Lo que estamos viendo es que los nuevos gestores de la Junta parecen más trileros de la política que gestores de lo público.
El gobierno del cambio ha resultado ser el gobierno del engaño, del fraude y de la mentira para los andaluces. En la oposición gritaban como gritaban los jacobinos ávidos de derramar la sangre de la corrupción de la Junta de Andalucía. El Parlamento andaluz se convirtió en su obra teatral más reconocida, Proposiciones No de Ley por cientos, petición de Comisiones de Investigación, causas generales contra el Psoe en el gobierno. Llegaban al hospital de las Cinco Llagas con una botella de gasolina en una mano y una antorcha en la otra. Comandados por los ninis de Arenas tras la muerte política del gran tocomocho que resultó ser Zoido.
Cuando llegaron por carambola al gobierno de la Junta, tras el giro a la derecha más rancia de Cs, y con el apoyo de la ultraderecha de VOX, empezó la amnesia, el olvido. El pasado de 36 largos años de gobierno socialista se enterró sin misas y sin velas, y con él se enterraban los mayores casos de corrupción de toda Europa desde la segunda guerra mundial. Cuando tomaron conciencia de que ellos eran el gobierno regional empezaron a echar paladas y paladas de tierra sobre todo lo que se había echo. Empezaron a retirarse como acusación popular de los casos de corrupción abiertos en los juzgados y a recolocar a todas sus piezas utilizadas en nómina por la Junta de Andalucía. Lo que estamos viendo es que los nuevos gestores de la Junta parecen más trileros de la política que gestores de lo público.
En la oposición sacaban las navajas cada vez que hablaban de la administración paralela, señalaban en una larga letanía los nombres de los colocados, de los puestos a dedo y de los enchufados. Sacaron a Savonarola a pasear para quemar todo lo quemable de la paralela. Iban de la mano con Robespierre poniendo cadalsos y guillotinas políticas por todo el entramado clientelar. Y cuando llegaron al soleo de San Telmo empezaron las lagunas mentales, el alzheimer del gobierno andaluz, y todo comenzó a parecerse más una película de Federico Fellini que a la realidad de Andalucía. Luego sacaron el concurso para colocar a los altos cargos de la paralela y resulta que en la AVRA colocaron a todos los excedentes y deshechos de concejales del PP de directores provinciales. El dedo de Dios seguía vivo.
Y Marín, el adelantado, defendía el proceso legal del dedo desde el púlpito del ala oeste de la Casa Blanca en que se había convertido San Telmo. Y también lo defendía Rocío Ruiz, la consejera de Igualdad, que dijo que cumplen con todos los requisitos legales. Luego lo entendimos. Salió a la luz el dedo colocador que tocó a Javier Millán Salmerón, hermanísimo de Virginia Millán Salmerón, y cuñado del auto dimitido secretario de organización de Cs Fran Hervías, como asesor del IAJ. Supimos luego la colocación de la pareja de Mar Hormigos, Antonio Díaz de la Rosa de gerente de Inturjoven, que antes fue jefe de ventas en un concesionario de automóviles y cazado usando el coche oficial de la empresa para fines particulares. También supimos la colocación de Margarita Alcalá Valverde como directora financiera de la empresa pública y cuyo mérito es haber sido concejala de Ciudadanos en Guadix. Y estos eran los que nos decían que venían a acabar con el enchufismo en Andalucía.
Hoy volvemos también a los tiempos del Conde-Duque de Olivares. El grado y experto en protocolo Moreno Bonilla ha dejado en manos del valido y sefardí Bendodo su gobierno, y la Ariadna de Jerez, el manijero de Antonio Sanz, aprovecha la oscuridad de San Telmo para tejer una profunda tela de araña – sobre todo gaditana – por todas las consejerías de Andalucía, mientras Arenas le va dictando nombres a colocar al oído. Todo a espaldas del relojero de Sanlúcar que no se entera de que le socavan la autoridad, la hacienda y la silla. Este parece que espera que Cs muera de inanición electoral para emprender y apuntarse como buen Izcariote, junto a su cuñado Pier Nodoyuna, al España Suma dejando tirados a Rivera, a Arrimadas y al porquero de Agamenón si hace falta para pillar la nómina de la Junta de Andalucía, y hará lo mismo que Judas le dijo a Jesús en las escenas finales de La Última Tentación de Cristo: “Si tengo que matarte, te mataré”.
Grandes tardes de gloria están empezando a dar estos bucaneros profesionales de la política desde su mesa redonda de San Telmo. La última que han hecho es que no van a reclamar el dinero a los condenados de los ERE hasta que la sentencia sea firme. Esto apesta a pacto secreto con el PSOE de Susana Díaz. Lo primero es que el tribunal ya ha sentenciado que el sistema usado para el pago de los ERE fue ilegal. Luego todos y cada uno de esos ERE fue fraudulento. Lo segundo es que seguirán pagando 37 millones de euros por ese sistema declarado ya ilegal a los cerca de 6.000 trabajadores que se beneficiaron del sistema. Lo tercero, y lo más grave, es que no dicen nada de reclamar el dinero que se ahorraron las empresas beneficiarias del sistema en los pagos de costes laborales de los despidos y que salieron de los presupuestos de la Junta de Andalucía. El cuarto es que callan sobre la desindustrialización salvaje que sufrió Andalucía con estos ERE fraudulentos todos esos años. Siguen la misma línea de ataque de Susana Díaz cuando era presidenta. No hacer nada. Lo peor de todo es que mientras el tribunal ya ha sentenciado – como hemos señalado – que el sistema de pagos es ilegal, ellos han decidido pagar religiosamente y dotar de munición y artillería jurídica para que los “cobrantes” sigan con la mamela que les concedieron sus majestades condenadas Manuel Chaves y José Antonio Griñán. El resto del millón de parados andaluces que se fueron a la calle con las manos vacías y el FOGASA que esperen milagros que les llenen la nevera.
Antonio Barredo. Contador de historias. Nací por generación espontánea. En ocasiones veo corrupción y a los corruptos. Un arcángel me dijo al oído que cuando los muertos no quepan en el infierno caminarán sobre la tierra.
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