Esther Sanguiao, psicóloga de las ‘temporeras contra la esclavitud’: «Están derrumbadas tras reencontrarse en el juzgado con su presunto agresor»

La profesional cuenta para La Mar de Onuba las conclusiones de los informes periciales que aporta en las diferentes causas judiciales del caso Doñana 1998.

Sanguiao asegura que, tras cuatro entrevistas, una de las mujeres confesó haber sido violada y penetrada vaginalmente por uno de los propietarios de la finca. Otra admitió haber llegado a prostituirse con la misma persona a causa de su situación de extrema necesidad tras no haber cobrado nada durante días.

por Perico Echevarría
La psicóloga albaceteña, trabajadora de Cáritas Diocesana, sostiene que en este caso no hay una historia de diez mujeres, sino diez mujeres víctimas de hechos similares en un mismo espacio y en las mismas fechas. “Cada una de ellas tiene una historia, y detrás de cada historia hay un drama”, ha declarado a esta revista.

Es la segunda vez que la psicóloga albaceteña Esther Sanguiao, colegiada en su ciudad, viene a Huelva en menos de un mes para presentar su informe pericial ante un juzgado de lo Social de Huelva. Una valoración que, como profesional, comparte  en esta entrevista con los lectores de La Mar de Onuba.

La psicóloga albaceteña Esther Sanguiao Olivares, ayer lunes en Huelva

Son los mismos hechos y conclusiones que ya explicó ante la titular del Juzgado número 2, Mª Inmaculada Liñán Rojo, el pasado 10 de septiembre. Lo hizo durante el primero de los juicios laborales celebrados a cuenta del conocido como Caso Doñana 1998. El de las también conocidas como Temporeras contra la esclavitud. Acudieron ocho de ellas. Tres, cuyos juicios individuales se celebraban en una sola sesión ese día, en calidad de denunciantes, y las otras cinco, como testigos propuestos por «la parte actora». La magistrada rechazó valorar en su sentencia las declaraciones de tres de ellas,  al considerar que eran reiterativas sobre las de las denunciantes, la otras dos no llegaron a entrar en Sala.

A Sanguiao no le acaba de gustar la denominación «temporeras contra la esclavitud». Considera que une a esas mujeres marroquíes “como si fueran un pack”. Se rebela porque se les mira como a un todo. “Cada una de ellas tiene una historia, y detrás de cada historia hay un drama”, defiende con rotundidad. El extenso relato y conclusiones que como profesional explicó en sala a la magistrada Liñan, quedó recogido en la sentencia de esta, fallada contra las demandas de las trabajadoras, en las tres lineas de los Hechos Probados XV: “El informe pericial de doña Esther Santiago Olivares sobre la valoración psicológica de la actora integrado en el ramo de prueba de las demandantes, se da por reproducido”.

Este lunes, 7 de septiembre, Sanguiao ha vuelto a Huelva, donde debía celebrarse, en otra sala del mismo Juzgado de lo Social, la segunda tanda de juicios laborales. Las denunciantes no han asistido. Ni las otras mujeres del grupo. Ella misma, como psicóloga que está haciendo la valoración pericial de sus casos, ha desaconsejado “POR COMPLETO QUE NINGUNA DE LAS VALORADAS SE TRASLADE DE NUEVO A HUELVA EN NINGÚN CASO·”. Así, en mayúsculas. La jueza de esta segunda sala ha aceptado este lunes esta recomendación, explicada por la letrada Belén Luján, y ha optado por suspender el juicio. Se celebrará más adelante.

Esther Sanguiao ha mantenido una conversación con La Mar de Onuba antes de regresar a Albacete.

La Mar de Onuba.- ¿En qué situación se encuentran las mujeres cuya valoración psicológica estás peritando?

Esther  Sanguiao.- Todas están diagnosticadas de trastorno de estrés postraumático, que cada una ha desarrollado de una manera personal; pero todas están diagnosticadas. Algunas presentan síntomas de fobia social, una padece depresión posparto con ideas suicidas… El problema es que no han recibido tratamiento psicológico ni psiquiátrico en todo este tiempo. Entre ellas no hablan, con lo cual no se han podido apoyar. A ello se suma un sentimiento de culpa al haber dejado en Marruecos a sus hijos… Están realmente en una situación muy complicada.

