De elecciones

por José Luis Pedreira Massa

Pues ya estamos en capilla, como quien dice. De nuevo de elecciones generales. Nos vamos pareciendo a Italia. El tiempo trascurrido desde la moción de censura no ha sido fácil de gestionar y se ha hecho con solvencia. Las elecciones del 28-A se ganaron de forma clara pero no con suficiencia, al doblar en escaños al segundo partido pareciera que la cosa era lógica, ça va de soie, que dicen los franceses, pero no, no fue así y aquí estamos dispuestos a votar otra vez.

Está claro que las derechas no iban a actuar con responsabilidad y con el “patriotismo” que ellas reclaman a los demás. La (auto)denominada (esencia de los valores ininmutables e incorruptibles) izquierda no quiso negociar un programa y querían poder, poder y poder, proponiendo un segundo gobierno incluido en el seno del gobierno, exigiendo el 70-80% de la ejecución presupuestaria y mostrando su gran desconocimiento del funcionamiento de un gobierno. Con este nivel de colaboración tan profundo y claro consiguieron bloquear la acción de gobierno, impidiendo que se creara un gobierno liderado por el partido que había ganado, de forma holgada y amplia pero sin la suficiencia necesaria.

Tras ello se ha abierto la veda: todos contra Sánchez y contra el PSOE. Está siendo una cacería donde se crean fake-news, se dicen cosas que no son, se realizan atribuciones peregrinas sobre interpretaciones llenas de subjetivismo sobre cualquier tema del que se hable, terminando por tergiversar hasta el color de la nieve, si viniera al caso.

En efecto, desde la derecha se señala la connivencia del PSOE con los independentistas, ante cualquier circunstancia, importa poco de qué se hable o se diga o los actos desmientan las simples atribuciones. Desde la supuesta vigilante de las esencias de la izquierda se avisa de un gobierno de gran coalición PSOE-pp-c’s. Unos y otros lo dicen con tal apariencia de aplomo que hacen titubear o dudar a sus acólitos, pero que no convence a nadie. Lo que sí se observa es que unos y otros resultan alumnos aventajados de un tal Goebbels que, a su vez, era un alumno del pelotón de los malos de Maquiavelo, al afirmar que había que repetir sin descanso una mentira para que la gente/populacho terminara por creerla.

¿Alguien ha debatido acerca de las 35 medidas sociales del programa del PSOE? Pues no, nadie. Es preferible meter ruido, armar bulla. Este es el nivel del debate político en este país: plano, tremendamente plano. Es una campaña que se está realizando a golpe de argumentario, por lo que resulta pobre y, cuidadín-cuidadín, desmovilizadora. El juego de resaltar las meteduras de pata y subrayar las exageraciones son argumentos pobres y que cansan a la ciudadanía.

Los medios de comunicación tampoco ayudan. Su actitud de buscar un titular, su posición cortoplacista y su dependencia ideológica hacen que resulten aliados privilegiados de esta política a base de twitter barato y de liquidación.

Mucho me temo que los debates electorales se parecerán demasiado a los acontecidos en abril, es decir monótonos, aburridos, buscando el griterío, apartando las ideas y los fundamentos, atacando por el hecho de atacar al candidato socialista y el candidato socialista debe defenderse, con lo que tampoco puede exponer líneas de debate. Al bloqueo político y de gobierno, ahora le sustituye el bloqueo del debate.

Los líderes del trifachito son muy flojitos teórica y políticamente, aunque demuestren una gran eficacia en meter ruido y hacer que su lluvia borrascosa arrase llevándose toda la capa freática y quedando una superficie yerma, arrasan con lodo y matorrales haciendo una debacle allá por donde pasan, porque destruir es mucho más fácil que construir. Los líderes de la izquierda tienen más sustancia y contenido, pero les puede su ego potente y un funcionamiento, en ocasiones, muy rígido y, patológicamente, flexibles para incorporar nuevas opciones y nuevas posibilidades de progreso.

La veda abierta contra los socialistas y su líder está resultando de gran eficacia. Obliga a que los socialistas se centren en explicar su defensa de los ataques sin cuartel e indiscriminados. Los medios de comunicación les piden explicaciones por estos ataques, con lo que no obtienen eco ni lo que han hecho en el reciente gobierno ni se analiza el programa que pretenden desarrollar.

