus fuentes al mismo tiempo, desde la nuclear a las alternativas, y tanto respecto al petróleo como al gas.

La regla es inequívoca: explosión de IA = a auge excepcional de la demanda energética, lo que afecta a todos los países del sistema global con gran provisión de energía.

Donald Trump se propone duplicar la producción de energía en los próximos 18 meses; y esto convierte a Alaska en la gran superpotencia energética de la primera economía del mundo.

Hay que agregar que Alaska – el último y mayor estado de la Unión – tiene más de 70% de sus tierras en manos del Estado, y por eso éste puede imponer de inmediato su más plena utilización.

Para eso se instalarán allí dos gigantescos oleoductos para exportar su producción a toda Asia, y en primer lugar a Japón e India, como ya acordaron Donald Trump y Narendra Modi, el líder indio. Esta es la consigna básica del 47 presidente norteamericano: (“Drill baby, drill”).

NVIDIA sólo compite en el mundo con Huawei, la gran empresa de alta tecnología de la República Popular, que ha demostrado frente a la persecución sistemática de los últimos 4 años realizada por el gobierno de Biden, una fenomenal capacidad de innovación, caracterizándose por una aptitud especial para las respuestas tecnológicas profundamente disruptivas; y que ahora se ha asociado, junto con Alibaba, para la utilización sistemática en todas sus plataformas de la innovación de DeepSeek, la gran “Start –up” que ha demostrado que puede crear productos semejantes a los más avanzados de EE.UU., incluyendo los de Nvidia, pero a un 15% de sus costos de producción.

DeepSeek se funda en una doble innovación, una técnica y la otra política-cultural. Esta ultima es la decisiva en términos globales, porque coloca con un rasgo distintivo de su descubrimiento la utilización de un tipo abierto de presentación de sus productos en la economía global, que es el acceso irrestricto y prácticamente gratuito a todos ellos (“open sources”).

Ahora China, por decisión del presidente Xi Jinping ha decidido incorporar el sistema DeepSeek a todas las instituciones económicas, políticas, y sociales de ese inmenso sistema que es la República Popular, y ha resuelto hacerlo en un plazo de sólo dos años.

La magnitud de lo que esto significa es que en China hay más de 100 millones de entidades empresariales, al tiempo que proliferan las “Start-ups” de alta tecnología siguiendo el camino rupturista iniciado en enero de este año por la compañía de igual naturaleza que las de Silicon Valley.

Esto por necesidad se trasladará al mundo en los próximos 24 meses, y ante todo a EE.UU., la otra superpotencia mundial en decadencia.

La Inteligencia artificial (IA) es una tecnología de naturaleza esencialmente cooperativa, que exige integrarse en el sistema global sin antagonizar a ninguno de sus integrantes.

La naturaleza de las cosas hace, en suma, que ya esté fijada en las estrellas la búsqueda de un acuerdo estratégico y de seguridad entre EE.UU. y China, que son juntos el eje y la clave del siglo XXI…aunque todos sabemos que China va a ganar la partida ante unos EEUU cada vez más empequeñecidos por las políticas de Trump.

Francisco Villanueva Navas, analista de La Mar de Onuba, es economista y periodista financiero.
@FranciscoVill87

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