Las heroínas de ‘Juego de Tronos’ finalizan su viaje

Algunas de las protagonistas de ‘Juego de Tronos’. HBO/Helen Sloan

Irene Raya Bravoy María del Mar Rubio-Hernández, Univ. de Sevilla.


Desde que Joseph Campbell propusiera las reglas fundamentales del “viaje del héroe”, numerosos personajes épicos como Hércules o el Rey Arturo han demostrado en literatura, cine y televisión cómo esas etapas se cumplen para que el hombre se convierta en un auténtico héroe.

¿Pero qué sucede con las mujeres? Investigadoras como Maureen Murdock o Victoria Lynn Schmidt han tratado de reinterpretar el monomito clásico partiendo del esquema de Campbell, proponiendo modificaciones desde una mirada femenina.

La pregunta que se plantea es tan importante como difícil de contestar: ¿cómo es el “viaje de la heroína”? En Juego de Tronos la variedad es tan diversa que la respuesta merece un desarrollo más amplio.

Poder físico

En primer lugar se encuentran las “heroínas épicas” cuyo valor se fundamenta en su destreza física. Arya es presentada en la primera temporada en oposición a su hermana Sansa, puesto que se rebela y rompe los roles de género establecidos al mostrar interés por el combate e instruirse en el arte de la batalla, exhibiendo una habilidad reservada únicamente a los varones Stark.

Arya Stark. HBO/Helen Sloan

Las vivencias de extrema dureza que experimenta Arya en su particular viaje y veloz proceso de maduración van dando forma a su espíritu guerrero y forjan su capacidad para sobrevivir y adaptarse con audacia a cualquier circunstancia.

Arya se caracteriza por su ingenio y su determinación al cumplir sus objetivos, como vengar la muerte de sus seres queridos y exterminar a los integrantes de su particular lista. De esta forma, puede relacionarse con otros personajes femeninos que, pese a su juventud, encarnan el estereotipo de mujer guerrera como Mulán, Mérida o San, la princesa Mononoke.

Por su batalla contra los estereotipos de género, su destreza en la lucha y su oposición ante las normas sociales, Arya conecta con Brienne, que representa el modelo de “caballero noble”, protectora de los inocentes y los vulnerables, cuyo rol bien podría compararse al de otros personajes del audiovisual como por ejemplo Imperator Furiosa de la saga Mad Max.

Poder inteligente

Pero no solo la fuerza física determina el poder. Otros personajes femeninos se sirven de la inteligencia, la astucia y la estrategia para reducir a sus adversarios, pudiendo etiquetarse como “heroínas tácticas”. Entre todas las mujeres de Juego de Tronos, Cersei es la gran representante de estas virtudes, mostrando además una dualidad compleja, como implacable oponente y como madre protectora de su prole. En ese sentido, al igual que sucede con Catelyn Stark, son personajes que se definen por su inmensa capacidad para odiar (a sus oponentes) pero también para amar (a sus hijos).

Es un rasgo que comparte con otras heroínas de ficción, cuyas maternidades han reforzado su carácter defensivo y su talante violento, véanse Sarah Connor en Terminator o Beatrix Kiddo en Kill Bill. Como sucesora involuntaria y aprendiz de esta “heroína táctica” se encuentra Sansa. Su evolución denota el progreso más interesante de la ficción, pues se presenta en la primera temporada como el estereotipo clásico de “princesa” y, por las tribulaciones sufridas, se va convirtiendo, progresivamente, en una auténtica superviviente con gran fortaleza mental, discernimiento y adaptabilidad.

Sansa Stark. HBO/Helen Sloan
En un principio Sansa se muestra reticente a abandonar el cuento de hadas que ha imaginado para su vida, pero encuentra la valentía suficiente para sobreponerse al asesinato de sus familiares, su venta como mercancía en dos enlaces matrimoniales y las continuas violaciones y agresiones de Ramsay Bolton. Ella misma así lo reconoce en el último episodio de la séptima temporada cuando dice “Aprendo lento, es verdad. Pero aprendo”.

