‘Eduard Fernández, la valentía de ser auténtico’, por Luciano Pou

Eduard Fernández, en un instante del programa 'Lo de Évole'. / ATRESMEDIA

 

Martes, 11 de febrero de 2025. El reciente ganador del Goya a Mejor Actor Protagonista, Eduard Fernández, ha protagonizado una de las entrevistas más sinceras y reveladoras de los últimos tiempos. En su conversación con Jordi Évole, el actor se ha mostrado sin filtros, hablando con valentía sobre sus adicciones, su paso por la depresión y la importancia de la autenticidad en su carrera y en la vida

Eduard ha compartido cómo el alcohol se convirtió en su «droga estrella» y cómo la adicción lo arrastraba a un ciclo de autodestrucción. «La adicción da mucha vergüenza porque tú notas que algo no tira«, explicó, resaltando la dificultad de reconocer que uno necesita ayuda. Sin embargo, ha sido precisamente ese paso de humildad lo que le ha permitido salir adelante: «Un adicto tiene que pedir ayuda. Tiene que hacer el acto de humildad de decir: Ayúdame, que yo no puedo«.

El actor, que acaba de ganar su cuarto Goya por Marco (tiene otro más a Mejor Actor Protagonista por Fausto 5.0 y dos más como Mejor Actor de Reparto por En la ciudad y Mientras dure la guerra), defiende con entusiasmo la terapia y el acompañamiento profesional. «Sigo yendo de vez en cuando a terapia para veteranos y también vas para estar con los que empiezan», afirmó. «Es una escuela de vida. Es la humanidad a lo bestia«. Su testimonio desmonta muchos de los prejuicios sobre la salud mental y la rehabilitación, enviando un mensaje poderoso sobre la importancia de aceptar la ayuda y de compartir experiencias para crecer.

Otro punto clave de la entrevista fue su evolución como actor. En sus inicios, intentó imitar a otros, pero pronto descubrió que su mejor versión surgía al dejar de copiar y centrarse en su propia autenticidad. «Es mucho más interesante deconstruir a ese personajillo que te has construido para ser tú mismo», explicó.

Eduard también abordó la inseguridad constante en la profesión de actor, ilustrándolo con una anécdota: «Dos actores se encuentran y uno le dice al otro: «Te vi en el metro«. El otro contesta: «Y ¿qué tal estuve?«. Con el tiempo, ha aprendido a relativizar esas preocupaciones y a darse cuenta de que «no es para tanto».

Su testimonio no solo ayuda a desestigmatizar la salud mental, sino que también invita a la reflexión sobre el éxito y la autenticidad. En una sociedad obsesionada con la imagen y el reconocimiento, su historia es un recordatorio de que el verdadero crecimiento llega cuando nos atrevemos a ser vulnerables y a aceptar nuestras sombras.

Es hora de abrir el diálogo sobre estos temas y fomentar una cultura más empática, donde pedir ayuda sea visto como un acto de fortaleza y no de debilidad. La valentía de Eduard Fernández es un ejemplo inspirador de que, a veces, la mejor actuación es, simplemente, ser uno mismo.

 Luciano Pou es teólogo, filósofo e historiador

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