Gilets jaunes: brutal y desproporcionada violencia policial

 Julio Feo Zarandieta

La represión policial no puede ser en ningún caso la respuesta política de un gobierno en un país democrático

Mientras el anunciado debate de Macron parece más un comienzo de permanente campaña electoral que una franca voluntad de dialogo, su gobierno y su ministro del Interior aplican sobre el terreno una política represiva cuya brutalidad no era costumbre en Francia hasta la fecha. 

Macron se ha desplazado a dos regiones, Normandia y el Lot, para debatir con cientos de alcaldes reunidos para la ocasión con severas medidas de seguridad, pero los gilets jaunes  han sido siempre mantenidos a distancia por un férreo cordón policial, y la represión policial y judicial se acentúa contra los recalcitrantes que se intentaban manifestar.

La autorización por el gobierno del uso masivo de fusiles LBD, balas de goma o flashball, así como de granadas explosivas GLI F4, lanzadas a diestro y siniestro contra los manifestantes, han provocado desde hace dos meses 97 heridos graves y 3000 heridos de otra consideración.

Cuatro personas con una mano mutilada, diecisiete han perdido un ojo y los manifestantes  con el rostro desfigurado se cuentan por decenas, ya que si esas armas utilizadas por la policía en teoría no son letales, en la practica, cuando disparan a corta distancia, pueden provocar daños irreversibles y muy graves.

El acto X del sábado pasado reunió nuevamente en toda Francia mas de 86 000 manifestantes, según fuentes policiales. En París fueron cerca de diez mil los que se manifestaron pacíficamente. Y de nuevo con violentos incidentes en el momento de la disolución.

Para paliar ese alto nivel de violencia policial, un servicio espontáneo de “Street medics” (médicos de calle) se ha organizado cada sábado entre jóvenes voluntarios, que prestan ayudan a las víctimas de la represión policial.

Desde el comienzo de esta protesta social, David Dufresne, periodista independiente, publica cada semana en internet, twitter y facebook las fotografías o videos que prueban este incremento alarmante de la violencia policial y del numero de heridos y mutilados.

¿Debate o Flashball?

La represión policial no puede ser en ningún caso la respuesta política de un gobierno en un país democrático. Un manifiesto promovido por cincuenta personalidades y firmado ya por miles de personas, circula actualmente en las redes sociales denunciando esta violencia desproporcionada y sin precedentes en Francia, que el gobierno justifica como respuesta a actos de guerrilla urbana al margen o al termino de las manifestaciones.

Numerosas son las voces, de abogados y políticos que se alzan hoy  para reclamar la prohibición de esas armas de defensa, que en ciertos casos pueden resultar letales, si son mal utilizadas.

No obstante esta reacción de indignación de ciertos sectores de la población, los grandes medios informativos dan poco espacio al tema de la violencia policial, totalmente minimizado y ocultado por el Gobierno.

El mensaje del gran debate nacional propuesto por Macron, está en total contradicción con esa desproporcionada violencia policial y judicial, que a mi entender se va a extender como una reivindicación más y probablemente esencial en las semanas venideras: No a la violencia policial! No a la ley anti casseurs que se propone limitar en Francia la libertad de expresión y de manifestación!

Ante la gravedad de las violencias  constatadas,  la izquierda política y sindical debería hacer suyo ese combate, aportando un apoyo resuelto a las manifestaciones que cada sábado se celebran en toda Francia desde hace mas de dos meses, aportando sus propias reivindicaciones y propuestas.

 

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