A pesar de ser un país que cumple los requisitos para ser vulnerable ante el coronavirus, como su alta tasa de población envejecida, al inicio de la pandemia, Japón no adoptó las estrictas medidas de las regiones vecinas y, aún así, tu tasa de mortalidad por el virus se ha mantenido baja.
06por María Rodríguez
En el pasado mes de febrero, mientras los hospitales de Wuhan (China) ya permanecían completamente colapsados por la COVID-19 y el resto de países cerraba sus puertas a todos los viajeros chinos, Japón seguía con sus fronteras abiertas.
Pese a que aún se está conociendo esta enfermedad, poco a poco fue evidente que un colectivo era altamente vulnerable frente al virus: las personas mayores.
MEDIDAS RELAJADAS
En este sentido, Japón es el país más envejecido del mundo y, además, la población nipona se concentra en ciudades densamente pobladas.
Desde que comenzó la pandemia, el Gobierno nipón se ha negado a hacer muchos test y, de esta manera, seguir los consejos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), por lo que el número total de PCR es de apenas 34.000 en la población japonesa.
Por otro lado, el país tampoco ha mantenido un confinamiento tan estricto como el de Europa u otros países. El Gobierno ordenó el estado de emergencia en el mes de abril, pero el confinamiento se fue estableciendo de manera voluntaria. Hubo recomendaciones, pero nunca obligaciones o penalizaciones legales.
No obstante, y a pesar de ser la cara opuesta de la mayoría de países durante la crisis sanitaria, Japón cuenta con menos de 20.000 casos confirmados de COVID-19 y menos de 1.000 fallecimientos.
Ahora, los nipones están volviendo a la normalidad.
«FACTOR X»
Se realizaron 8.000 pruebas aleatorias en Tokio y solo el 0,1% dio positivo.
Ante estas cifras favorables, el primer ministro, Shinzo Abe, habló del «modelo Japón» y apuntó a que otras regiones deberían tomar apuntes de su gestión.
Por otra parte, el vice primer ministro, Taro Aso, achaca estas cifras tan favorables a «la calidad superior» de la población en Japón. En su declaración, Aso hizo uso de la palabra «mindo«, un concepto que se remonta a la era imperial del país y que tiene una connotación racista, por lo que fue blanco de críticas.
Sin embargo, muchos expertos señalan que los nipones tienen un «factor X» que les ha permitido verse protegidos en gran medida de la COVID-19.
Otros apuntan a que también han influido las costumbres japonesas en las medidas de prevención, como los saludos sin acercamiento (besos o abrazos).
¿INMUNIDAD?
El profesor de la Universidad de Tokio, Tatsuhiko Kodama, está estudiando cómo reaccionan los nipones frente al virus y cree que el país pudo haber sufrido un coronavirus anteriormente.
Kodama explica que cuando un virus ingresa en un cuerpo, el sistema inmunológico del mismo produce anticuerpos que atacan al invasor, es decir, al virus.
Sin embargo, no todos están de acuerdo, como Kenji Shibuya, director de Salud Pública en el Kings College de Londres, Reino Unido, y ex asesor principal del gobierno japonés, que defiende que Japón ha tenido éxito en la lucha contra el coronavirus por lograr reducir la transmisión.
Los japoneses utilizan mascarillas desde hace 100 años y es normal que, cuando se tiene un resfriado, se utilice mascarilla para proteger al resto.
LAS TRES CES
Kazuaki Jindai, investigador médico en la Universidad de Kioto, y su equipo descubrieron que más de un tercio de las infecciones se producían en lugares similares: lugares de música donde se cantaba y bailaba, donde había poca distancia y la respiración era fuerte.
Por otro lado, observaron que no todos los infectados contagiaban el virus, por lo que instaron a que el Gobierno nipón aconsejara a la sociedad que evitara las «tres ces»:
- –Closed espaces: espacios cerrados con poca ventilación.
- –Crowded places: lugares llenos de gente.
- –Close contact: contacto cercano, como conversaciones cara a cara.
Por lo tanto, no existe el tal llamado «factor X», simplemente hubo un corte de la cadena de transmisión. Curiosamente, al Gobierno no le hizo falta imponer el confinamiento, la mayoría de la población lo hizo igualmente.
La clave de Japón fue, quizás, más fácil que lo que contienen las especulaciones: considerar el problema y mantener una actitud responsable.
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