Presidente Twitter

Javier Polo @JavPolo

Si creían haberlo visto todo en el uso de Twitter en la gobernanza mundial con Trump, quien se despacha a gusto y a diario en esta red, les recomiendo que sigan a Nayib Bukele, flamante Presidente de la República de El Salvador, quien está dando los mejores momentos twitteros de este mes de junio.

En su cuenta en esta red social le hemos visto ordenar a sus ministros el despido (remover le llama él) de un buen número de asesores y cargos de la anterior administración. Le hemos visto ordenar también a sus altos cargos el emprendimiento de obras y el cumplimiento de promesas electorales. Y eso sólo en los pocos días que llevamos de mes, ya que tomó posesión el pasado día uno.

Ante el éxito de su cuenta -con casi 850.000 seguidores en el momento que escribo esto- se nos ha venido arriba el muchacho y ya incluso manda a dormir a sus conciudadanos. Algo que es jaleado y retuiteado por su legión de seguidores, a los que además les cuenta de sus problemas con las corbatas, por ejemplo.

Otra de sus órdenes, esta al mundo mundial, es no volver a llamar payasos a los políticos corruptos, ya que es una palabra que ofende al colectivo de payasos, a los de verdad.

Como ven, muy divertido este Presidente. Nada que ver con esos momentos de gloria que nos dieron Chávez, Maduro o Morales. Este es muy cool para los suyos, muy moderno y con una presencia impecable, tanto que a ratos no sabemos si realmente es el Presidente de un país o un influencer al uso, al que pronto veremos luciendo abdominales y recomendando ropita.

Muy divertido todo, lástima que estemos hablando del séptimo país más violento de toda Latinoamérica (a pesar de ser uno de los más pequeños). Muy divertido el presidente de uno de los países con menor renta del continente y, por tanto, más necesitado de la ayuda internacional. Y muy divertidos todos esos ministros pendientes todo el día de Twitter para ver qué ordena el Presidente y contestarle sin demora, no vaya a pensar que no son merecedores de estar en ese coolgabinete.

Muy divertido todo, sí. Luego nos haremos esa famosa pregunta con la que comienza la obra “Conversación en la Catedral” de Vargas Llosa: “¿En qué momento se había jodido el Perú?”  (Sustituyan Perú por…)

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