📢 Exigen en un duro comunicado «soluciones inmediatas» para las personas temporeras sin alojamiento y recuerdan que son «trabajadores esenciales».
⛺️ «Esta situación sólo se puede entender desde la lógica del capitalismo más depredador y desde el racismo institucional, impropio de un estado social y de derecho», aseveran las entidades firmantes.
🗞️ El Ayuntamiento de Lepe ordena a la Policía Local impedir el acceso a la estación de autobuses y al albergue municipal nunca terminado, donde los trabajadores buscan refugio cada noche.
🗞️ Asimismo, el Consistorio intenta evitar el levantamiento de nuevas chabolas en los asentamientos de trabajadores sin techo de la localidad costera onubense.
El lobby patronal de los frutos rojos niega la relación entre el chabolismo de trabajadores y las campañas agrícolas
Martes, 1 de marzo de 2022. Como todos los años por esta época, las personas temporeras que llegan a Lepe para trabajar en la campaña agrícola de la fresa, por más que buscan, solo descubren la calle como única alternativa habitacional. Hasta hace solo unos días, y como muestra la imagen que ilustra esta pieza, muchos de estos trabajadores dormían, al raso, en la estación de autobuses del municipio, Asimismo, guardaban sus equipajes en la sala de espera. Ahora, el equipo de gobierno popular del Ayuntamiento lepero ha decidido prohibir la colocación de cartones para dormir en el suelo del apeadero. Para evitarlo, ha ordenado a la Policía Local que impida el acceso de los trabajadores sin vivienda a la estación.
Dramática situación que no es nueva. Ya el año pasado, las personas temporeras tuvieron que enfrentarse a las mismas dificultades. Hay que tener en cuenta que la oferta de viviendas y habitaciones para alquilar en Lepe es escasa. Muy escasa. Pero este año se ha agravado aún más -si cabe- por las medidas tomadas por la Corporación Municipal. Por un lado, prohíbe reconstruir chabolas destruidas en los continuos incendios que se producen en los asentamientos, al tiempo que y vigila para que no se levanten nuevas infraviviendas. Por otro, el Consistorio impide este año entrar en el local que una vez estuvo destinado a ser «albergue municipal». Una infraestructura cuya construcción nunca fue finalizada por una decisión nunca explicada del propio Ayuntamiento, que hasta tuvo que devolver a la Junta de Andalucía fondos aportados para ese fin, y que desde hace años permanece okupado por personas migrantes, trabajadores agrícolas con y sin papeles, para poder dormir en el patio techado del edificio. Este año, el acceso al albergue está custodiado día y noche por guardas jurados que impiden el acceso a nuevos habitantes. Hace pocas semanas, el propio Ayuntamiento anunció su voluntad de retomar el proyecto original y finalizar las obras del albergue. También esgrime un novedoso y ambicioso «plan municipal» de erradicación del chabolismo, pero condiciona su implementación a que lo financien otras administraciones.
Las medidas adoptadas por el Ayuntamiento, lejos de evitarla, dificultan la ya frágil situación de las personas que siguen llegando a Lepe estos días, como cada año, para encontrar un lugar donde descansar. La última «vuelta de tuerca», según denuncian este martes más cincuenta colectivos y organizaciones ciudadanas en un comunicado, ha sido la decisión tomada con respecto a la estación de autobuses.
«No podemos entender la deshumanización y la ausencia de empatía por parte de nuestras administraciones que, después de más de un mes, no han movido ni un solo dedo para intentar buscar una solución habitacional a los trabajadores temporeros. Especialmente, no se puede entender la actitud del Ayuntamiento de Lepe, la administración más cercana a esta emergencia humanitaria», aseguran en una carta abierta las cincuenta organizaciones humanitarias y colectivos ciudadanos.
