El partido verde reclama con urgencia la puesta en marcha de políticas que permitan “un campo vivo en Huelva”.
Lamenta que la Política Agrícola Común de la Unión Europea ignore la emergencia climática y las demandas del mundo rural.
EQUO ha vuelto a reclamar este sábado políticas efectivas para impulsar un campo vivo en la provincia de Huelva, donde los efectos del cambio climático y de proyectos insostenibles están causando estragos entre agricultores y ganaderos. Así, el partido verde ha denunciado la desaparición a la que se está condenando al sistema de la dehesa si no se ponen en marcha medidas que ayuden a su mantenimiento.
Para EQUO, la reforma de la PAC debe encaminarse a “evitar la pérdida devastadora de biodiversidad que ya estamos viendo en nuestro territorio con, por ejemplo, la seca de la encina; así como a mitigar los efectos del cambio climático y garantizar la protección del medio ambiente que miles de jóvenes están reclamando en las calles”.
En agosto del pasado año, EQUO Huelva presentó su decálogo por una dehesa viva, con el objetivo de hacer de la dehesa soporte de una economía local diversificada vinculada a sectores tradicionales como el corcho, la seta, el cerdo ibérico en extensivo, la castaña, la agricultura y ganadería tradicional, la apicultura, etc.; y difundir y apoyar iniciativas locales innovadoras que contribuyan a tener un campo vivo, unos municipios poblados y llenos de juventud, y transferir el conocimiento y el amor por la dehesa a las generaciones venideras.
En este sentido, EQUO ha lamentado que la propuesta de nueva PAC ignore la emergencia climática y las demandas del mundo rural, pues no beneficia a los pequeños y medianos productores, destinando gran parte de los fondos a las grandes explotaciones como las macrogranjas, y acentuando las desigualdades de los ganaderos y agricultores que promueven un modelo sostenible y respetuoso con la tierra.
Frente a ello, desde la formación insisten en la necesidad de poner en el centro de las políticas a los pequeños productores, las explotaciones familiares y las cooperativas con un enfoque transversal de género, y llaman a promover la investigación y aplicación de medidas de control biológico que eviten la pérdida de biodiversidad de las dehesas y permitan revitalizarlas y fortalecerlas frente a plagas como la Phytophtora. “Tenemos que recuperar buenas prácticas tradicionales e impulsar la formación en relación con el manejo de las dehesas, las podas, y el cuidado de los suelos como soporte de un campo vivo; y tejer alianzas entre el campo y la ciudad para conservar y mantener las dehesas vivas”.
“En zonas como el Andévalo onubense una PAC justa que beneficie a quien realmente cuida la tierra puede contribuir a impulsar un auténtico modelo de ganadería en extensivo, un consumo de carne de calidad sin engorde artificial y una mejora de la salud de sus dehesas, frente al modelo de agroindustria intensiva previsto que es insostenible tanto por el consumo de agua como por el abuso de fertilizantes químicos”, ha señalado la coportavoz de EQUO en Huelva, Isabel Brito.
Izquierda Unitaria Europea critica que "pese a utilizar términos como agricultor activo, bioeconomía o eco-esquema", el texto de la nueva PAC, "no cambia nada ".
La Comisión de Agricultura del Parlamento Europeo dio luz verde esta semana a que el 20% de las ayudas directas de la futura Política Agrícola Común (PAC) se destine a "eco-esquemas", que incluirán prácticas para proteger el medio ambiente y el bienestar animal. Ese aspecto figura en la propuesta de reglamento sobre los planes estratégicos nacionales en la futura PAC, uno de los tres textos de esa política, que está previsto se aplique durante el periodo 2021-2027. Los eco-esquemas serán voluntarios y persiguen «mejorar el compromiso de los agricultores con el entorno, en línea con las demandas crecientes de la sociedad en esos ámbitos».
El dictamen aprobado exige que al menos el 60% de los sobres de ayudas directas en manos de los países se emplee para garantizar una renta básica a los agricultores europeos. Por otra parte, prevé el establecimiento de un umbral máximo de ayudas por explotación de 100.000 euros (frente a los 60.000 que proponía la Comisión) o la obligación de transferir al menos un 10% de los sobres nacionales de ayudas directas a las explotaciones pequeñas y medianas, con el fin de lograr un reparto más justo de los fondos de la PAC.
En materia de Desarrollo Rural, el informe prevé mantener las competencias actuales sobre diseño y gestión de los programas en manos de las comunidades autónomas. Se trata, según la Comisión, de "lograr un equilibrio entre los intereses económicos de los agricultores y la necesidad de disponer de una PAC más respetuosa con el medio ambiente, además una mayor financiación de la PAC en regiones despobladas».
El texto adoptado por la comisión de Agricultura de la Eurocámara acentúa, en líneas generales, el apoyo a todas las zonas de alto valor medioambiental» señaló. Por su parte, los liberales del grupo ALDE valoraron la idea de «unos pagos más basados en resultados» y en una mayor protección del entorno y «centrándose en una PAC más moderna y simplificada.
El texto aprobado por la Comisión de Agricultura del Parlamento Europeo ha sido duramente criticado por la eurodiputada Lidia Senra , del Grupo Confederal de la Izquierda Unitaria Europea/Izquierda Verde Nórdica, quien criticó consideró que "pese a utilizar términos como agricultor activo, bioeconomía o eco-esquema, en el fondo nada cambia".
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