El coronavirus llega a la tribu más remota del Amazonas

Todas las alarmas han saltado en Brasil después de que se confirmara que el coronavirus ha llegado a los Yanomami, la tribu más remota del Amazonas.

Un niño de 15 años fallecía hace unos días en esta comunidad de la que han trascendido muy pocos detalles, puesto que se conoció la existencia de este colectivo hace poco más de un año.

Ahora, Brasil se enfrenta a una nueva crisis sanitaria tras descubrirse que el menor había dado positivo en coronavirus.

17 familias conviven en esta comunidad indígena aislada del mundo y, pese a estar fuera de la civilización, el Gobierno de Brasil ha estado controlándola por miedo a que entrase en contacto con el mundo de la minería ilegal que existe en el país.

Los mineros que se dedican a esta actividad penada en Brasil están considerados focos de transmisión de enfermedades como la malaria y las gripes, y si alguien de la comunidad resultaba infectado, podría haber producido una catástrofe humanitaria debido a las condiciones de las personas que viven en la tribu.

Sin embargo, el coronavirus se ha cobrado la vida de uno de los componentes de los Yanomami y, ahora, las autoridades brasileñas barajan la posibilidad de que ocurra una catástrofe inminente de salud pública en poblaciones indígenas muy vulnerables de la región de la Amazonia.

¿CÓMO HA LLEGADO EL COVID-19 AL AMAZONAS?

El fallecimiento del menor yanomami ha intensificado el temor de la propagación del virus en esta tribu y en otras, que comparten puntos de encuentro habituales entre estas comunidades.

Tras confirmarme el deceso del joven, 7 nuevos casos de coronavirus han sido contabilizados entre la tribu de los Yanomamis y otras dos más en Brasil.

Los indicios apuntan a que el menor pudo trasladarse en varias ocasiones a una zona en la que trabajan buscadores de oro. Estos están también en el punto de mira de las autoridades sanitarias, dado que están considerados posibles portadores del Covid-19.

Sin embargo, no se ha podido confirmar todavía que este haya sido el motivo por el que se contagió el menor fallecido, por lo que existe la duda de si fue en este punto donde se contagió, o si fue alguno de estos trabajadores quien le transmitió el virus.

En unas declaraciones a National Geographic, Roque Paloschi, presidente de un destacado grupo brasileño de defensa de los derechos indígenas, ha compartido que » debido al alto grado de movimiento de personas entre los estados de la Amazonia, unido a la falta de políticas públicas, el coronavirus tiene un terreno fértil para propagarse rápidamente entre las poblaciones que viven en la Amazonia«.

EXPULSIÓN DE LOS INVASORES

Ante los casos confirmados en estas comunidades aisladas del mundo y con la premisa de que es casi imposible establecer en estas tribus planes de protección debido a las condiciones de insalubridad en la que viven estas congregaciones, Douglas Rodrigues, especialista en sanidad indígena de la Universidad Federal de São Paulo, afirma que solo existe una solución para evitar lo que considera un claro riesgo de genocidio.

«El único plan de contingencia que garantizaría la supervivencia de estos grupos es la expulsión de los invasores de estas zonas» y además añade que «es deber del gobierno brasileño proteger a estas tribus y salvaguardar su existencia».

Contener un brote de coronavirus en una aldea como la de los Yanomami es imposible porque, dentro de las costumbres de esta tribu, una de las más comunes es la de compartir comida, utensilios, objetos y también las casas en las que viven.

Además, el espacio para convivir es bastante reducido debido al número de componentes de cada familia, que en ocasiones supera las 8 personas, hecho que dificulta aún más evitar la transmisión del virus.

Otro de los grandes problemas es que el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, y su equipo de Gobierno ejercen, desde hace unos meses, una gran presión para legalizar la minería dentro de las tierras indígenas de la Amazonia.

Si esta decisión se hiciera efectiva, las consecuencias para la tribu de los Yanomami y el resto de comunidades indígenas que viven aisladas en el Amazonas, podrían ser devastadoras.

El contagio de enfermedades a las que están expuestos los mineros y buscadores de oro será mucho mayor y, en ese momento, se producirá ese genocidio al que hace referencia Rodrigues.

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