Sentimos vergüenza como sociedad civil al comprobar que nuestras trabajadoras y trabajadores, esas personas que recorren las campañas agrícolas de la geografía española para asegurar las verduras y frutas en nuestra mesa, tengan que dormir en la calle sobre un cartón cuando llegan a Huelva
En la misma, los colectivos denuncian la vulneración de derechos humanos y laborales por parte de todas las administraciones, y el maltrato al que son sometidos decenas de trabajadores de un sector esencial que, además, como destaca el comunicado, «están engrosando con su trabajo y su sufrimiento el PIB provincial, andaluz y nacional». Se trata de una situación que «deja al descubierto la incapacidad de un sistema y la estrechez de expectativas futuras para abordar, con seriedad, una realidad como el fenómeno migratorio».
«Sentimos vergüenza como sociedad civil», continúa el duro comunicado de los más de 50 colectivos sociales y organizaciones de defensa de los Derechos Humanos, «al comprobar que nuestras trabajadoras y trabajadores, esas personas que recorren las campañas agrícolas de la geografía española, para asegurar las verduras y frutas en nuestra mesa, tengan que dormir en la calle sobre un cartón, cuando llegan a Huelva». Para las organizaciones denunciantes, es incomprensible que, después de más de veinte años de campañas agrícolas exitosas donde empresarios y administraciones se congratulan mutuamente de la expansión de un negocio redondo, estas olviden por completo de las condiciones de vida más básica de la mano de obra, como es un alojamiento digno. Los colectivos sostienen que esta actitud «sólo se puede entender desde la lógica del capitalismo más depredador y deshumanizado y desde el racismo institucional, impropio de un estado social y de derecho».
En este sentido, las entidades firmantes del comunicado denuncian la ausencia de una política migratoria «coherente y seria», dándose la situación «tan incomprensible» de que las organizaciones patronales, auspiciadas por el propio Gobierno de España, busquen trabajadores en otros países a través de la denominada contratación en origen cuando en España viven más de 500.000 personas migrantes sin permiso de trabajo. Así, los colectivos denunciantes reclaman del Estado español un cambio en la Ley de Extranjería que permita regularizar a esas personas, así como «evitar que sufran abusos laborales y permitirles realizar sus proyectos de vida de una forma digna». «Ante la falta de propuestas sensatas», recuerda el comunicado, «la sociedad civil ha dado un paso adelante llevando a cabo una campaña de recogida de firmas para presentar ante el Parlamento Iniciativa Legislativa Popular».
«Por todo ello», finaliza el comunicado de los más de 50 colectivos y organizaciones, «exigimos, en primer lugar, soluciones inmediatas de alojamientos, sin más dilación, para las personas temporeras que están llegando a Lepe en estos momentos. Y por otra, la coordinación de las administraciones públicas, junto al sector empresarial implicado para ofrecer una solución seria y viable al grave problema de alojamientos para las personas trabajadoras del sector de los frutos rojos».
