Fichar para impedir horas extra: ¿satisfacción o desencanto?

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por Jessica Bayón Pérez, Universidad Nebrija.


El Real Decreto-ley 8/2019, de 8 de marzo, recoge una serie de novedades laborales, entre las que destacan las contempladas en el capítulo III, que incluye reformas normativas dirigidas a regular el registro de jornada como forma de combatir la precariedad laboral. En el texto se especifica la obligatoriedad de imponer un sistema de fichaje, un método que generará un retroceso de la productividad.

¿Hay una correlación positiva entre ocho horas de trabajo diarias y una mayor productividad o mejores resultados organizacionales? En 2013, la revista The Economist publicó una investigación donde afirmaba que cuanto más son las horas de trabajo, menor es la productividad. Según un estudio presentado por el Instituto de Política Familiar en el 2018, 9 de cada 10 empresas seleccionan el horario laboral. Como consecuencia, existe un verdadero reto para lograr la flexibilidad laboral, algo puntero en países como Alemania, Suecia, Francia, pero que deja a España relegada a un puesto poco modélico y que afecta a nuestra competitividad nacional.

Todo el contenido de este RD tiene como objeto que no se realicen horas extras adicionales y se alega que esto es una norma de “derecho necesario”.

Pretendemos ser un país que destaque en material laboral con respecto a otros países nórdicos de la Unión Europea; sin embargo, somos débiles rivales en cuanto a la flexibilidad laboral, y “legalizar” el fichaje por sí mismo es una restricción a la mencionada flexibilidad.

El horario transigente consiste en que las personas puedan gestionar su tiempo de trabajo. Asimismo, determinan cuándo empieza su jornada laboral y cuándo finaliza. Esto no significa que realicen menos horas, sino que las distribuyen según sus necesidades.

Las ventajas de la flexibilidad

La revista del Ministerio de Trabajo y Asuntos sociales, ya desde 2001, reveló las ventajas de las jornadas flexibles: elevada motivación, disminución de absentismo, rotación laboral, bajas por incapacidad temporal (menos costes empresariales), mejores climas laborales, retención de activos claves e incremento de la productividad corporativa.

Podríamos preguntarnos cuáles son las desventajas de no potenciar esta iniciativa demandada por nuestra sociedad nacional y comunitaria. Entre ellas destacan la desmotivación, pérdida del sentido de pertenencia, escasa fidelización, pérdida de inversiones realizadas en las personas, etc.

Todos los países comunitarios apuestan fehacientemente por el teletrabajo y la flexibilidad laboral, que se ha comprobado que genera ventajas para las empresas y para los empleados. Por tanto, con esta medida, cabe preguntarnos: ¿se prefiere valorar la calidad profesional mediante las labores de una ocupación a través de la verificación de un sistema de horas?, ¿la calidad ocupacional y organizacional equivale a 8 horas diarias registradas?

Rigidez y desinterés

Cuanto mayor es la rigidez empresarial, mayor es el desinterés provocado en nuestro equipo humano. Es importante tener en cuenta el aporte de la revista de psicología de la Universidad Nebrija del 2019: cuando las personas son felices en el desarrollo de sus quehaceres diarios, se encuentran debidamente valoradas personal y profesionalmente, tienen oportunidad de promoción, se les permite una mayor flexibilidad, compatibilización de la vida personal, familiar con la laboral…

No les importará trabajar un sábado si es necesario, apoyar a la institución remando todos hacia la misma dirección, con un mismo objetivo compartido, aunando empeño, brindando un mayor esfuerzo y dedicación en lo que resulte necesario. No olvidemos que somos personas, profesionales, con capacidad de progresar y prosperar exponencialmente cuando la dirección y gestión de personas es adecuada y sofisticada, como bien explica Karina Pérez Directora de Robert Half y el estudio Los secretos de las empresas y de los empleados más felices.

Con este apartado del RD pretenden implantar un sistema disciplinado para el principal capital de las organizaciones: las personas. Por consiguiente, ¿cómo vamos a lograr estas medidas para los empleos que necesitan, exigen, requieren, demandan forzosamente flexibilidad?, ¿y las personas que optan por el teletrabajo?

Genera cierto desconcierto en la forma en que respaldan esta medida a través de una afable protección social y lucha contra la precariedad laboral. ¿Realmente podemos lograr estos propósitos mediante una medida que abarca todas las idiosincrasias, contextos particulares, trabajos singulares, etc.

Si lo que se quiere conseguir es que los trabajadores no realicen horas extras de forma abusiva, el fichaje no es la respuesta. Se presenta como una medida de urgencia de protección, pero cabe cuestionarnos: ¿nos interesa fichar en el trabajo? ¿es una necesidad solicitada por la ciudadanía? El registro de horas elimina la flexibilidad interna y de conciliación, además, aumenta la burocracia y los costes empresariales, un paso a atrás para los grupos de interés.


Jessica Bayón Pérez, Coordinadora de la clínica jurídica. Profesora de Derecho del Trabajo y Seguridad Social y Recursos Humanos, Universidad Nebrija. Dra. En Ciencias Sociales. Medalla de Oro por la trayectoria profesional. Asociación Europea de Economía y Competitividad. Máster en profesorado. Especialidad Derecho del Trabajo. Grado en Relaciones Laborales y Recursos Humanos. Premio Extraordinario al mejor expediente académico del Grado.
Este artículo fue publicado originalmente en 

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