Los niños y adolescentes olvidados

por Alexandra García Cuquis

 

Escribo esto con la esperanza de que alguien me diga por qué. ¿Por qué ningún político ha ideado un plan de acción para  estudiantes con discapacidad? Llevamos semanas hablando del regreso a los colegios, los institutos y las universidades, con preocupación y ansiedad. Pero nadie habla de nuestros hijos e hijas, de mi hijo de 6 años con autismo, al que la ley me obliga a llevar al colegio, aunque sepa que las medidas de seguridad (insuficientes las mires por donde las mires) no lo protegerán, ni a mí.

Si las madres y padres de un niño típico ya tienen miedo, imaginen lo que podemos sentir en nuestro caso. Niños y niñas que no aguantan 5 horas de mascarilla, que no comprenden por qué su profesora tiene que llevar también una mascarilla que dificultará su atención, les creará ansiedad y desconcertará.

Llevo semanas esperando a que el gobierno diga algo que nos ayude, pero eso no sucede. Ni el gobierno central, ni el autonómico han dicho nada, y desde el colegio de mi hijo sólo me llega la noticia de su profesora, que entra en la población de riesgo, a la que no le permiten acceder a la baja, alegando, desde la Junta de Andalucía, que no quieren contratar a nadie más .

Tampoco tienen en cuenta que el profesorado tiene que llevar los guantes, la mascarilla y el gel desde su casa, porque solo les proporcionan 3 mascarillas por semana (¿en serio?) y al igual que las madres y padres, están asustados.

Pero nadie se acuerda de nuestros hijos. Y nuestra incertidumbre crece a medida que se acerca el día de llevarlos de vuelta, sin ayuda, sin protocolos a seguir para estos casos, con la certeza de que los estamos llevando voluntariamente a enfermar, y en consecuencia, enfermarnos las familias; yo soy asmática y madre soltera, por lo que contagiarme sería devastador para mí y para mi hijo, que se quedaría desamparado.

¿Tan difícil habría sido elaborar un plan de aulas telemáticas, en la que cada progenitor tiene una hora con la profesora para informar de los progresos y que el profesorado nos diga lo que deben de hacer en casa? Yo creo que no.

Una opción podría ser implementar aulas mixtas, en las que los progenitores que podamos ocuparnos de su educación desde casa tengamos horas establecidas de tutorias, disminuyendo la ratio de alumnos presenciales y el riesgo de contagio para aquellos niños cuyos padres no tengan otra opción más que las clases presenciales.

Si esto se me ha ocurrido a mí, por qué no a los políticos. Mi hijo, nuestros hijos, no son ciudadanos de segunda.


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