LAMDO.- ¿Y respecto de su permanencia en España un año después de los hechos que denunciaron, cuál es tu valoración?

ES.- Ellas se quieren ir. Permanecen aquí  a la espera de una sentencia que les devuelva el “honor perdido” por todas estas circunstancias. Pero todas se quieren ir.

Lo están pasándolo realmente mal, con unos picos de ansiedad elevadísimos. Cuentan que han pasado hambre…  Una, que ha tenido que prostituirse para poder comer. Un intento de violación a una mujer embarazada de cuatro meses. Y una violación con penetración vaginal. Los testimonios son terribles.

LAMDO.- ¿En qué ha consistido tu actuación como psicóloga con estas mujeres?

ES.- Inicialmente se hace una evaluación mediante entrevista personal, aún con los impedimentos  por el tema cultural y por el tema del idioma. Utilizo unas escalas numéricas para poder poner un número a su ansiedad somática y psíquica. Mira, yo llevo ya diez años trabajando en consulta, y me he puesto delante de mucha gente. Yo sé cuándo un argumento es creíble. Estas mujeres se derrumban. Se derrumban porque realmente están angustiadísimas. Están con ánimo deprimido, y lo están pasándolo realmente mal, con unos picos de ansiedad elevadísimos. Cuentan que han pasado hambre…  Una, que ha tenido que prostituirse para poder comer. Un intento de violación a una mujer embarazada de cuatro meses. Y una violación con penetración vaginal. Los testimonios son terribles.

LAMDO.- Muy terribles. Difíciles de asimilar como ciertos.

ES.- Son argumentos de total credibilidad.

LAMDO.- ¿Y qué hay hacer ante una situación así, Esther?

ES.- Lo primero es la atención psicológica que no se les ha dado. Fueron evaluadas hace un año por un recurso público para víctimas de agresiones sexuales de Andalucía, pero tienen necesidad de tratamiento. Están desbordadas. Quieren que esto termine ya. Necesitan una sentencia, que les hagan caso… Que las escuchen.

LAMDO.- Destacas en tu valoración que ellas lo que quieren es volver a sus casas.

ES.- Todas. Son mujeres que han dejado allí a sus hijos. Habían venido sólo para tres meses.

LAMDO.- ¿Y por qué no se van?

ES.- Porque necesitan volver con honor. Y hasta que se aclare su situación… Si hay una sentencia que les crea, ellas pueden volver. Pero ahora mismo, en su país, ellas han perdido el honor. Están condenadas socialmente. Están etiquetadas. A las víctimas se les ha culpado de haber estado en un sitio donde había abusos, y donde ha habido relaciones sexuales a cambio de dinero. Están señaladas.

Ahora mismo, en su país, ellas han perdido el honor. Están condenadas socialmente. Están etiquetadas. A las víctimas se les ha culpado.

LAMDO.- Esto que me estás contando lo contaste hace menos de un mes ante una jueza del juzgado de lo social de Huelva.

ES.- Sí.

LAMDO.- Sabes que la jueza ya ha dictado sentencia, a favor de la empresa, y que en su fallo dice, literalmente,  que “nada de lo que se narra en demanda alcanza visos mínimos de verosimilitud, ni siquiera por indicios”.

ES.- Qué puedo decir ante eso. Que se vengan, que lleven aquí un año y pico… Que tras ese tiempo se trasladen de nuevo a un sitio donde han sido abusadas. Volver adonde han sido los hechos traumáticos, y sentir que no le han escuchado. Sentarse al lado del hombre que les hizo… Pues supone una frustración enorme.

Informe de la psicóloga Esther Sanguiao aportado el pasado 4 de octubre en el procedimiento penal 553/2018 por delitos contra la Libertad Sexual, que se instruye en los juzgados de La Palma del Condado (Huelva), y para el que el juez Carlos Serrano ha vuelto a dictar el «sobreseimiento provisional».

