Escenario de crisis global y sin precedentes al parar el mundo deliberadamente la economía

por Francisco Villanueva

 

EEUU perdió 701.000 puestos de trabajo en los primeros 10 días de marzo, y la tasa de desocupación trepó a 4.4%, la mayor en 2 años y medio; y en el mes de febrero, la economía norteamericana, la mayor del mundo junto con la China comunista (21.9 billones de dólares el 25% del PIB global) produjo 275.000 empleos, y la tasa de desocupación cayó a 3.5%, la menor en 60 años. Hace sólo 5 semanas, en EEUU se creaban el doble de empleos que personal existe en condiciones de ocuparlo. La experiencia estadounidense hace poco más de un mes era la de la economía más avanzada del mundo en condiciones de sobreempleo (una sociedad que está más allá del pleno empleo). La principal restricción para la acumulación capitalista en EEUU era la falta de personal suficientemente calificado capaz de ocupar los puestos de trabajo creados por la nueva revolución industrial.

Esto significa que, en menos de un mes, el nivel de desocupación de la mayor economía del mundo aumentó casi un punto, el alza mensual más relevante desde 1975. En las últimas 2 semanas de marzo, más de 10 millones de personas reclamaron el beneficio del seguro de desempleo, con un récord de 6.6 millones exigiéndolo en los siete días finales del mes. Pero aún más grave, en la primera semana de abril otros 7 millones de desempleados más se suman a la lista. De esa manera terminaron 113 meses consecutivos de creación de empleo y de aumento sistemático de los salarios reales en EEUU, con un derrumbe sin equiparación en la historia norteamericana desde la década de los 30, especialmente agudo en el periodo 1929/1932, en que el producto se derrumbó más de 40%.

Lo notable es que estos datos catastróficos no responden a una raíz estructural, porque los niveles de productividad, innovación, y capacidad de movilización de recursos de la economía más avanzada del mundo están intactos, sino que son el resultado de una política deliberada de paralización económica para contener el desafío de la epidemia del coronavirus. Es una crisis económica inducida, sin que razón alguna de tipo estructural la haya provocado. Todo ha sido ocasionado por un factor externo, extremadamente poderoso, que ha desatado un fenomenal shock de demanda.

Esto se revela nítidamente en los siguientes datos: la industria del entretenimiento y la hotelería ha sido la principal perjudicada por los cierres y despidos, con 459.000 puestos de trabajo perdidos en restaurantes y bares; y notables disminuciones han ocurrido en los sectores de cuidado de salud, profesionales independientes, y los servicios, así como en las compras al menudeo, y en la construcción, hoy completamente paralizada en los 50 estados de la Unión.

Al mismo tiempo, se intensifica el vuelco de los capitales del mundo hacia EEUU, con un rendimiento de los títulos del Tesoro a 10 años de +0.58% anual, lo que implica que ha habido una recuperación de 0.05 puntos porcentuales en una semana.

Esto ocurre cuando las grandes cadenas de venta de indumentaria, Macy’s, que también implica Bloomingdale’s, Gap, y Kohl’s , entre otras, que ocupan más de 420.000 vendedores, informaron en los últimos 10 días que iban a suspenderlos temporariamente sin paga, debido al cierre completo de sus actividades provocado por la necesidad de enfrentar el coronavirus, sin que exista una fecha de apertura ni siquiera probable (Victoria’s Secret notificó a sus 94.000 empleadas que estaban provisoriamente suspendidas, sin paga).

Significativamente, todas las plataformas digitales de Macy’s y las otras grandes compañías de indumentaria del denominado “e-commerce”, permanecerán abiertas, al igual que la totalidad de sus cadenas logísticas, incluyendo los centros de distribución y los call centers desplegados en todo EE.UU.

Un golpe de similar magnitud han experimentado las líneas aéreas estadounidenses: United Airlines informó que ha perdido 100 millones de dólares por día en marzo; y sostuvo que sus ingresos tendrán una caída de más de 30% en los próximos 3 meses, comparadas con las ganancias de 10.900 millones que experimentaron en el mismo periodo de un año atrás; y Delta Airlines señaló que estaba “quemando” más de 60 millones diarios, y lo mismo ha ocurrido con JetBlue Airways y SouthWest Airlines y las otras.

El Fondo Monetario Internacional ha actualizado este martes sus estimaciones macroeconómicas para España y las ha empeorado de forma significativa como resultado del impacto del coronavirus Covid-19, de forma que ahora espera que cierre 2020 con un paro del 20,8% y una caída del producto interior bruto (PIB) del 8%.

Se trata de los peores datos macro registrados por España en muchos años. De confirmarse la contracción del 8% de la economía, sería el peor dato registrado en toda la serie histórica del Instituto Nacional de Estadística, que comenzó en 1970, y, probablemente, la mayor contracción experimentada en el país desde la Guerra Civil.

En el informe bianual del FMI Perspectiva Económica Mundial, el organismo ha revisado en 9,6 puntos porcentuales a la baja la previsión del PIB para España para 2020. En 2021, el crecimiento será del 4,1%, lo que supone una corrección al alza de 2,7 puntos con respecto a las estimaciones de enero. “Es una crisis como ninguna otra», ha asegurado la economista jefa del FMI, Gita Gopinath, quien ha alertado de que, a la magnitud del ‘shock’, hay que sumar la incertidumbre sobre su duración o intensidad.

En el conjunto de la zona euro, el PIB caerá un 7,5% y repuntará un 4,7% en 2021. Por países, el mayor hundimiento será en Grecia, cuyo PIB se contraerá un 10%. Por detrás se situarán Italia, Letonia con descenso del 8%…

El problema no es que esta crisis es “mucho más grave que la de 2008” según indica el Fondo Monetario Internacional, cuando se produjo la crisis financiera internacional, siendo de naturaleza completamente distinta; y que si la economía global crecía 3% anual hasta el cuarto trimestre de 2019, y ahora enfrenta en 2020 una recesión de 2.9%, esto no implica que se enfrenta una nueva depresión global por el hundimiento de la demanda agregada, sino que el mundo ha frenado deliberadamente su economía, en un acto de fenomenal inducción depresiva, que no tiene antecedentes ni comparación posible con cualquier otra “catástrofe” de la historia del capitalismo, que es un mecanismo de expansión autoinducida a través de la absorción y despliegue de sucesivas revoluciones tecnológicas, la última de las cuales, y la más potente, es la actual, la Cuarta Revolución Industrial.

La regla en el capitalismo es nítida: allí donde está el problema, allí también está la respuesta: “allí donde quema, allí donde duele, allí también está el camino de la salvación” dice Holderlin. “Para pensar lo nuevo, hay que pensar de nuevo”, precisa Nietzsche… estoy viendo la maravillosa serie Merlí y la filosofía es la herramienta para la vida más útil. También me sirve su célebre; “Que las cosas sean de una manera no significa que no se puedan cambiar”. ¡Adelante!, y mucha salud.


Francisco Villanueva Navas, analista de La Mar de Onuba, es economista y periodista financiero.
En Twitter: @FranciscoVill87

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