Toda su obra poética ha sido una búsqueda del sentido de la existencia humana y, sobre todo, de Dios, además de mostrar su opción por los pobres a través de la conocida Teología de la Liberación.
El Gobierno de Nicaragua, con el que estaba enfrentado, ha decretado tres días de luto nacional elogiando su obra.
Su fallecimiento se produce apenas mes y medio después de que el papa Francisco autorizara su reincorporación al sacerdocio tras haber sido suspendido debido a su defensa de la Teología de la Liberación y su pertenencia al entonces gobierno sandinista. La noticia la conoció en el hospital donde estaba convaleciente.
Hay que recordar su imagen, de rodillas en marzo de 1983 con el papa Juan Pablo II (1920-2005) reprendiéndole y que luego lo suspendería ‘a divinis’, algo que fue finalmente restituido gracias al actual papa argentino.
“Me siento identificado con este nuevo Papa. Es mejor de como podríamos haberlo soñado” declaró en su día.
Cardenal, era sacerdote, fue opositor a la dictadura somocista y ministro de Cultura en la Nicaragua sandinista posterior a 1979, aunque abandonó el Frente Sandinista en 1994.
Durante su etapa en el Gobierno de Nicaragua, en la que coincidió con su hermano Fernando (1934-2016) como ministro de Educación, se desarrolló una campaña de alfabetización que le valió el reconocimiento de la Unesco, en la que al menos medio millón de nicaragüenses aprendieron a leer y escribir.
Precisamente el pasado noviembre de 2019 había aparecido su Poesía Completa, publicada por la editorial Trotta, que es donde ha publicado casi toda su obra poética en los últimos años en España.
Así se pueden recorrer todos sus libros, Epigramas, Salmos hasta Pasajero de tránsito, así como el minúsculo poemario Versos del pluriverso, poemas sueltos hasta ahora no recopilados en forma de libro, y el monumental Cántico cósmico.
Escribió también su experiencia desde el monasterio trapense hasta en la Cuba de Fidel Castro (su libro En Cuba cuenta esa experiencia) o con los campesinos de Solentiname (otro libro El Evangelio en Solentiname narra esas vivencias), comunidad que fue destrozada por la entonces brutal dictadura de Anastasio Somoza (1925-1980).
A España acudió en numerosas ocasiones, en 1983 participó en Barcelona en el homenaje y creación de la Fundación del cristiano marxista que fue Alfonso Carlos Comín (1933-1980). También tuvo un diálogo con Julio Cortázar (1914-1984) en Televisión Española (entonces la única) entrevistados ambos por Mercedes Milá. De hecho, el diálogo fue publicado en un libro.
No fue su única experiencia ya que visitó y también recibió el doctorado honoris causa en la Universidad de Valencia, Huelva y Granada (por cierto, que el poeta era natural de la Granada nicaragüense).
Fue nombrado Premio Iberoamericano Reina Sofía de Poesía en 2012, convocado por Patrimonio Nacional y la Universidad de Salamanca, un galardón más que merecido, junto con otros como el premio de la Paz del comercio librero en 1980, el Premio Iberoamericano de poesía Pablo Neruda en 2009 y el Premio por la paz, el entendimiento entre los pueblos y diálogo intercultural Theodor Wanner que recibió en Berlín en 2014.
Tal vez uno de los poemas más conocidos de Cardenal sea el de Oración por Marilyn Monroe o el que cantó Joan Manuel Serrat, Epitafio para Joaquín Pasos, aunque tiene epigramas bellísimos dedicados a su amor no correspondido, Claudia. Por ejemplo el que dice:
Me contaron que estabas enamorado de otro/ y entonces me fui a mi cuarto/ y escribí ese artículo contra el Gobierno/ por el que estoy preso.
También merece la pena recordar:
Al perderte yo a ti tú y yo hemos perdido:/ yo porque tú eras lo que yo más amaba/ y tú porque yo era el que amaba más./ Pero de nosotros dos tú pierdes más que yo: porque yo podré amar a otras como te amaba a ti/ pero a ti no te amarán como te amaba yo.
Y es que como él mismo afirma:
«Todo es poesía/ todo puede hacerse poesía” y “Todo hombre es poeta”.
Aunque se ha ido, siempre nos quedará su poesía, una poesía tan bella como la de Cardenal que siempre es recomendable leer. Uno de sus últimos poemas se titulaba proféticamente ‘Así en la tierra como en el cielo’.
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