Greenpeace denuncia subvenciones encubiertas a aerolíneas en los aeropuertos de Andalucía

01/07/2021. Aeropuerto de El Prat, Barcelona, Cataluña, España. En el marco de la campaña #MobilityForAll, Greenpeace se desplaza hasta Barcelona para pedir "más trenes y menos aviones". Un avión Madrid-Barcelona contamina hasta 20 veces más que un tren eléctrico, y, sin embargo, se sigue invirtiendo en el sector aéreo. Precisamente, Greenpeace se desplaza hasta este punto para mostrar su rechazo a la ampliación del aeropuerto de El Prat, que está sobre la mesa. Las Administraciones deben apostar por mejorar las conexiones ferroviarias, muchas de ellas perdidas en las últimas décadas, especialmente en el marco de emergencia climática en el que estamos. ©Greenpeace/Pablo Blázquez ©Greenpeace Handout/PabloBlázquez- No sales - No Archives - Editorial Use Only - Free use only for 14 days after release. Photo provided by GREENPEACE, distributed handout photo to be used only to illustrate news reporting or commentary on the facts or events depicted in this image.

Un informe elaborado por Greenpeace denuncia las subvenciones a diferentes aerolíneas realizadas por la Junta de Andalucía y los ayuntamientos de Sevilla y Granada entre los años 2015 y 2022

Desde la Consejería de Turismo se sigue subvencionando a aerolíneas como Ryanair o Vueling bajo “acciones promocionales”, una práctica vigilada por el Tribunal de Cuentas Europeo por vulnerar la libre competencia
Greenpeace exige a la Junta, ayuntamientos y diputaciones que dejen de subvencionar al avión -el modo de transporte más contaminante- y promuevan un modelo de turismo y movilidad que no incremente las emisiones de CO₂

Sevilla, 13 de septiembre de 2022. Prácticamente todos los aeropuertos andaluces han recibido subvenciones para sus aerolíneas entre los años 2015 y 2022. Es una de las conclusiones que Greenpeace ha sacado a la luz en su último informe, titulado “Chanchullos en el aire: Análisis de las subvenciones de ayuntamientos y comunidades al sector aéreo”, donde denuncian las ayudas que diversas administraciones han dado a las aerolíneas para mantener vuelos deficitarios.

En su informe, Greenpeace detecta diferentes fórmulas utilizadas por las aerolíneas para recibir dinero público desde corporaciones locales y regionales, como las constantes ayudas otorgadas desde la Consejería de Turismo de la Junta de Andalucía. Bajo el título de “Acciones de mercadotecnia que repercutan en los diferentes productos turísticos de Andalucía y su conectividad aérea con mercados internacionales” solo en 2021 se concedieron casi un millón de euros a aerolíneas que operan en aeropuertos como Málaga o Sevilla, que ya tienen una gran demanda y no requerirían subvenciones.

La reiteración de estas ayudas demuestra que, lejos de ser una promoción puntual, las aerolíneas utilizan estos contratos para mantener artificialmente operativas ciertas conexiones. Una práctica que ya está siendo vigilada de cerca por entidades como el Tribunal de Cuentas Europeo, al perturbar los principios de libre competencia.

Según Adrián Fernández, responsable de la campaña de movilidad de Greenpeace, “en plena emergencia climática, la Junta de Andalucía y varios ayuntamientos están financiando una actividad nociva para el medioambiente, como es la aviación. Unas ayudas que bajo la apariencia de contratos de promoción turística, tienen como finalidad real que las aerolíneas mantengan de forma artificial sus vuelos. Por ello demandamos al Gobierno de Moreno Bonilla que detenga este tipo de ayudas y dedique estos recursos a promover un modelo turístico compatible con la protección del clima y el entorno.”

Greenpeace también ha detectado ayudas y subvenciones a aerolíneas realizadas desde corporaciones municipales. Tal es el caso del Ayuntamiento de Sevilla que en 2021 concedió ayudas indirectas a Ryanair a cambio de que esta aerolínea mantuviese abiertas 44 conexiones aéreas en el aeropuerto sevillano. O bien de las subvenciones directas licitadas por el Ayuntamiento de Granada y su Diputación Provincial a Easyjet en 2017.

«Estas conexiones no se construyen ni se mantienen pensando en la población local. En localidades como Sevilla o Granada, que compiten como atractoras de turismo internacional frente a destinos como Málaga, el objetivo preferente es que vengan más y más turistas; sea como sea», ha declarado Luis Berraquero, coordinador de Greenpeace en Andalucía.

A las denuncias de estos contratos de promoción turística hay que añadir las subvenciones que registra el vuelo Sevilla-Almería, el único vuelo autonómico de la Península Ibérica, cuya declaración de Servicio Público suponen casi nueve millones de euros. Según Greenpeace, las mejoras aprobadas para la línea férrea Granada-Almería (incluyendo su electrificación) deberían conllevar a medio plazo la sustitución de este vuelo por viajes en tren, acabando con la desconexión que históricamente ha sufrido la provincia.

El avión es el medio de transporte más contaminante por persona

A través de su campaña de Movilidad, Greenpeace llama la atención sobre el impacto del sector aéreo en las emisiones de CO₂ y denuncia que en plena emergencia climática las administraciones sigan promoviendo los viajes en avión a pesar de ser el transporte más contaminante por persona transportada. Como ejemplo, alguien que viaje en avión de Sevilla a Madrid estará emitiendo 117 kg de CO₂; mientras que el mismo viaje en un AVE, que es 100 % eléctrico, supone solo 9 kg de CO₂.[1]

Greenpeace exige a la UE y a los estados miembros una prohibición de los vuelos cortos cuando haya una alternativa en tren. Una medida aplicada parcialmente en Francia y que no solo reduciría las emisiones procedentes de la aviación, sino también evitaría la importación de queroseno desde Rusia en un momento de crisis energética.

A pesar de que las compañías aéreas han expresado su intención de alcanzar las emisiones netas cero para el año 2050, apenas hay evidencia de que las grandes aerolíneas puedan alinear sus objetivos con los del Acuerdo de París. Es la conclusión de otro informe, ”Volamos hacia el fracaso climático: Un análisis de los siete mayores grupos aéreos europeos”, que Greenpeace publicó a nivel europeo este verano y que cuestiona la agenda climática de siete grandes grupos aéreos. Entre ellos figuran firmas muy presentes en el norte como Ryanair o el grupo IAG, matriz de Iberia, Vueling y Air Nostrum.

Según se desprende de dicho informe las aerolíneas carecen de planes a corto plazo para reducir sus emisiones absolutas de CO₂ y sustentan la mayoría de sus compromisos climáticos en soluciones que se consideran contraproducentes con el medioambiente, como los mecanismos de compensación de carbono o un mayor uso de agrocarburantes, cuya producción está relacionada con la deforestación en regiones tropicales.

[1] Comparativa elaborada a través de la página especializada EcoPassenger.org

FUENTE: Greenpeace España

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