Sanguiao se refiere al juicio laboral en el que declaró como testigo pericial el 10 de septiembre. Por cuestiones de procedimiento en los juicios «por lo social», y puesto que tanto la defensa de la empresa como el Fiscal renunciaron a pedir la declaración de las denunciantes, ninguna de ellas pudo contar con su propia voz ante la jueza los hechos que aseguran haber vivido, que la psicóloga albaceteña considera, y así lo destaca en sus valoraciones, “totalmente veraces”. Sanguiao da cuenta de «la frustración» que ha supuesto para las trabajadoras, entre ellas la que asegura haber sido violada,  el reencuentro con su presunto agresor, presente en la sala, sin medidas de protección que la Ley dispone para las presuntas víctimas de agresiones sexuales. Y que en ese impactante reencuentro, la maniobra de la defensa (secundada por el desistimiento de Fiscal) impidieran que ninguna de las denunciantes declarara.

El juez Serrano no hace mención a los informes médicos y psicológicos en su auto; constata que las mujeres habían sido citadas y no comparecieron. El día antes, él mismo había vuelto a denegar las medidas de protección de identidad que. por las características socioculturales de este caso, la letrada de las cuatro presuntas víctimas insiste en reclamar.
Esa frustración, asegura la psicóloga Sanguiao, ha provocado en las mujeres un severo empeoramiento de sus niveles de estrés y ansiedad, al punto de haber tenido que ser atendidas de urgencia y medicadas en más de una ocasión desde aquel día. La última vez, el pasado 4 de octubre, cuando cuatro de ellas debían haber declarado por videoconferencia ante el juez Carlos Serrano de La Palma del Condado. Ante la incomparecencia, el magistrado volvió a dictar el sobreseimiento provisional de la causa. Serrano recibió los informes médicos y psicológicos (a los que ha tenido acceso esta redacción), entre ellos uno de Esther Sanguiao firmado el mismo día 4 tras personarse en el centro médico en el que las cuatro temporeras que debían declarar estaban siendo atendidas, y que acreditan su actual estado emocional y psicológico. El juez no hace mención a dichos informes en su auto; constata que las mujeres habían sido citadas y no comparecieron. El día antes, había vuelto a denegar las medidas de protección de identidad, que por las caraacteríticas socioculturales de este caso, la letrada de las cuatro presuntas víctimas insitse en reclamar.

ES.- Mira. Están mujeres tienen la vida rota. Todas tienen la vida rota. Dos de ellas son divorciadas, y tienen allí a sus hijos. Vinieron aquí por una cuestión económica. Con la idea de que iban a ser tres meses con unas condiciones normales de trabajo, y de volver a Marruecos con un dinero con el que tirar no sé cuánto tiempo. Detrás de cada una de estas mujeres hay un drama. Globalmente, se las ve como las “temporeras contra la esclavitud”, o como las «temporeras de Huelva”. Como en un pack. Pero cuando tú te sientas con ellas y te cuentan lo que han pasado… La situación actual que tienen, los trastornos psicológicos, las secuelas emocionales, todas las consecuencias que esto les ha traído… Viven dramas. Yo me siento con estas mujeres y lo primero que me dicen es “quiero poder volver con mis hijos”. Una me dice que “lo dejaría todo por oír que mi hijo me diga mamá”.  Eso cómo se repara. Son daños irreparables. Les pueden dar lo que les deban, que yo de temas económicos ni estoy puesta ni sé. Pero el daño personal,  emocional, social… todo el daño que se les ha ocasionado… Esos no son reparables.

Detrás de cada una de estas mujeres hay un drama. Globalmente, se las ve como las “temporeras contra la esclavitud”, o como las «temporeras de Huelva”. Como en un pack. Pero cuando te sientas con ellas y te cuentan lo que han pasado, la situación actual que tienen, los trastornos psicológicos, las secuelas emocionales, todas las consecuencias que esto les ha traído…

LAMDO.- En esta historia es todo muy contradictorio, Esther. Porque hay otra versión, la “verdad judicial”, que sostiene, al menos de momento, que no existen indicios de los abusos que refieren estas mujeres. Que no hay nada que haga creíble lo que cuentan. Es lo que defiende la defensa de los presuntos agresores: que todo esto es un montaje organizado por terceros, y que las «temporeras contra la esclavitud» son, en realidad, actrices de una farsa que se han prestado a interpretar este enrevesado papel de víctimas a cambio de poder quedarse en España.