Firman el comunicado: ALIANZA POR LA SOLIDARIDAD, APDHA (ASOCIACIÓN PRO DERECHOS HUMANOS DE ANDALUCÍA), ASOCIACIÓN LATINOAMERICANA HUELVA PARA TODOS Y TODAS, ASOCIACIÓN MULTICULTURAL DE MAZAGÓN, ASAMBLEA FEMINISTA UNITARIA DE SEVILLA, ASOCIACIÓN DE MALIENSES DE LEPE, ASOCIACIÓN DE MALIENSES DE MAZAGÓN, ASOCIACIÓN SOCIOCULTURAL LA DESBANDÁ ASOCIACIÓN DE TRABAJADORAS Y TRABAJADORES DEL HOGAR DE SEVILLA, ASOCIACIÓN DE TRANSEXUALES DE ANDALUCÍ ATA- SYLVIA RIVERA, ASNUCI (ASOCIACIÓN NUEVA CIUDADANÍA POR LA INTERCULTURALIDAD), ASPA (ASOCIACIÓN ANDALUZA POR LA SOLIDARIDAD Y LA PAZ), CAFÉ AFROFEMINISTA SEVILLA, CENTRO ANDALÚZ DEL PUEBLO J. F. RIVERA, COLECTIVO MUJERES ALJARAFE, COLECTIVO PROSTITUTAS DE SEVILLA, COMUNIDADES CRISTIANAS POPULARES DE ANDALUCÍA, ENCUENTRO DE MUJERES MONTEQUINTO SEVILLA, ENTRE MUNDOS. MGRANTES NIGERIANAS, ENTREPUEBLOS ANDALUCÍA, ERRÁTIKAS, FUNDACIÓN SEVILLA ACOGE, FUNDACIÓN TRIÁNGULO ANDALUCÍA, FFF (FRIDAY FOR FUTURE), HOAC (HERMANDAD OBRERA DE ACCIÓN CATÓLICA), IZQUIERDA UNIDA HUELVA, JORNALERAS EN LUCHA, LA CARPA DE SEVILL, MAIRENA SOLIDARIA, CIUDAD REFUGIO, MAP (MUJERES ASOCIADAS PERCUSIONISTAS) ,MCEP (MOVIMIENTO COOPERATIVO DE ESCUELA POPULAR), MUJERES SUPERVIVIENTES SEVILLA, MUJERES DE NEGRO CONTRA LA GUERRA, MUJERES DE LA OTRA ORILLA, MUJERES 24 HORAS, PARTIDO COMUNISTA DE HUELVA, PLATAFORMA DE SOLIDARIDAD CON PALESTINA, PLATAFORMA SOMOS MIGRANTES DE SEVILLA, POETAS DE HUELVA POR LA PAZ, PODEMOS HUELVA, POR UN MUNDO MÁS JUSTO ANDALUCÍA, RECUPEREMOS AYAMONTE, RED GRANADINA POR EL REFUGIO Y LA ACOGIDA, RED SOS REFUGIADOS EUROPA, REVISTA LA MAR DE ONUBA, SÁHARA FRONTERA CERO, SEMINARIO MUJER LATINOAMERICANA - MUJER ANDALUZA, SECTOR SOCIAL RELIGIOSAS JESÚS – MARIA 2, SINDICATO UNITARIO, SOLIDARIDAD INTERNACIONAL ANDALUCÍA.
por Perico Echevarría
Los dantescos asentamientos chabolistas habitados por personas trabajadoras forman parte desde hace dos décadas del paisaje oculto del próspero sector agrícola de la provincia de Huelva. Decenas de pequeñas ciudades de palés, cartón y plástico diseminadas por los municipios onubenses que albergan las miles de hectáreas de frutos rojos en las que trabajan cada año más de cien mil personas, según las cifras ofrecidas por las propias patronales agrarias.
Campamentos de la vergüenza en las levantan infraviviendas, cuando los ayuntamientos no ven o no miran, cientos -miles en temporada alta de recolecta- de trabajadores migrantes, de piel negra en su mayoría, que responden cada año a la desesperada llamada de las patronales agrícolas, tan necesitada de mano de obra cada vez que fresas, frambuesas, arándano o moras, comienzan a brotar desde finales de cada año.
El Convenio Colectivo del Campo Onubense pide a las empresas del sector agrícola ofrecer un alojamiento digno a los trabajadores que lo requieran. Pero por algún extraño e inexplicable motivo, los trabajadores de piel negra y/u origen subsahariano rara vez se benefician de ese texto firmado por sindicatos y patronal. Los que tienen papeles, que no son pocos. Los otros, aquellos que se encuentran en situación irregular, ni siquiera se plantean tal posibilidad. Para estos rigen las reglas de la economía sumergida, que en el sector agrícola onubense haberla hayla, aunque puntúa como "casos aislados". También pesa el racismo estructural que subyace en la falta de solución en veinte años al problema de la vivienda en municipios que multiplican sus poblaciones por mor de la industria del fruto rojo, pero en los que no hay mercado de alquiler para trabajadores que pueden pagar, pero no saben dónde.
