La violación de la ética, por Kechu Aramburu

Robar unas gafas de sol es una falta y además cutre, pero violar es un delito gravísimo sin matices, más que punible.

No ha muerto la ética, ni ha pasado de moda, ni ha sido modificada o aparcada, ha sido literalmente asesinada. Y no me refiero a la Ética, como la asignatura alternativa a la religión que se impartía en los centros educativos, por el profesorado al que le sobraban horas en su horario, independientemente que fuera de otra disciplina, se trataba solo de poner películas de romanos y esas aulas se llenaban, además de garantizar el aprobado si no cazabas moscas.

Todo tiene que ver más o menos remotamente, aunque no se nace canalla, pero si es un aprendizaje más fácil, barato y accesible para algunos. El nuevo look de la no ética, ya no es un comportamiento solo individual, en cada segundo adquiere tintes de ser un fenómeno acultural ampliamente extendido, incluso aceptado como parte de la cotidianidad, como recurso para triunfar, o requisito para destacar o ser aceptado sin el esfuerzo del sudor.

Y sería controvertido que la ética pueda ser considerada, solo por interpretaciones emparentadas por intereses de algunos jueces, políticos, o tertulianos que carezcan de referentes y referencias limpias de polvo y paja.

Es urgente una amplia doctrina social, con articulados precisos que instruya sobre líneas rojas para convivir con el resto de los mortales, saneadoras de esas hierbas que no dejan crecer este país.

Robar unas gafas de sol es una falta y además cutre, pero violar es un delito gravísimo sin matices, más que punible. Y es de dudosa integridad rectificar de opinión, sobre tener a EEUU, como modelo de los que caen por mentir… caso Nixon, pero si se confirman tratos de favor y aceptación de prebendas, eso es inhabilitante en todas franjas de la vida, amén de la justicia.

Este conflicto no es solo de los autores, y sus corifeos, el drama es que según el CIS, hay más que resignación, hay tendencia a emular a los canallas, matando a las mujeres por considerarlas objetos de uso, o desenvolverse como pez en el agua con los falsos testimonios, prevaricaciones administrativas, cohechos impropios, recibir sobresalientes sin méritos académicos, en resumidas convertirte en un ventajista.

Parte de esta España ha hecho de la máxima el todo vale, un modelo de personaje que puede llevar el cuello Rato, o camiseta cani con los colores del equipo de su ciudad, y es asumido con todo desparpajo, justificado con la excusa los hay peores.

Estos cachorros van por el asfalto con un maquillaje social o político de tan bajísima calidad, que urge arbitrar cordones sanitarios para no cangrenar más este país.