 

Poder mágico

Por último se encuentran las “heroínas míticas”, cuya fuerza se vincula a la magia, los designios sagrados o incluso el poder de lo divino.

Daenerys supone una figura especialmente significativa, ya que a lo largo de su periplo va desarrollando diversas facetas en un continuo proceso de empoderamiento que determinan su complejidad como personaje. Esto se materializa en los profusos calificativos que la identifican: “Daenerys de la Tormenta”, “La que no Arde”, “Rompedora de Cadenas”, “Madre de Dragones”, “Mhysa»…

Daenerys Targaryen. HBO/Helen Sloan

Desde el inicio se nos muestra su vinculación con la esfera de lo sagrado, dejando entrever su dimensión mesiánica al sobrevivir a las llamas y resurgir como primera líder dothraki, siendo este un momento clave en su evolución. Se convierte así en una madre de carácter simbólico, no solo para estas criaturas fantásticas, sino para los pueblos oprimidos, que la siguen y respetan, alcanzando el grado de veneración.

La falta de experiencia e ingenuidad darán paso a un aprendizaje y crecimiento como gobernante, dominando no solo cuestiones de carácter estratégico y militar, sino mostrando inteligencia en la adhesión de nuevos territorios, así como en el manejo de las estratagemas políticas, bondad y protección hacia los débiles y una determinación fulminante en el empleo de la justicia y castigo de los opresores.

En este viaje hacia la conquista del poder, cuenta con el apoyo imprescindible de figuras masculinas, pero es Missandei quien muestra mayor lealtad, manifestando igualmente su valor en un contexto masculino. En este sentido, recuerda a la relación de otros personajes de ficción como Xena, la Princesa Guerrera, y Gabrielle.

Con un perfil que roza la villanía, Melisandre, sacerdotisa del Dios Rojo, encarna el tópico de la mujer bruja o hechicera, cercana a la magia y la esfera de lo sobrenatural, entroncando con una tradición mitológica de personajes como Circe o Medea. Ello le permite ocultar su verdadera identidad bajo una apariencia seductora que utiliza para embaucar y convertir a quienes desea, como Stannis Baratheon, a la fe del Señor de la Luz, y lograr así sus objetivos.

Durante su periplo, no sólo hemos sido testigos de sus poderes mágicos, que llegaron a su culmen al revivir a Jon Nieve, sino de su habilidad estratégica, una muestra de cómo la religión se instrumentaliza para aliarse con quien aspira a ocupar el trono de hierro.

En definitiva, uno de los aciertos de la serie es proponer modelos femeninos heroicos complejos en los que recae, en gran medida, el destino definitivo de Poniente y que son definidos por matices que los alejan de los estereotipos habituales que cumple la mujer en el relato de fantasía.


Irene Raya Bravo, Profesora Sustituta Interina Acreditada Ayudante Doctora, Universidad de Sevilla. 

 

María del Mar Rubio-Hernández, PDI. Departamento de Comunicación Audiovisual y Publicidad, Universidad de Sevilla. Doctora en Comunicación por la Universidad de Sevilla, sus principales líneas de investigación se centran en narrativa audiovisual e historia de la televisión. Además de participar en diversas publicaciones sobre cine, televisión, narrativa, género y animación, ha coordinado los libros «Reyes, espadas, cuervos y dragones. Estudio del fenómeno televisivo Juego de Tronos» (2013) y «De la estaca al martillo. Un viaje por los universos de Joss Whedon de Buffy a Los Vengadores» (2015). Forma parte del Equipo de Investigación en Análisis de Medios, Imágenes y Relatos Audiovisuales en su Historia para el Cambio Social –ADMIRA– (SEJ496).

 

 

 

, PDI. Departamento de Comunicación Audiovisual y Publicidad, Universidad de Sevilla

Este artículo fue publicadadoo originalmente en .

 


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