ES.- Ese argumento se cae por dos simples razones. Una, todas quieren volver. No quieren papeles. Se quieren ir a su tierra, donde están sus hijos. Y la segunda, la confabulación no existe. No dicen todas lo mismo. Lo han vivido todas; han vivido los mismos hechos. Pero no los cuentan igual. Cada una te cuenta un detalle; cada una lo vive de forma diferente y personal. No es un argumento que se hayan aprendido y que repiten como si fuera mecánico. No. Cada una lo ha vivido de diferente manera. Y el daño ya está hecho. Y es irreparable. Estas mujeres, del transtorno que tienen, posiblemente no vayan a recuperarse jamás. Por la condena social, por el pudor que ellas mismas sienten. Fíjate, entre ellas mismas no hablan de esto.

LAMDO.- ¿No hablan de “esto” entre ellas?  ¿De lo que dicen que les ha pasado en común? ¿Cómo es eso? Suena extraño, Esther.

ES.- No. No es extraño. No lo hacen por la vergüenza. De hecho, la chica que sufrió la violación, a mí me lo confesó en la cuarta entrevista que mantuvimos. Y porque le insistí. No me miraba a los ojos. Tenía mucha prisa por irse. A mí había algo que no me cuadraba. Y se lo dije. Lo expliqué que tenía la oportunidad de contar lo que realmente le pasó. “Este hombre está sentado en un banquillo, cuéntamelo”, le dije. No se lo quería contar a nadie. Porque para ella fue un acto horrible. Y eso, culturalmente, lo llevan muy mal. Luego cuando estuvo en Huelva, y te aseguro que no fue un viaje fácil para ella, no pudo contar su historia porque nadie le preguntó.

LAMDO.- Me estás contando que, como profesional, no dudas de la veracidad del testimonio de esta mujer que te ha confesado haber sido violada. Y de otra que dice haber accedido a prostituirse…

ES.- …para poder comer (interrumpe Sanguiao). Una de ellas me confesó que tuvo que acceder a peticiones sexuales para poder comer, porque estaba comiendo en ocasiones fruta que se dejaba en los contendedores de basura. Ahora, un año y varias sesiones después, ella misma me hace la siguiente reflexión: “Fíjate tú cómo eran, ellos creaban las necesidades y luego las cubrían. Si me pongo mala, no puedo ir al pueblo de al lado a la asistencia médica. Pero si te acuestas conmigo te llevo. Todo era constantemente así. Siempre a cambio de sexo”.

La chica que sufrió la violación, a mí me lo confesó en la cuarta entrevista que mantuvimos. Y porque le insistí. No me miraba a los ojos. Tenía mucha prisa por irse. A mí había algo que no me cuadraba. Y se lo dije.

LAMDO.- ¿Te habías visto alguna vez en una situación como esta?

ES:- No.

LAMDO.- Pero sí has tratado a víctimas de otro tipo de abusos, agresiones sexuales, violencia de género…

ES.- Sí, claro. Son diez años de consultas.

LAMDO.- Entiendo que las características -por su origen- de estas mujeres, las diferencias culturales, la barrera del idioma… son un componente relevante del relato que me estás contando.

ES.- Te pongo un ejemplo, ¿vale? Una de estas chicas está en su país, con su familia, en su casa. Arropada por su entorno. Y ve como una oportunidad venir tres meses a Huelva a ganar dinero para su familia. Son gente de medios rurales, humildes, con unas vidas normales. Con sus familias, sus hijos, sus maridos… Y vienes aquí y no tienes para comer. Te pones mala y no te llevan al médico… No te haría falta ningún tratamiento psicológico ni ninguna asistencia social si tú vienes, trabajas tus tres meses, que son duros, porque el trabajo en el campo es duro, y eso lo sabes, pero te pagan tanto. ¿No? Y yo me vengo. Dejo a mis hijos, pero sé que vengo tres meses y que voy ganar tanto. Y la sorpresa es que llego y no son tres meses. Llego, y hoy trabajo y hoy no. Si no cojo tantas cajas me castigan y estoy sin trabajar tres días. Sin cobrar, sin comer…  Eso no requiere asistencia psicológica, eso exige una salvación en toda regla. De sacarlas de allí. Eso es inhumano.

LAMDO.- Pues tras las más recientes noticias sobre la verdad judicial que te decía antes, de las que hoy mismo [por ayer lunes] se han hecho eco los principales medios y agencias nacionales, la percepción «desde fuera» es otra.

