Claves del repunte de casos de coronavirus en Estados Unidos

Cuatro meses después de que el país comenzara a tomar medidas frente a la pandemia, Estados Unidos registró el pasado viernes su nuevo récord de contagios, superando los 45.000 casos, la cifra más alta que se ha alcanzado en un solo día desde que inició la crisis. 

Con estos números, el país, liderado por el presidente Donald Trump, suma 2,5 millones de contagios y 128 mil fallecidos.
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Lejos de lo que muchos pensaban con la llegada del verano, lo cierto es que el país no logra ponerle freno a la pandemia: hay un repunte de casos en 32 de los 50 estados.

¿Por qué, después de tanto tiempo, el coronavirus sigue ganando el pulso a Estados Unidos?

EXÁMENES DE DIAGNÓSTICO 

Donald Trump ha sugerido que el aumento del número de casos en el país se debe a la creciente realización de test de diagnóstico de la COVID-19.

La regla de tres es clara: a más pruebas, más resultados que pueden dar positivo.

Sin embargo, los expertos afirman que este repunte también obedece a otros factores.

John Ioannidis, profesor de Medicina y Epidemiología de la Universidad de Stanford, ha afirmado en BBC Mundo que el número de casos de coronavirus puede depender tanto de «la actividad epidémica como del número de exámenes que se están haciendo».

Al comienzo, Estados Unidos tomó la llegada de la pandemia con mucha relajación y retrasó la realización de pruebas de diagnóstico. Por lo tanto, si ahora se están llevando a cabo muchos más exámenes que al inicio, es normal que ahora se notifiquen más casos.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda que, antes de entrar en el proceso de desescalada, los países pasen al menos 14 días con una tasa de positivos del 5% o inferior. Estados Unidos tiene un 6%, aunque este porcentaje varía según los estados. Hay 21 de ellos que supera con creces esta tasa, en primer lugar, Arizona, que registra un 23% de casos positivos.

MÁS CASOS, PERO MENOS MUERTES 

A pesar del preocupante ascenso de los casos en el país, también hay una característica peculiar en esta situación: un descenso de las muertes por COVID-19.

Estados Unidos se posiciona como el país más golpeado por la pandemia del coronavirus, hasta tal punto que la portavoz de la Casa Blanca, Kayleigh McEnany, afirmó la semana pasada que «vamos en la dirección correcta», tras registrar menos de 300 fallecimientos en un día.

No obstante, algunos expertos ven el ascenso de los casos como indicadores de las muertes que podrá haber en un futuro no muy lejano.

Por otro lado, la atención sanitaria también ha mejorado notablemente en el país a lo largo de la pandemia: la capacidad para atender a pacientes ha aumentado, sin que pueda haber colapso.

MAYORITARIAMENTE JÓVENES

Otra de las causas que puede explicar el descenso de muertes frente a la subida de casos, es el hecho de que gran parte de los nuevos positivos se han detectado en personas jóvenes.

En Florida, uno de los estados más afectados actualmente, la edad media de casos positivos en marzo era de 65 años, en junio, sin embargo, cayó a 35 años de edad. Mientras, en Arizona, casi el 50% de los casos corresponde a personas de entre 20 y 44 años.

Hay que recordar que, desde el inicio de la crisis sanitaria, las autoridades han avisado de que las personas mayores suponen un colectivo de alto riesgo frente a la COVID-19. Quizás, por eso, algunos expertos avisan de que los que componen este grupo se han concienciado y han aprendido a protegerse del virus, mientras que los jóvenes, con menos posibilidades de morir ante la amenaza, se han relajado.

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