Vídeo
Pedro Marín, gerente del lobby patronal Interfresa, niega la relación entre la industria del fruto rojo y la proliferación de asentamientos chabolistas de trabajadores agrícolas en la provincia de Huelva. (Hacer clic AQUÍ para acceder al vídeo completo de la rueda de prensa celebrada el 22 de marzo de 2021)
En los asentamientos chabolistas de la provincia de Huelva, prácticamente el cien por cien de sus habitantes son trabajadores agrícolas. No son comunas de pobres sin hogar, no son desheredados de la sociedad. Son trabajadoras y trabajadores de un sector capaz de crear cien mil empleos cada año, pero incapaz de dotar a todos ellos de la dignidad que merecen quienes hacen posible que las berries de Huelva sean famosas y apreciadas en medio mundo. Incapaz también de reconocer la relación directa, directísima, que une las fincas de las excelentes berries onubenses con los asentamientos chabolistas. Lo que avergüenza, mejor negarlo. Endosárselo en exclusiva a otros agentes que, Legislación en mano, puedan resultar responsables últimos de la falta de vivienda digna para todas las personas que sufre... España.
Desde este convencimiento, el 22 de marzo del pasado año, Pedro Marín, gerente del lobby patronal Interfresa, se lamentaba y negaba tajantemente en una rueda de prensa que la industria de los frutos rojos y la proliferación de asentamientos chabolistas estuvieran relacionados. Marín no dudó a la hora de describir las informaciones que contradicen su negación como "ataques recurrentes de querer achacarnos a nosotros [los empresarios agrícolas] la responsabilidad de la existencia estos asentamientos".
El gerente de Interfresa reveló en aquella rueda de prensa que ya en 2010 el sector había pedido al "ministerio fiscal" que actuará "de manera contundente" para determinar qué Administraciones son las competentes "en el ámbito competencial particular de cada una de ellas, local, autonómica y estatal. Quiénes son las parte competencial que conlleva a cada uno de ellos la solución de un problema que es un drama y que nosotros reconocemos como tal, pero del que nosotros no somos responsables en ningún momento". Como prueba del nueve, Marín sentenciaba: "Las campañas terminan y los asentamientos continúan y siguen existiendo en algunas localidades y algunos municipios de la provincia de Huelva".
En todos, realmente. Los asentamientos crecen de forma exponencial durante los meses de mayor contratación en las fincas de frutos rojos, y decrecen cuando estas terminan y los temporeros migran a otras campañas agrícolas en otras provincias españolas. Sin embargo, como ha podido comprobar en repetidas ocasiones esta revista, la mayoría de las personas que permanecen viviendo en los asentamientos chabolistas de la provincia de Huelva aseguran ganarse la vida trabajando en otras faenas propias del sector, como la retirada de plásticos y preparación de terrenos para las siguientes cosechas, el mantenimiento de las fincas o la plantación en otoño de los frutos que empezarán a brotar desde finales de año. Por otra parte, cabe decir que entre fresas, arándanos, moras o frambuesas, la industria onubense de los frutos rojos -como la invocada Administración Pública- sólo toma vacaciones, prácticamente, en el mes de agosto.
No obstante, aquel 22 de marzo de 2021, Pedro Marín, gerente de Interfresa, mostró la disposición del lobby patronal para colaborar "en todo lo necesario" con la Administración Pública "como siempre hemos hecho". El portavoz de Interfresa llegó incluso a señalar el momento en el que -se entiende que- sus asociados, las patronales Freshuelva, Asaja y COAG, comenzarían esta colaboración: "Cuando el actuar del sector público sea de manera decidida en la erradicación de esta realidad" (sic).
Sea el primero en desahogarse, comentando