ES.- No sé cómo se verá desde fuera . Si se verá acoso, si se verá abuso, si se verá trata, condiciones laborales pésimas, nada… No lo sé. Pero cuando yo me siento delante de estas mujeres y se ponen a llorar y te cuentan el drama de cada una… eso es complicado, ¿eh? Es complicado. Yo me he llegado a bloquear en una valoración. Y a mí nunca me ha había pasado esto. He llegado al bloqueo, a no saber qué decir, qué preguntar. Contándome cómo tuvieron que escapar por el medio del campo para que no las pudieran coger y obligarlas a volver a Marruecos antes de que pudieran denunciar su historia ante la Policía.

LAMDO.- Sí, esos hechos los contamos, casi en directo, en La  Mar de Onuba. Ciertamente inquietantes, en nuestra opinión editorial. Para terminar, y si me lo permites te lo voy a preguntar una vez más esta mañana. Desde tu perspectiva profesional, Esther, ¿no crees que haya alguna posibilidad de que estas mujeres estén mintiendo?

ES.- Para mí no.

El pasado 10 de septiembre, Esther contó esto mismo que hoy comparte con La Mar de Onuba ante Mª Inmaculada Liñán. 48 horas después, la jueza sentenció 38 páginas contra las reclamaciones de cada una de las trabajadoras marroquíes. La magistrada concluye que ninguna de sus historias alcanza “visos mínimos de verosimilitud”. En su razonamiento jurídico se refirió al testimonio de la psicóloga Sanguiao, como se dice más arriba, en un hecho probado de apenas tres líneas.

Informe de asistencia firmado por la psicóloga Ángela París el 6 de agosto de 2018.

En otro hecho probado de la sentencia, el XV, Liñán recoge, en diez renglones, un segundo informe psicológico aportado como prueba pericial. Está firmado en Málaga el 6 de agosto del año pasado por Ángela París Ángel, psicóloga adscrita al Servicio de Información Jurídica, Asistencia Legal y Atención Psicológica para Mujeres Víctimas de Violencia Sexual y Agresiones Sexuales en Andalucía. París explica que las presuntas víctimas de este caso recibieron asistencia psicológica por parte del servicio en dos ocasiones. Los días 18, 20 y 22 de junio, en sesiones individuales. Los días 18 y 20 de Julio, en parejas. La asistencia se prestaba por «el estado de ansiedad y afectación que presentaban tras lo vivido en la finca Doñana 1998 SL de Huelva». El informe finaliza asegurando que desde ese servicio público «se espera que sigan recibiendo apoyo psicológico que facilite el afrontamiento de la sintomatología generada por la situación y por el alejamiento de sus familias y país de origen». Según las valoraciones profesionales aportadas por Esther Sanguiao, este apoyo nunca se materializó.

Es sus tres sentencias del 12 de septiembre, la magistrada Liñán también concluye que “aun cuando las periciales practicadas por las señoras París y Sanguiao reflejan que la actora padece estrés postraumático (…) no hay comportamiento reprochable atribuible a la parte empresarial, siendo la fuente de conocimiento de las peritos las manifestaciones personales de la propia trabajadora afectada” (sic). Liñán falla, no obstante, “sin poner en tela de juicio que la misma padezca dicha dolencia”.

Esta revista recogió el 18 de septiembre el resto de la sentencia, basada esencialmente en un detallado informe de la Inspección de Trabajo (elaborado tras diversas entrevistas con los propietarios y varios trabajadores de la empresa), atestados de la Guardia Civil, y los testimonios de los testigos propuestos por la empresa: un «mediador» de la patronal agrícola Freshuelva llamado Omar, una afiliada al sindicato Comisiones Obreras llamada Marina, y una trabajadora de la empresa Doñana 1998, residente en España y llamada Ionela. La jueza define estos testimonios como “claros, precisos, tajantes, rotundos y contundentes”. Las tres sentencias han sido recurridas.

Para el 31 de octubre está previsto un tercer juicio laboral (que se siguen celebrando de forma individual) en una tercera sala del Juzgado de lo Social de Huelva. Esther Sanguiao volverá a estar en la capital onubense ese día.