Luego está el cinismo e hipocresía de los ejecutores de “la pinza” que cercan e inmovilizan a los socialistas. Es difícil desembarazarse de estas redes tramposas. Unas redes que buscan que no lleguen al gobierno los socialistas, que buscan bloquear la acción de gobierno socialista.

El PSOE ha evidenciado en estos 18 meses algunas cuestiones de interés: la primera es que tiene equipo de gobierno con profesionales muy bien formados y con experiencias profesionales en sus campos de trabajo, que dominan idiomas y que saben estar y trabajar en equipo con compromiso y seriedad, que su programa tiene proyección de futuro para el conjunto del Estado, de ahí la insistencia en decir que no hay proyecto, pero “los de la pinza” tampoco ponen proyectos ni programa. El gobierno socialista ha evidenciado que es capaz de poner en marcha las cuestiones que ha podido desarrollar y que no se ha precipitado en proponer aquello que no estaba en disposición de ganar (p.e. la reforma laboral, ya que pp, c’s, voxiferantes y JperC la votaron y eran mayoría en el Congreso de los Diputados).

La supuesta izquierda no ataca a la derecha, solo lanza furibundos ataques a los socialistas en todos los temas, en muchos de ellos demostrando un gran desconocimiento de las organizaciones y del funcionamiento institucional del gobierno. Seguirá desangrándose poco a poco por resultar rabiosa, agresiva, con gesto tenso y ceño fruncido.

Menos mal que no hubo gobierno de coalición porque estas fechas, con lo ocurrido en Catalunya, su actitud habría sido mortal para la subsistencia del gobierno. Han demostrado que no son fiables y que, en todo caso, se precisa un acuerdo de gobierno pero desde fuera del gobierno. Su demagogia, sus curiosas interpretaciones de hechos, sus atribuciones a todo lo que se mueva y se origine en el partido socialista les colocan cerca de los deliremas, como definía Carlos Castilla del Pino a la unidad estructural del delirio.

Duele que desde la supuesta izquierda exista ese comportamiento, porque termina deslegitimando al conjunto de la actividad de la izquierda y de las opciones progresistas.

Estas elecciones van a resultar cruciales porque nos jugamos el ascenso peligroso de los voxiferantes con su intolerancia y su restricción de las libertades individuales y favorecedores de la violencia machista, que la derecha del pp y c’s pongan en marcha la suspensión de derechos adquiridos por la exigencia de los voxiferantes, que se incrementen las privatizaciones de servicios públicos, como la sanidad, la educación y la dependencia, haciendo que su deterioro se incremente hasta límites insoportables y poniendo unas pensiones públicas al 0,25%.

Frente a lo anterior debemos defender la sanidad (alcanzar el 7% del PIB) y la educación (alcanzar el 5% del PIB) como un valor de servicio público, la dependencia y el poder adquisitivo de las pensiones uniéndolo al IPC, defender nuevas opciones de libertad individual como la eutanasia, el derecho a un ambiente limpio, abordar la pobreza infantil y el conjunto de los derechos de la infancia, incrementar los presupuestos de investigación y desarrollo para prevenir la marcha de los jóvenes profesionales, defender la igualdad real entre hombres y mujeres haciendo que desaparezca la brecha salarial y actuar con decisión frente a la violencia de género, que la sociedad digital se desarrolle de forma progresiva y equilibrada, que la reforma laboral decaiga y se vea sustituida por un nuevo estatuto de los trabajadores. Mucha tarea por delante.

De estos temas hay que hablar porque son los que ponen en marcha las políticas de Estado, hay otros temas más políticos pero lo expresado con anterioridad son las áreas que luchan por el conjunto de la sociedad y por la justicia social, los programas que buscan la cohesión social y territorial.

No podemos dejar de ir a votar, aunque estemos cansados. Un demócrata no puede cansarse de votar para expresar su opinión y sus deseos. No podemos ni debemos quedarnos en casa para luego pasar cuatro años de llantos en el muro de las lamentaciones.


José Luis Pedreira Massa, el "Don Galimatías" de La Mar de Onuba, es Vocal del Consejo Asesor de Sanidad y Servicios Sociales del Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social. Psiquiatra y psicoterapeuta de infancia y adolescencia. Prof. de Psicopatología, Grado de Criminología (UNED).

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