A Feijóo no le queda más remedio, para defenderse, que seguir los dictados de la señora Ayuso, a ver si no se enfada mucho.
Miércoles, 24 de agosto de 2022. De nuevo, Feijóo intenta justificar lo injustificable. Lo que viene haciendo con el Consejo General del Poder Judicial(CGPJ), ahora lo hace con el Real Decreto-ley de medidas para el ahorro energético. Y al igual que para bloquear la renovación del CGPJ se ha inventado las excusas más peregrinas (cuando todos sabemos la verdadera razón de su interés por mantener el que hay, ¡con un ex alto cargo del Partido Popular al frente!), ahora se está inventando también los argumentos más increíbles e impresentables. Todo con tal de no apoyar este magnífico Real Decreto-ley, que mañana se verá en el Congreso y que es tan necesario para España y para los españoles.
Que si son frivolidades, que si son ocurrencias, que si no se ha hablado con los agentes sociales ni con los responsables políticos, etc. Y todo eso es esencialmente falso, como se demuestra fácilmente: A las Comunidades Autónomas se les envió un borrador en julio sin que absolutamente ninguna aportara nada, por lo que implícitamente daban por válido dicho plan.
Con los principales partidos políticos también parece ser que se ha hablado o al menos con los agentes sociales y las empresas energéticas, por lo que también es falsa la no comunicación.
¿Que son ocurrencias? Pues, entonces, Europa entera no tiene más que ocurrencias, porque esto responde a una política, una estrategia y un mandato comunes de la Unión Europea, que se está aprobando simultáneamente y de forma bastante homogénea en todos los países, sean sus gobiernos del signo político que sean.
¿Son frivolidades?, pues así habría que calificar también a buena parte de los contenidos que el propio Feijóo proponía hace pocas semanas. Es decir, ellos mismos están autocalificándose de frívolos.
La verdadera razón, que cada vez es más evidente, estriba en que tenemos un hecho diferencial del que no «disfrutan» en el resto de Europa: la todopoderosa e insaciable señora Ayuso, que ha dicho que no y el señor Feijoo tiene muy claro que el día que ella quiera, igual que en su momento se ha cargado al señor Casado, se lo cargará a él. Y a Feijóo no le queda más remedio, para defenderse, que seguir los dictados de la señora Ayuso, a ver si no se enfada mucho.
Que digo yo que para hacer la política de la siempre esperpéntica señora Ayuso no hace falta tener a un Feijoo. O dicho en otras palabras: Entre un mal original y una pésima copia ¿casi mejor el “original»? ¿Por qué no se ocupa la derecha de facilitarle el liderazgo a la señora Ayuso y que pase a primer plano? Sería, aunque no deseable, más clarificador para todos. ¡Qué horror!
¡Dejen paso, por favor, que la señora Ayuso viene empujando!
¡No sé qué es peor, susto o muerte!
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