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<strong>El juez Serrano vuelve a archivar la causa penal por presunto acoso sexual</strong>
Juzgados de La Palma del Condado (Huelva)

Según ha informado este lunes en un comunicado el gabinete de prensa del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía, el juez de Primera Instancia e Instrucción número 3 de La Palma del Condado (Huelva), Carlos Serrano, ordenó ayer lunes, de nuevo, el sobreseimiento provisional de la causa abierta contra Antonio Matos, uno de los propietario de la empresa almonteña Doñana 1998, "quien fue denunciado por cuatro temporeras de origen marroquí por un presunto delito de acoso sexual".

Por medio de un auto dictado el día 10 de diciembre de 2018, Serrano acordó el sobreseimiento provisional y archivo de la causa seguida contra el empresario, al entender que "no había indicios delictivos contra el mismo", una decisión que fue recurrida por las denunciantes ante la Sección Tercera de la Audiencia Provincial de Huelva. El 13 de mayo pasado, se estimó dicho recurso y se reabrió la causa para que el juez tomara declaración como perjudicadas a las temporeras.

El pasado viernes, el juez citó a las denunciantes para que declarasen por videoconferencia, pero, como se relata en esta misma página, ninguna de ellas compareció en la sede judicial. El instructor ha dictado un auto, de fecha 4 de octubre, en el que vuelve a acordar el sobreseimiento provisional.

En su resolución, Serrano pone de manifiesto que, “de lo actuado, no aparece debidamente justificada la perpetración del delito que ha dado motivo a la formación de la causa”, por lo que, “de acuerdo con lo dispuesto en el artículo 641-1º de la Ley de Enjuiciamiento Criminal, procede decretar el sobreseimiento provisional de las actuaciones”.

“Además de lo anterior, en el día de hoy [por el 4 de octubre] debía practicarse la declaración por videoconferencia de las denunciantes, no habiendo comparecido ninguna de ellas en la sede judicial”, lo que fue recogido en diligencia de constancia donde se manifiesta que, “a las 9,30 horas, se habló telefónicamente con el letrado de la Administración de Justicia del Servicio Común de Notificaciones y Embargos de Albacete”, quien informó al Juzgado de La Palma del Condado que “las denunciantes ni han comparecido ni van a comparecer”. El mismo letrado hizo llegar al magistrado onubense Serrano los informes médicos y psicológicos aportados por el abogado Jesús Díaz Formoso, quien sí acudió al juzgado castellanomanchego.

El juez argumenta en el auto donde vuelve a sobreseer provisionalmente la causa, que “parece evidente la intención meramente dilatoria de las denunciantes, y la inexistencia de voluntad de colaborar con la administración de justicia, suponiendo un gasto innecesario en medios materiales y personales”. En el auto, contra el que cabe interponer recurso, el juez también argumenta que, “por la defensa de las denunciantes, se está haciendo un uso torticero y abusivo de los recursos que la Ley ofrece a los presuntos perjudicados por un delito”.

"Fue el 11 de junio de 2018 cuando el juez de Primera Instancia e Instrucción número 3 de La Palma del Condado incoó diligencias previas para investigar la denuncia, compareciendo como investigado el empresario el 14 de junio de 2018, mientras que las denunciantes no han llegado a prestar declaración en sede judicial pese a haber sido citadas varias veces", añade el comunicado del TSJA.

Belén Luján: "El derecho al recurso está en la Constitución"

La letrada de Ausaj Belén Luján, en Albacete, con algunas de las mujeres marroquíes conocidas como Temporeras contra la esclavitud.

Tras conocer el duro auto del juez Serrano, Belén Luján, la abogada de la asociación Ausaj que representa pro bono a las temporeras contra la esclavitud, ha manifestado a La Mar de Onuba que "después de que las mujeres se desplazasen a Huelva el pasado 10 de septiembre, con un gran esfuerzo emocional por su parte, y económico por la nuestra, y ante la negativa reiterada de que declarasen por videoconferencia, desde que volvimos de Huelva se han encontrado en un estado de salud francamente en retroceso, reviviendo una situación que parecía ya estabilizada. En los últimos días las cuatro personas que tenían que comparecer, ya que sólo tenían que hacerlo cuatro, no todas, y una de ellas es, además la que más grave está de todas, porque su situación y los hechos que sufrió, son dentro de la gravedad de todas ellas, los más graves, por haber sufrido una violación completa, con penetración genital. Entraron en shock. Entraron en crisis, y cuando se les estaba esperando para que comparecieran, estaban en el hospital ingresadas. Las cuatro. Ese es el único motivo por el que no han comparecido. Sí compareció un compañero letrado de Ausaj. La voluntad era en todo momento comparecer y pasar el trago. Porque para ellas el recuerdo de las situaciones vividas en Huelva significan un recrudecimiento de su estado".

