La compañía anuncia que podría «ralentizar» sus inversiones en el Valle Andaluz del Hidrógeno Verde si el Gobierno extiende el impuesto extraordinario sobre las industrias energéticas, pero aclara que no hay marcha atrás en sus planes para Andalucía.
Gobierno y sindicatos interpretan el anuncio de Cepsa como una “estrategia» para forzar ventajas fiscales del Gobierno.
Viernes, 25 de octubre de 2024. La compañía Cepsa ha sorprendido este viernes al anunciar que el proyecto del denominado Valle Andaluz del Hidrógeno Verde, con una inversión inicial de más de 3.000 millones de euros en nuevas plantas situadas en Huelva y Cádiz, podría verse «ajustado» o ralentizado debido al impacto del impuesto extraordinario sobre energéticas que el Gobierno de España ha decidido prorrogar. La compañía ha dejado abierta la posibilidad de que este cambio fiscal llegue a alterar su estrategia de inversión en España, para priorizar sus otros proyectos en países como Marruecos o Argelia, donde la fiscalidad es mucho más favorable para los intereses de los accionistas de las empresas energéticas.
Para la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, la amenaza de CEPSA responde a una “estrategia» para forzar ventajas fiscales del Gobierno de España. Sin embargo, la ministra ha justificado la extensión del impuesto extraordinario en términos de “justicia social”, señalando que es una medida que busca garantizar una contribución proporcional del sector energético en un contexto de alta rentabilidad para estas empresas. En este sentido, Montero ha sido clara, el Gobierno no está considerando excepciones fiscales para el proyecto del Valle Andaluz del Hidrógeno Verde, y mantiene una postura firme frente a las demandas implícitas de Cepsa.
En contraste, la Junta de Andalucía ya había manifestado su preocupación por el posible impacto del impuesto en proyectos de energías renovables y, en especial, en el Valle del Hidrógeno Verde de Cepsa. Durante una rueda de prensa en Sevilla, la consejera de Economía, Carolina España, reiteró el pasado miércoles el respaldo de la Junta y expresó su temor de que el impuesto afecte negativamente los planes de desarrollo energético para Andalucía. La consejera subrayó que la Junta considera el Valle del Hidrógeno Verde como un «pilar estratégico» para posicionar a Andalucía como «referente en energías renovables a nivel europeo». España enfatizó que la Junta facilitará todas las condiciones posibles para asegurar que Cepsa continúe con la implementación del proyecto, aun cuando el entorno fiscal nacional choque con los intereses de la compañía.
No hay marcha atrás en los planes de CEPSA en Andalucía
En cualquier caso, fuentes de Cepsa han aclarado que aunque el impuesto se mantenga el proyecto no se cancelaría. Lo que la compañía adelanta es que «podría» revisar sus prioridades, relegando el Valle del Hidrógeno Verde a un “segundo o tercer plano” frente sus otros proyectos en otros países, dando a entender que esto podría retrasar los plazos de entrada en funcionamiento de las instalaciones andaluzas. En este sentido, fuentes sindicales del entorno de la empresa coinciden en que el anuncio de Cepsa es una “medida de presión” frente al Gobierno en busca de un entorno fiscal más favorable a su futura cuenta de resultados.
La planificación inicial de Cepsa para el Valle del Hidrógeno Verde incluye la construcción de dos plantas de hidrógeno verde: una en San Roque (Cádiz) y otra en Palos de la Frontera (Huelva). La planta de San Roque está proyectada para contar con una capacidad de electrólisis de 1 GW, mientras que en Huelva la empresa pretende desarrollar una factoría de biocombustibles, con una capacidad también de 1 GW para la producción de e-amoniaco y metanol verde. Ambas instalaciones están diseñadas para integrarse en el esquema energético andaluz.
Impacto del hidrógeno verde de CEPSA en la economía y el empleo
Cepsa, con el apoyo entusiasta de todas las administraciones públicas y organizaciones empresariales, lleva meses promocionando sus proyectos para el denominado Valle Andaluz del Hidrógeno Verde estimando una creación de hasta 12.500 empleos en Andalucía. Sin embargo, estas cifras suscitan dudas, dado que incluyen los puestos de trabajo que generará la construcción de sus factorías y los denominados “empleos indirectos”. Ejemplos recientes en Europa cuestionan la sostenibilidad y el alcance de estas proyecciones.
En los Países Bajos, un estudio del instituto CE Delft señala que, aunque el hidrógeno verde tiene un gran potencial para sectores como el transporte, la creación de empleos permanentes en la producción es limitada y depende de políticas de apoyo específicas. Para 2050, aunque las estimaciones son optimistas, la mayor parte de los empleos proyectados serían indirectos o en sectores auxiliares, planteando interrogantes sobre el impacto real y sostenible de estos proyectos en las economías locales.
De forma similar, otro informe, este del Boston Consulting Group de Alemania, contrasta los altos costos del hidrógeno verde y la limitada competitividad de esta energía como barreras para crear empleos sostenibles. En lugar de puestos permanentes en la producción, la mayor parte de los empleos tienden a concentrarse en la fase de construcción y en sectores auxiliares, con un impacto a largo plazo que suele ser menor del anticipado. Estas experiencias plantean una pregunta crucial tanto para Huelva como para Cádiz: ¿son realistas las cifras de empleo de Cepsa, o responden a una proyección inflada sin sustento claro en términos de empleos estables?
Dudas que coinciden con la celebración en Huelva esta misma semana, de unas jornadas de la red Gas No Es Solución y Ecologistas en Acción, colectivos que han cuestionado tanto el hidrógeno verde como el gas fósil como “soluciones falsas” de transición energética. Las jornadas han subrayado que proyectos como el Valle del Hidrógeno Verde perpetúan un modelo de alto impacto ambiental, limitando la posibilidad de una diversificación económica real para la provincia de Huelva, y comprometiendo el desarrollo de una economía sostenible.
Así, el sorpresivo órdago de Cepsa este viernes reabre el debate sobre la dependencia de Huelva de grandes proyectos industriales. El hidrógeno verde se presenta como una oportunidad de crecimiento y sostenibilidad, pero la experiencia en otros países y las opiniones de los colectivos ecologistas apuntan a que los beneficios en empleo y desarrollo económico pueden ser más limitados de lo anunciado. En este sentido, los colectivos coinciden en que esta situación generan una posición de vulnerabilidad frente a la necesidad de cambios en las políticas de inversión industrial y a la continuidad de un modelo que, a pesar de su “imagen verde”, no garantiza un desarrollo diversificado y estable para la economía onubense o gaditana.
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