Rato entra en la cárcel y los informativos de TVE «se acojonan»

El ex vicepresidente del Gobierno, Rodrigo Rato, el día de su entrada en prisión

por Juan Tortosa


Doce minutos mareando la perdiz con Cataluña, y yo, que había apostado por el TD1 de TVE para conocer la secuencia de Rodrigo Rato entrando en prisión y escuchar sus declaraciones completas a las puertas de Soto del Real, me he tenido que ir para verlas a Antena Tres y a Telecinco que, por supuesto, han abierto con ello.

Los telediarios de Televisión Española transmiten un cierto acojono de sus responsables. La desvergonzada política de acoso y derribo con la que presiona el PP parece que consigue surtir efecto y ante la duda, los populares acaban beneficiándose de una consideración que no se merecen. Pero es que los espectadores, queridos responsables de informativos en TVE, tampoco se merecen esos miedos. La cara dura del PP no puede redundar en un plus añadido a su favor y un claro perjuicio a los intereses de la ciudadanía.

Que el Supremo abra juicio oral contra Junqueras y otros 17 líderes soberanistas catalanes es noticia de categoría uno, pero el bloque que le han dedicado ha durado más que un reportaje de Informe Semanal
Llevábamos años esperando lo que ha ocurrido el mediodía de este 25 de octubre, eran/éramos muchos los que nos temíamos que nunca sucediera, que el todopoderoso Rodrigo Rato encontraría al final el camino de escaquearse de la cárcel, y cuando por fin llega el momento largamente esperado que certifica que quien la hace la paga, cuando el altivo Rato pide perdón públicamente por primera vez en su vida, en el TD1 van y emiten el total completo cuando el informativo estaba ya casi en el cuarto de hora de emisión. Dirán ustedes, no sea usted así, hombre, que a lo mejor lo que han colocado por delante era muy importante. Pues claro que lo era, pero no más. Que el Supremo abra juicio oral contra Junqueras y otros 17 líderes soberanistas catalanes es noticia de categoría uno, pero el bloque que le han dedicado ha durado más que un reportaje de Informe Semanal.

Cabe la posibilidad –ingenuo que es uno- de que lo hayan hecho para generar expectativa y mantener fiel a la audiencia, ansiosa ésta de ver a Rato entrar por fin en chirona. Pero si ha sido por eso se han equivocado porque lo que hecho yo, y no creo que haya sido el único, ha sido migrar a ver las imágenes en las otras televisiones, donde han satisfecho solícitos mi curiosidad otorgándole a la noticia la prioridad que merecía. Zapeaba una y otra vez hacia nuestra querida televisión pública, deseando en mi fuero interno que no quedaran más tiempo en evidencia, pero los minutos iban pasando y la tesis doctoral sobre Cataluña continuaba en antena.

Había aún más noticias jugosas para ofrecer este miércoles, es verdad, como la encuesta del CIS o la petición de perdón (qué bueno que los responsables de altas instancias se decidan a adquirir esta sana costumbre) del presidente del Tribunal Supremo por el chapucero episodio de las hipotecas. Sí, ha sido una jornada fértil pero, aplicando criterio periodístico puro y duro, sobre la noticia con la que había que abrir no podía existir duda alguna. Y no ha existido en ningún sitio… salvo en Televisión Española, donde quienes se afanan por dignificar unos telediarios que los esbirros peperos dejaron maltrechos, esfuerzo que se aprecia, no acaban de quitarse de encima los miedos a la amoralidad que caracteriza a los inquilinos de la madrileña calle Génova ni a sus ataques.

Esas imágenes vitales, clave, y yo diría que históricas, significan mucho para los pringaos de siempre que asisten impotentes al trato impune del que tanto disfrutan en España los privilegiados como Rato
Por no darles argumentos, parece como si en la redacción del telediario prefirieran relegar uno de los principios más claros del oficio periodístico, que es preguntarse qué asunto ocurrido en el día es el que más interesa al ciudadano medio y empezar por ahí. En las oficinas, bares y sobremesas de todo el país, queridos amigos de TVE, no se habla hoy en primer lugar del asunto catalán, no: se habla de Rodrigo Rato en la cárcel, y se hace además añadiendo un buen toque de escepticismo porque ni con la evidencia de las imágenes acabamos de creernos que quien fuera vicepresidente del gobierno vaya a pagar como corresponde por los desafueros cometidos.

Esas imágenes vitales, clave, y yo diría que históricas, significan mucho para los pringaos de siempre que asisten impotentes al trato impune del que tanto disfrutan en España los privilegiados como Rato cuando cometen algún delito. Esa imágenes deben, y tienen que, abrir los informativos de hoy. Así se caiga el mundo.


Juan Tortosa publica ‘Periodistas (El arte de molestar al poder)’

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