Respecto del "uso torticero y abusivo de los recursos que la ley ofrece a los presuntos perjudicados por un delito” que el juez Serrano achaca en su auto a los letrados de Ausaj, Luján responde que, "sin entrar en muchos detalles, y sin ánimo de exhaustividad, sí te diré que las dos únicas apelaciones que se han tenido que tramitar como consecuencia de las denegaciones del Instrucción número 3 de La Palma [del Condado], han sido resueltas favorablemente por parte de la Audiencia Provincial, Por supuesto, entendemos que tanto nosotros como cualquier compañero que se viera en esta situación, ante una negación de petición de prueba, ante una denegación de medidas de protección de identidad que, por sus características, consideramos esenciales en este caso... pues se tiene que recurrir. Hay que recordar que estas mujeres han intentado ser compradas, han sido amenazadas, objeto de múltiples escarnios... Pues hay que recurrir. El derecho al recurso está en la Constitución. Si fuera todo tan desacertado como parece que se desprende de la resolución de hoy del Instrucción número 3, pues habría sido todo desestimado en el ámbito superior. No es el caso. Al contrario".

"Es la misma intimidación que ahora reciben de este órgano judicial para el caso de prestar declaración sobre los hechos de contenido sexual denunciados: de no adoptarse las medidas de protección peticionadas, sus declaraciones serían entregadas a los denunciados, quienes ya las han amenazado con enviar este tipo de grabaciones a sus familias en Marruecos".
"Pero te añado", continúa la letrada Luján, "aunque fueran todos desestimados, el derecho al recurso sigue existiendo. Ahora mismo nos encontramos ante una decisión que tenemos que recurrir. Sin ningún ánimo torticero, como dice el juez Serrano, sino porque es lo único que cabe hacer".  La abogada de Ausaj, añade que "nos parece realmente lamentable que por parte de un juzgado que desde un primer momento se negó a recoger las denuncias, que intentó la primera comparecencia sin ningún tipo de citación, avisando por teléfono de un día para otro, que luego señaló seis meses después... Que ha habido que hacer dos apelaciones para que se acordase la videoconferencia a la que se había venido negando reiteradamente, y que ante una situación de clarísima y grave enfermedad, la respuesta del Juzgado de Instrucción haya sido el archivo, pues nos parece no solo lamentable, nos parece muy triste".

Belén Luján registró ayer mismo una Petición de Complemento , en la que señala que el Juez Serrano no ha admitido ni valorado "documentos esenciales al efecto de nuestra solicitud de adopción de Medidas Cautelares de Protección de la Identidad de mis mandantes". La letrada asegura que dichos documentos, como un vídeo en que se puede ver a Antonio Matos amenazando a las trabajadoras con enviar a sus familias en Marruecos "grabaciones de contenido sexual", no han sido debidamente valorados y tenidos en cuenta por el juez de La Palma del Condado.

"Con esa amenaza", continúa el escrito, "eran intimidadas para permanecer en su situación de esclavitud, y no denunciarla a las autoridades, a sus familias... El Informe Pericial Sociológico que se adjuntó al meritado escrito, describe con claridad los enormes daños que con ello se les causaría". Por último, Luján recuerda al magistrado del juzgado de Instrucción número 3 de La Palma, que las cuatro mujeres tienen reconocida judicialmente la condición de Víctima de Trata de Seres Humanos, a través del Auto de 2 de octubre de 2018, dictado en las Diligencias Previas 56/2018 del Juzgado Central de Instrucción nº 1.

La pelota vuelve a estar en el tejado del Juez Serrano, si bien los letrados de Ausaj están casi convencidos de que las peticiones fundamentadas que hacen en nombre de sus defendidas habrán de resolverse en la Audiencia Provincial, o en instancias judiciales superiores.


Documento: Recurso de COMPLEMENTO al AUTO de 4 de octubre de 21019 – JI 3 La Palma DP 553-18


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